DURANTE LA ASAMBLEA PRESIDIDA la semana pasada en el municipio de Manzanillo, la secretaria general de Morena, Citlali Hernández, casi se atragantó con la torta de pata de elefante que devoraba en ese momento, cuando Martha Zepeda del Toro, secretaria del Ayuntamiento porteño, expuso un panorama sombrío para el futuro del partido en Colima; ante todo, por venir de una funcionaria municipal que pertenece al mismo partido de la gobernadora de la entidad. El tema es preciso darlo a conocer, pues al mismo no le hizo eco la prensa estatal, que en su mayoría la tiene controlada Miguel Ángel Vargas Cow, vocero del Gobierno del Estado. De entrada, pues, Marta Zepeda le dio la bienvenida a la robusta senadora, en el entendido de que no son muchos a los que se les recibe cálidamente, pues reconoció que la senadora no comparte los ideales del dirigente nacional del Movimiento de Regeneración Nacional, el colimense Mario Delgado Carrillo, que ha entregado el partido a los gobernadores de los estados en los que gobierna. Por tanto, la funcionaria dejó muy claro que ella ni el gobierno al que representa no le tienen ninguna confianza al chueco y traidor Mario Delgado, que es conocido cariñosamente como la Perra Colimota. Una vez bien encarrilada en su alocución, la funcionaria municipal dio su diagnóstico de los pasados comicios del 2021, donde Morena perdió más de la mitad de municipios en Colima, habiéndose salvado prácticamente sólo los de la costa del Pacífico, pues la capital y Villa de Álvarez, que conforman la zona conurbada más poblada de todo el estado, se perdieron irremediablemente, lo mismo que Cuauhtémoc, que es el municipio de la Gobernadora Altozano. A continuación, Martha Zepeda señaló que los números no mienten: en tanto que Indira Vizcaíno es la penúltima gobernadora peor evaluada de los 32 en el país (sólo le gana la colimense a su homólogo de Zacatecas, David Monreal), la presidenta municipal de Manzanillo, Griselda Martínez Martínez, se encuentra ubicada entre los 10 alcaldes mejor calificados de la nación, con un 50 por ciento de aceptación. Está claro que la mandataria ni siquiera alcanza el 30 por ciento. Lo peor de todo, según la funcionaria municipal, es que, a pesar de estar en su luna de miel de su primer año de gobierno, Indira Vizcaíno, como los malos gobiernos del pasado, arrastra en su cuesta abajo en su rodada –como dice el tango— al mismísimo presidente López Obrador, pues en el estado de Colima es donde es el peor evaluado de la República. La edil porteña, por cierto, está mejor evaluada que el inquilino de Palacio Nacional, situación que evidentemente es culpa única y exclusivamente de una gobernadora impopular, quien permite que su padre, Arnoldo Vizcaíno Rodríguez, agravie públicamente a la autoridad municipal manzanillense sin que haya consecuencias por sus exabruptos. Es más: el mismo mini fiscal, Bryant Alejandro García Ramírez, también ha llamado “mentirosa” a Griselda Martínez, lo que ya es el colmo de la irresponsabilidad en la actual administración estatal, que ni por equivocación hace su tarea. Así, frente a una estupefacta, azorada y sorprendida senadora Citlali Hernández, la secretaria del Ayuntamiento de Manzanillo expresó que en el municipio costero las cosas van bien porque su gobierno es “persistente, constante y congruente”, pero con el riesgo de que en las elecciones del 2024 el único municipio que pueda mantener Morena sea el manzanillense, con todo y que tienen en contra al Congreso del Estado (con mayoría de Morena) y a los regidores del Cabildo porteño (que también tiene mayoría morena), que reciben línea directa del gobernador de facto de Colima. Lo único que preocupa a las autoridades de Manzanillo es que el partido en el poder (Morena) esté incurriendo en los mismos vicios que durante muchos años le echaron en cara al PRI monolítico, verticalista, autoritario y casi único, como son los casos de actos anticipados de campaña, el manejo clientelar de los programas sociales, entre otras lindezas. Si Martha Zepeda se hubiera dedicado a pintora y no a la política, hubiera hecho un fresco muy apegado a la realidad de lo que ocurre actualmente en Colima (en lo general) y en Manzanillo (en lo particular). La senadora ya ni pío dijo.