POR Jorge Octavio González
En un par de columnas del 2022 referimos que Lizzie Moreno Ceballos, quien ganó sorpresivamente la diputación local por el distrito VI, ha pasado sin pena ni gloria en la 60 Legislatura.
Su triunfo fue como el de la chapodiputada que bien describe Anabel Hernández en su libro Las señoras del narco: nadie la conocía, no tenía trayectoria política, pero era la amante de Joaquín Guzmán Loera.
Lizzie Moreno Ceballos es hija del ex gobernador de Colima Fernando Moreno Peña.
Moreno Peña, que tiene el mismo vicio que Arnoldo Vizcaíno Rodríguez, quiere vivir sus momentos de gloria a través de su hija; no hay tema o iniciativa que no se lo consulte para actuar en consecuencia.
Llegó al absurdo la diputada de llevar a FMP como abogado en una reunión de comisiones, donde los legisladores presentes se incomodaron por el séquito de seguridad que llevaba consigo y las armas que portaban.
Andrea Naranjo Alcaraz denunció el hecho en tribuna y Lizzie Moreno Ceballos respondió furibunda, como lo hacía su papá cuando lo cuestionaban, y dijo que no llevaba a su papá como ex gobernador sino como su abogado, como si no tuviera el suficiente dinero como para conseguirse uno que no llame tanto la atención.
Cuando algunos analistas mencionaban a Lizzie Moreno como posible aspirante a la presidencia municipal de Colima, la aclaración no vino de ella sino de su padre Fernando Moreno Peña, quien dijo, antes que ella, que su única pretensión era reelegirse como diputada local en el Congreso del Estado.
Al margen de que minimizó a su propia hija, a quien le negó la oportunidad de hacer pública su aspiración, en ese tenor el ex gobernador ha actuado para defender los intereses de la diputada; ante cualquier señalamiento que se le hace, sale a responder como si la legisladora no tuviera voz propia.
En fin: allá ella y su desvalorización como diputada y como mujer.
En una ocasión, arropada por su padre en un programa de internet que financia dos veces por semana, Lizzie Moreno se metió a la transmisión a cuestionar al diputado Chuy Dueñas y hasta lo retó a ver cuántas sillas de ruedas, medicamentos, muletas y apoyos ha entregado a la gente, ya que, según ella, tiene todo debidamente registrado y esos gastos se pueden consultar.
Lo que ignora Lizzie Moreno es que la función primordial de un diputado no es entregar sillas de ruedas ni demás apoyos a la sociedad, por muy bondadosa que sea la acción, sino legislar, aprobar el presupuesto anual de su entidad y, sobre todo, la fiscalización del gasto público estatal.
¿Qué ha hecho Lizzie Moreno al respecto? Ni idea; sólo se ha dedicado a presentar iniciativas de la Comisión de Hacienda que preside para aprobar descuentos de predial y otros servicios a los Municipios, algo que se debe hacer de cualquier manera.
¿Qué iniciativas, decretos, reformas a la Ley o a la Constitución ha presentado en tribuna en beneficio de los colimenses?
El diputado de Movimiento Ciudadano al menos sí ha subido a tribuna a defender sus ideas y causas de la gente de Colima, además de presentar iniciativas sobre todo del sector salud; que no le aprueben nada es otro asunto.
El rechazo de la diputación federal plurinominal fue algo que molestó sobremanera a Fernando Moreno Peña, porque, ciertamente, tendrá que volver a hacer campaña con todos los agentes de seguridad detrás de él en todos los actos públicos, además de soltar dinero para comprar la voluntad de la gente.
Como diría el clásico: dinero es lo que le sobra a FMP.