POR Jorge Octavio González
Mientras el inútil mini fiscal Bryant Alejandro García Ramírez sigue escondido como el cobarde que es y no afronta las consecuencias de sus actos como hombrecito, la ola de violencia en Colima continúa y no hay visos de que algún día baje.
Ayer, por ejemplo, en Villa de Álvarez una mujer caminaba tranquilamente por una calle transitada, a plena luz del día, algunos dicen que iba a su trabajo, cuando se cruzaron ante ella dos bandos criminales que se venían disparando desde sus automóviles; entre los proyectiles que se lanzaron varios impactaron a la señora, dejándole sin vida al instante.
Quedó en el suelo, tirada con el cubrebocas en el cuello, con un hilillo de sangre que recorría desde su cabeza, pasaba sobre su pecho y bajaba sobre sus brazos hasta llegar al final de la banqueta. Una imagen terrible. Horrorosa. Infame.
¿Qué dijo la gobernadora Indira Vizcaíno? A la misma hora que unas balas que se lanzaban criminales en una calle transitada acababan con la vida de la mujer, la gobernadora tenía el cinismo de felicitar al coordinador de la bancada de MORENA en el Congreso del Estado, Armando Reyna, por su cumpleaños, quien curiosamente utilizó sus influencias en la Fiscalía General del Estado de Colima para torcer la ley y salvar a su hijo de pasar el resto de su vida en la cárcel por provocar la muerte de un taxista en Tecomán.
Así como lo leen: la gobernadora felicitó a un sujeto que, por las presiones que ejerció en la Fiscalía de Colima, obligó a los empleados de Bryant García a culpar al señor fallecido de su propia muerte; ya nomás faltó que le dieran una indemnización al júnior por haberlo acusado de un crimen y que la señora le ofreciera una disculpa, no obstante que el hijo del legislador iba a exceso de velocidad, en estado de ebriedad y con alguna otra sustancia que lo orilló a huir de la escena con la complicidad de los tránsitos del ayuntamiento de Tecomán.
¿Y qué pasó con la señora asesinada en la colonia V. Bonfil? Nada. Se sumó a las estadísticas que seguramente en estos días el taradazo vocero de la Mesa de Coordinación Estatal para la Construcción de la Paz y la Seguridad dará a conocer a los medios de comunicación, al mismo tiempo que negará la información, por enésima ocasión, a un reportero que cada rueda de prensa le solicita lo mismo, como un acto de burla y desprecio a quienes exigen rendición de cuentas a las autoridades. El sello de la casa del gobierno del Estado.
¿Alguien sabe algo del mini fiscal? Sigue escondido como una rata, como un cobarde que sabe que cometió una infamia bajo los influjos del alcohol y las drogas, pero que espera que el tiempo pase y se olvide todo, como es la costumbre en esta administración.
La cuestión, sin embargo, es que sus exabruptos quedaron documentados y toda la gente podrá consultar lo que hizo cuando quiera y a la hora que sea; el tiempo puede cambiar la agenda y la narrativa de lo que se dice en la opinión pública, pero jamás hará que se borre la cobardía de un mini fiscal que no tiene el valor de afrontar las consecuencias de sus actos y prefiere actuar como una sabandija, borrando los comentarios que hizo y después justificándose con que le hackearon su cuenta de Facebook.
A sus amigos de ocasión los podrá engañar, a la gobernadora, a los medios que replican sus mentiras, pero a la sociedad no; a nosotros tampoco, que si de algo sabemos perfectamente es del manejo de las redes sociales y la seguridad cibernética. A otros con el cuento de que vulneraron la seguridad y privacidad de las cuentas del titular de la Fiscalía de Colima.
Ayer una mujer falleció a consecuencia de las balas que todos los días vuelan por Colima sin que la autoridad lo evite; ayer una mujer perdió la vida porque la mandataria no es capaz de romper el pacto con el crimen organizado y permite a los delincuentes operar como se les dé la gana; ayer una mujer fue asesinada en el gobierno más feminista de toda la historia de Colima, según dice la gobernadora Indira Vizcaíno.