POR Jorge Octavio González
En estos días las posiciones más codiciadas son las diputaciones por la vía de representación proporcional.
El Instituto Electoral del Estado de Colima dio, de acuerdo a la interpretación que hicieron de la ley, las diputaciones plurinominales a los partidos que alcanzaron la votación necesaria.
No hubo tantas sorpresas como se esperaba; sin embargo, la repartición que hacen a nivel local casi siempre termina modificada por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.
Roberto Chapula de la Mora, al menos en dos Legislaturas y en el ayuntamiento de Colima con Leoncio Morán Sánchez, quedó fuera del reparto; pero como abogado que era interpuso recursos legales y en los tribunales federales le regresaron la posición.
Hoy, en esta 61 Legislatura, son varios los que, pretendiendo saborear las delicias del poder, interpusieron recursos legales para ver si las autoridades competentes les alcanzan a dar una diputación plurinominal.
En el PRI, como se ya se dijo, el IEE le dio las plurinominales al septuagenario Arnoldo Ochoa González y a Betzaida Luz Alondra Pinzón Carreto.
No conforme con la decisión, aunque se aplicó la paridad de género, el indefinido Manuel Agustín Trujillo Gutiérrez dio a conocer que peleará su posición plurinominal ante las autoridades electorales.
Para él —e elle— no importa que una mujer más llegue al Congreso del Estado; al ex coordinador de asesores del gobierno de José Ignacio Peralta Sánchez lo único que le interesa es tener una curul desde la cual ganar más de 100 mil pesos mensuales y darse la buena vida.
Repitió, como lo hizo cuando se rebeló ante la imposición de Carlos Antonio Cárdenas Roque como candidato a la diputación local del Distrito II, el berrinche ante lo que una autoridad superior determinó; a ver si no sucede lo mismo que en el PRI, que ante una encerrona donde le dieron una regañada terminó arrodillado (posición que le encanta) y avalando el desaseado proceso interno del partido, además de borrar todas sus publicaciones en las redes sociales en donde externaba su malestar ante las decisiones de la cúpula priísta.
Manuel Trujillo es posible que no alcance a llegar a ser diputado; mientras eso sucede hará todo el ruido posible y peleará para que le quiten a una mujer del PRI la diputación que él —o elle— considera que le pertenece.
En Movimiento Ciudadano, pese a que ya tienen a una en la persona de Cristina Lupién Ventura, el farsante y mentiroso Benjamín Alamillo tuvo el cinismo de interponer un recurso para que les den otra posición plurinominal.
En lugar de estar tratando de modificar el reparto de las diputaciones por la vía de representación proporcional, el sujeto debería estar vinculado a proceso por falsificación de documentos para ponerse en el segundo lugar de la lista de plurinominales.
Pero el tío no tiene ni tantita vergüenza.
Los partidos PRI y MC, pese a lo impresentables de sus integrantes, al menos tienen derecho de pelear en tribunales porque alcanzaron una votación considerable.
Quienes de plano deberían ya quedarse quietos son los del Partido de la Revolución Democrática y el Partido Encuentro Solidario: pese a que no alcanzaron ni el 3% de la votación general, todavía tienen el cinismo de pelear una diputación plurinominal.
El PRD y el PES, tanto a nivel nacional como en Colima, perdieron el registro por el repudio de millones de mexicanos en las urnas; está claro que la decisión de la gente el pasado 2 de junio es que esos partidos desaparezcan y ya no sigan siendo una cueva de ladrones donde se beneficien de las prerrogativas y las posiciones por la vía de representación proporcional.
Pero algo tienen las plurinominales que todos son capaces de hacer cualquier cosa con tal de obtenerlas.