POR Jorge Octavio González
La semana pasada fue de las peores para el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Aunque podemos enumerar uno por uno los reveses que sufrió, lo que más le caló fue haber sido confrontado por una reportera de Sonora que le dijo, en su propia cara, en su propia casa, que el presidente de la República también tiene medios afines a su movimiento.
Y es que, ante la batería de cuestionamientos que le hizo en torno a las masacres en distintos lugares del país, López Obrador no supo qué contestar; llegó al extremo de pedirle ayuda a una periodista a modo para que le respondiera acerca de una investigación que involucraba actos de corrupción al interior del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales, INAI.
¿Qué le molestó, en específico, al presidente de México? Que en su propia conferencia de prensa, en Palacio Nacional, le restregaron las masacres que suceden constantemente en el país; resaltó lo sucedido en Texcaltitlán, comunidad del Estado de México, en donde miembros del crimen organizado se enfrentaron con pobladores, personas de escasos recursos, que se hartaron del cobro a sus productos.
Como para ellos no existía la autoridad, se enfrentaron con machetes, palos y escopetas contra los criminales, ante la ausencia de todas las fuerzas armadas que debieran proteger a los ciudadanos de los delincuentes.
Y así continuó: en Sonora, en Guerrero, en Zacatecas…y AMLO no hallaba cómo salir del atolladero.
A esos datos duros, viles masacres que suceden en la actualidad, en el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, se sumó lo ocurrido en Guanajuato, en donde sujetos del crimen organizado masacraron a más de una docena de jóvenes que estaban en una posada que se celebraba en Salamanca.
16 personas asesinadas y al menos 13 heridas fue el saldo del acto cobarde y criminal de los delincuentes que, empoderados en este gobierno, han cometido una tragedia más que indigna y enluta a muchas familias mexicanas.
Hace unos días, mientras AMLO hablaba sobre estudiantes de medicina asesinados también en Guanajuato, se atrevió a señalar que fueron ajusticiados porque llegaron a comprar droga en un lugar donde vendía otra banda criminal; varios días después, cuando se practicó la autopsia de rigor, resultó que ninguno de los muchachos presentaba restos de droga en su organismo.
Lo que no puede ignorar el presidente de la República es la descomposición en el tejido social y la pésima estrategia de seguridad implementada en todo el territorio mexicano; con abrazos no balazos sólo está empoderando a los delincuentes, mientras los ciudadanos, sobre todo los más pobres, como los de Texcaltitlán, tienen que enfrentarse con palos y machetes en contra de criminales para defenderse, ante el temor y la complicidad de las fuerzas del orden.
¿Y esa es la continuidad de la transformación que ofrece Claudia Sheinbaum, la candidata de MORENA a la presidencia de la República?