POR Jorge Octavio González
Después de meses de provocaciones, de faltar al respeto a la investidura, de mentir y de llevar una agenda politiquera, la regidora Martha Zepeda del Toro recibió una contundente respuesta de la presidenta municipal porteña que, como nunca se había visto, le puso una tunda que jamás se le va a olvidar.
Cierto que, desde que era diputada federal, Rosi Bayardo se caracterizó por su seriedad y no inmiscuirse en dimes y diretes ni muchos menos por protagonizar escándalos de corrupción y personales.
Pero todo tiene un límite.
Martha Zepeda del Toro, acostumbrada a mentir cada que hace uso de la palabra en las sesiones de Cabildo del ayuntamiento de Manzanillo, no esperaba que, finalmente, sus deseos por llamar la atención de la alcaldesa se harían realidad.
De frente, sin ese miedo que las mercenarias al servicio de la pasada administración le endilgan, Rosi Bayardo señaló que “el dinero que estamos administrando, el dinero del gobierno de Manzanillo, está volviendo al pueblo”.
Añadió: “Yo entiendo que eso genere incomodidad, coraje… Al final es dinero de la gente. Y todo está regresando en forma de programas, en forma de servicios, en forma de obras, en esta ocasión en forma de viviendas”.
La presidenta municipal de Manzanillo, sin perder el hilo del mensaje que estaba enviando a la sociedad manzanillense, señaló que el hecho de que el dinero regrese al pueblo, como lo dio a conocer, “por supuesto que entiendo que a la regidora Zepeda no le guste esto”.
—Y yo la voy a bautizar aquí: la Regidora Mentiras.
¡TRAKAS!
A esas alturas del discurso de Rosi Bayardo, sin embargo, la regidora Martha Zepeda del Toro ya estaba roja del coraje y buscaba por todos los medios interrumpir la paliza que le estaban acomodando en la sesión de Cabildo.
Pero vino el remate al falso discurso de la regidora:
“Yo nada más le recuerdo que usted se robó dinero de la administración: 35 millones de pesos se robaron. ¡Devuelva ese dinero, Regidora Mentiras”!
Martha Zepeda del Toro, exhibida como una vil ladrona del erario, de ese que prometió cuidar con su propia vida, finalmente estalló y lanzó injurias y amenazas de denunciar penalmente a la presidenta municipal de Manzanillo.
Nada más que aquí viene la ironía: si hay alguien que debe a la justicia es, precisamente, Martha Zepeda; todavía no se sabe qué va a pasar respecto a las denuncias que tiene en la Fiscalía Especializada en Combate a la Corrupción, cuyas audiencias intentó reventar con porros y personal del ayuntamiento de Manzanillo en aquél entonces.
Lo cierto es que la regidora mentiras, bautizada así por la presidenta municipal de Manzanillo, quedó exhibida de cuerpo entero en la sesión de Cabildo: parte de los 35 millones de pesos que se dieron en la pasada administración, que algunos regidores y otros funcionarios devolvieron en un acto de honestidad y congruencia, ella se los embolsó con todo el cinismo del mundo.
Y eso, por supuesto, no se lo va a poder quitar ni con todas las mentiras que diga en sesión y en sus redes sociales; ella ya quedó expuesta, igual que su jefa en el trienio pasado, como una funcionaria de doble discurso que es capaz de dañar las finanzas con tal de incrementar su cuenta bancaria.
Es mentira que a ella le interesa la gente de escasos recursos, pues cuando fue secretaria del ayuntamiento de Manzanillo las ignoró; es falso que le preocupe la infraestructura del puerto manzanillenes, ya que la carretera a Chandiablo, por ejemplo, en los seis años que estuvieron como gobierno nunca atendieron las peticiones de la gente de ese lugar; una falacia que estén vigilando que el dinero se destine para lo que es, cuando ella y su claque se llevaron 35 millones de pesos en bonos para seguirse dando la vida de lujo a que están acostumbradas.
Aunque no es común verla así, Rosi Bayardo sorprendió a más de uno en plena sesión de Cabildo, con un control total de la situación; ni la misma Martha Zepeda esperaba recibir esa metralla de respuestas que, sencillamente, la dejaron noqueada y furiosa por perder el debate.