POR Jorge Octavio González
Carlos Chavira George está vinculado a proceso por abuso sexual y pornografía infantil porque la madre de un menor de edad tuvo la valentía de interponer una denuncia en su contra ante la Fiscalía General del Estado de Colima.
Pero el adolescente en cuestión no es el único que podría dar fe de la conducta de perversión del presidente municipal electo de Coquimatlán; el propio suplente, Luis Gerardo García Olivares, fue amenazado por Chavira con embarrarlo si caía en prisión.
Eso de que es un perseguido político no es más que una pésima estrategia para desviar la atención de la acusación de violación que pesa en su contra; el propio menor confesó, pero fue la madre la que interpuso la denuncia para que este personaje no siguiera por la vida con total impunidad.
Si las autoridades, en un afán de retenerlo, violaron el debido proceso o las garantías individuales del acusado, no tiene por qué influir en la resolución final del juez: las pruebas son contundentes y sólo es menester que se aplique la sanción de acuerdo a la gravedad del delito cometido.
Tan reconocen que es culpable de lo que lo acusan que las dirigencias del PRI y el PAN ya no acompañaron la defensa del alcalde electo de Coquimatlán tras ser detenido por las autoridades; en lugar de ofrecer una disculpa por nominar a un sujeto impresentable, prefirieron hacerse los occisos y ya no hablar del tema.
Nadie debe juzgar a una madre por querer un hijo, por más culpable que sea del delito que lo acusan; sin embargo, la justicia debe aplicarse de acuerdo a las pruebas que se aporten y después de analizar a detalle todos los elementos que existan del caso.
Y tampoco debe influir el hecho de que los familiares de Chavira George hayan pedido ayuda a la presidenta de México cuando estuvo en Colima; mucho menos que anunciaran una manifestación para este jueves en la audiencia que tendrá ante el juez para ver su situación jurídica.
Meses atrás, sin embargo, se ha venido publicando una información no corroborada, pero que, ciertamente, ayuda a la causa del detenido: dicen que pronto será declarado inocente y que en ese momento regresará a solicitar su incorporación como presidente municipal.
La cuestión es que esa es una estrategia mediática de sus asesores políticos y abogados para tratar de influir en la opinión pública; pero eso no será relevante a la hora de que el juez que lleva el caso dictamine lo que a su entender sea justo.
No hay que olvidar que hay un menor de edad agraviado y que, con toda la pena del mundo, confesó lo que le hicieron en contra de su voluntad; en Coquimatlán es común que algunos adolescentes se vayan con políticos o adinerados por unos cuantos pesos, pero eso no quiere decir que todos deban someterse ante los que se sienten los dueños del rancho.
El menor, incluso, ni siquiera iba a denunciar, pero como su madre se enteró de la situación no dudó un instante en interponer la denuncia correspondiente, aun cuando eso le acarreara una serie de amenazas de parte del acusado, un sujeto cobarde que, en cuanto supo de las denuncias en su contra, se desapareció y no dio la cara a las autoridades…hasta que fue detenido y presentado ante el Ministerio Público.
Si no debía nada, si era inocente, por qué huyó y no se presentó a la FGE cuando le giraron citatorios para declarar; alguien inocente no pone pies en polvorosa, sino que enfrenta la situación como hombrecito.
Todo indica que, aun cuando de última hora sus asesores y abogados prepararon toda una estrategia mediática de defensa y presión, Carlos Chavira será declarado culpable de abuso sexual y pornografía infantil.
Aun cuando siga al frente del ayuntamiento de Coquimatlán un tipo improvisado y que no mueve un dedo si su mamá no se lo permite.