POR Bibiano Moreno Montes de Oca
En la pasada sesión ordinaria de la LX Legislatura local, con mayoría morenaca, se exhortó a la presidenta municipal de Manzanillo, la reiterativa y mazorquera morenaca Gris Celda (o Celda Gris) Martínez, garantice a la población porteña el buen manejo en la recolección de residuos sólidos en el relleno sanitario a fin de evitar que siga la contaminación al medio ambiente por el derrame de lixiviados, luego de haber sido objeto de clausura el basurero municipal (o relleno sanitario) por parte de las autoridades de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) del Gobierno de México.
Los hechos del municipio de Manzanillo llaman poderosamente la atención, pues esa película ya la vimos en el gobierno anterior; vamos, más bien se trata de la segunda temporada de una serie que comenzó con el priista Nachito Peralta Sánchez, aunque con algunas novedades para seguir en el ánimo del exigente público que cada vez quiere emociones más fuertes. Así, algunas notables diferencias se encuentran en el hecho de que hoy es un gobierno estatal, la Legislatura local y el Gobierno Federal (todos de la misma secta) los que están en contra de la villana de la historia, la alcalde manzanillense, jugando ésta su mismo papel de la mala del cuento.
En su momento, hace dos años, hubo un enfrentamiento entre la administración estatal y la municipal, donde la vencedora fue la primitiva Gris Celda, aun cuando la razón le asistía en ese momento al gobierno priista de Nacho Peralta, así como ahora le vuelve a asistir la razón a la Profepa y al Congreso del Estado, este último por lanzar el exhorto, el cual, sin embargo, actúa por revanchismo político en contra de una correligionaria por las muy evidentes e innegables diferencias que existen entre la Gobernadora Altozano y la edil de Manzanillo, que esta vez no se ve que vaya a salir muy bien librada como la primera vez que chocó por la misma razón contra el peraltato.
El hecho de no simpatizar ni con la gobernadora ni con la alcalde del puerto no me impide hacer notar que esta última incurre en el mismo garrafal error de usar el tema del relleno sanitario para mantener un miserable pleito político que se traen las dos mujeres pertenecientes a la misma cofradía. La anterior administración, por la presión recibida por empresarios poderosos, prefirió doblar las manos y ceder ante la mazorquera Gris Celda, que mantuvo durante varios días al municipio, convertido en un muladar por haber clausurado el basurero el Instituto del Medio Ambiente del Estado de Colima (IMADES), dependiente de la Secretaría de Infraestructura y Desarrollo Urbano.
La autoridad estatal actuó acorde con sus facultades de clausurar el basurero de Manzanillo por el incumplimiento en las medidas para sanear el lugar, ya que se estaba generando el derramamiento de lixiviados sobre el arroyo La Sidra, cauce natural que desemboca en el mar, generando una descomposición del ecosistema y del medio ambiente. Esta vez, según informes de las autoridades federales, la contaminación de lixiviados llegó al arroya La Tigra, razón por la que de nuevo se clausuró el relleno sanitario, pero esta vez por parte de la Profepa. En ambos casos, la irresponsabilidad ha sido de Gris Celda: de nadie más.
En este punto es donde algunas cosas cambian: en su oportunidad, el IMADES dio un tiempo prudente para que se corrigieran los problemas sanitarios del basurero de Manzanillo, pero a la alcalde porteña le importó madres. Después, cuando la basura había inundado las calles, lo más que hizo Gris Celda fue enviar todos los desperdicios al basurero de Tecomán, donde el presidente municipal, Elías el Gusano de Queso Lozano Ochoa, le abrió gustosamente las puertas de par en par, pues el gesto no fue gratis: cobró su correspondiente comisión por recibirle a su homóloga las toneladas de cochinero embolsado.
Más aún: el IMADES tuvo que actuar porque desde el Senado de la República se lanzó el exhorto para que se actuara en Manzanillo para evitar que siguiera la contaminación, lo que a Gris Celda le valió una hectárea de chorizo. Al final, el pleito era contra un gobierno estatal de diferente filiación, por lo que se mantuvo en su macho y, al final, dobló a su adversario. Hoy, empero, la clausura del cochinero que nuevamente hay en el relleno sanitario estuvo a cargo de la Profepa, perteneciente a la federación, es decir, al obradorato, el mismo al que le rinden pleitesía por igual morenacos estatales y municipales. La intervención del Congreso local, manejado por el indirato, sólo es una consecuencia.
Por tal razón, la reiterativa y mazorquera Gris Celda Martínez no se saldrá con la suya tan fácil, pues ahora tiene en contra a dos Poderes estatales y al Gobierno Federal, que coincidentemente son de la misma secta morenaca. Así, las cosas no son las mismas que la primera vez en que la alcalde no tenía nada que perder y sí mucho por ganar. De hecho, esta vez ni siquiera le queda a la edil argumentar que se quiere privatizar el servicio de recolección de basura, razón por la cual se negaba a plegarse a los lineamientos dictados por la administración estatal. Hoy, por supuesto, el cuento de la bruja ya no da resultados: lo obligado es que limpie el cochinero que ella misma ha causado por su irresponsabilidad.