POR Luis Fernando Moreno Mayoral
*Qué necesidad que Carlos Arturo Noriega García regrese al Congreso del Estado a menos de tres meses de que concluya la 60 Legislatura.
Si lo que quiere es impunidad, el tiempo se le terminó: los diputados próximos a tomar posesión tienen en su agenda resolver los juicios políticos contra José Ignacio Peralta Sánchez y su secretario de Planeación y Finanzas, los dos principales causantes del desastre financiero en la pasada administración estatal.
Aunque también se sumó la actual oficial mayor del ayuntamiento de Colima, una depredadora de las finanzas que también tendrá que ser investigada por malos manejos en la administración municipal.
*Mario Anguiano Moreno, creyéndose el gran consultor político, dio a conocer cuatro nombres de posibles candidatos del PRI a la gubernatura del Estado en el 2027.
Fue el beso del diablo, ciertamente: la inhabilitación por 14 años para ocupar cargos públicos y la sanción por 515 millones de pesos que no se atreve a pagar porque toda su fortuna la tiene con prestanombres, no es, sin embargo, una hoja de vida de excelencia.
Al margen de que pueden surgir más nombres de aquí al 2027, haremos un breve análisis de los cuatro prospectos a los que Mario Anguiano ya les puso el ojo para venderles sus servicios de asesoría.
Tey Gutiérrez Andrade. La maestra, por supuesto, es la principal aspirante que tiene boleto para la candidatura en el 2027.
La razón: fue la única que, en la contiende del pasado 2 de junio, ganó la reelección. Nadie más lo pudo hacer.
Riult Rivera Gutiérrez. Ganó la alcaldía de Colima, ciertamente; sin embargo, apenas logró la hazaña por razones que ya se expusieron en demasía en esta columna durante la campaña electoral.
Y obvio: MAM lo incluye porque fue el financiero y asesor político de la campaña del candidato del PRI y el PAN a la presidencia municipal de Colima.
Ya ganó, desde luego; ahora habrá que ver el papel que va a hacer como presidente municipal, sobre todo en el aspecto de la seguridad, en donde se fijó metas que, llegado el momento, aquí se las vamos a recordar si las cumplió o no.
Mely Romero Celis. Aunque presume ser ganadora, lo cierto es que perdió la elección. Llegará al Senado de la República porque así está configurado el proceso: ingresa el primer lugar de la fórmula que quedó en el segundo lugar.
No es posible, desde luego, considerarla como un prospecto cuando resultó un fiasco como candidata a gobernadora, desapareciendo del escenario político hasta la definición de las candidaturas.
Mely Romero no debería ser la primera opción para el Revolucionario Institucional si desean recuperar la gubernatura del Estado.
Christian Torres Ortiz Zermeño. El rector de la Universidad de Colima acaba de operar su reelección en la máxima casa de estudios prácticamente sin oposición alguna.
Pero como no ha levantado la mano para decir que aspira a algún cargo de elección popular en el 2027, por el momento no debe ser contemplado en la sucesión; el ex gobernador lo metió de manera perversa para tenerlo en el ojo púbico.
Pero además Mario Anguiano Moreno se equivoca si menciona a Torres Ortiz Zermeño como un aspirante del PRI, cuando lo cierto es que, si llegara a participar, no necesariamente sería por el tricolor, un partido en vías de extinción y totalmente repudiado por la mayoría de los mexicanos.