POR Jorge Octavio González
Fátima Borrego Pérez no es sólo una funcionaria indolente que nunca se deja ver en la delegación del IMSS Colima, sino que, de acuerdo a información proporcionada a este medio, tiene su propia mafia al interior que le ayuda a llevar a cabo todo tipo de irregularidades.
Uno de los principales cómplices de la delegada es un sujeto llamado Mario Villaseñor Castillejos, jefe de Servicios Jurídicos; habría que realizar una exhausta investigación para saber hasta qué grado llega la corrupción que ejerce en la institución.
Otro de los allegados a Fátima Borrego es Daniel Padilla Cruz, jefe de Administrativos, quien, según el personal que lo tiene que tolerar todos los días, se mofa de todos argumentando que, por ser licenciado, puede hacer y deshacer sin dejar huella.
Veremos, en las auditorías que les realicen, si es así.
Padilla Cruz, de acuerdo a la información que nos proporcionaron, es quien orquesta los saqueos en Compras y ordena en Abastecimientos, amén de que tiene que ver con las construcciones mal hechas y fuera de la normatividad que le han dejado buenos dividendos.
¿Por qué permiten que se realice todo esto sin que haya consecuencias?
Porque la delegada Fátima Borrego Pérez tiene la venia de algún alto funcionario federal que la deja operar como ella quiere; para ello se hace acompañar de dos sujetos que poseen información sobre ella y los malos manejos que ha hecho en la delegación del IMSS Colima.
En los derechohabientes, sin embargo, la excusa de que no haya medicamentos ni citas ni especialistas ni cirugías es que no hay dinero; lo que no dicen es por qué no hay o quién se lo está robando.
En Colima, concretamente en la delegación del Instituto Mexicano del Seguro Social, hay una serie de irregularidades que los mismos trabajadores están exponiendo a los medios con la condición de proteger sus identidades.
Mientras la finalidad sea que las autoridades se pongan a trabajar e investiguen a estas personas señaladas como parte de la mafia que saquea en el IMSS, las puertas de este medio estarán abiertas para lo que tengan que decir.
La prepotencia y acoso laboral es tal que, para poder denunciar alguna irregularidad, es necesario hacerlo de manera anónima; de lo contrario se exponen a perder el trabajo y a ser sometidos a procedimientos disciplinarios que los pueden llevar a perder la licencia médica.
La clínica número del IMSS, en tanto, está en pésimas condiciones: no hay citas sino hasta dentro de dos o tres meses; no hay cirugías porque no tienen los insumos necesarios para operar; no hay especialistas porque se toman vacaciones para asistir a sus otros trabajos en consultorios privados o en Guadalajara.
Y lo peor: continúan como agentes de seguridad privada los mismos patanes (hombres) y soberbias (mujeres) que están subcontratados por la corrupta empresa Hidalgo Vigueras Consultores, S.A de C.V (HÍVICO), que no se hace responsable de los robos, malos tratos y golpizas que propinan estos individuos a los pacientes o familiares de los derechohabientes que acuden a la clínica por algún malestar o que están internados.
Si acaso, cuando los exhiben en los medios, les llaman la atención y ya; sin embargo, nunca tienen una sanción como tal que los haga responsables de sus actos.
En la clínica 1 del IMSS, en Villa de Álvarez, se activó una política momentánea mientras estaba la pandemia del COVID-19: para que no estuvieran entrando y saliendo los familiares de quienes estaban internados, sólo una persona podía ingresar y tenía que terminar el turno de más de 8 horas para poder ser relevado por alguien más.
La pandemia ya pasó —aunque el peligro ya no es grave— y continúa la misma política imbécil.
A los directivos o administrativos, al parecer, les va y les viene lo que sucede con la política de visitas al nosocomio; de ahí que los prepotentes y miserables elementos de seguridad privada insisten en impedir la entrada de familiares a visitar a un paciente y piden que sólo uno ingrese pero que se quede todo el turno.
HÍVICO, como se puede apreciar, ni siquiera contrata a personal capacitado o que tenga criterio. Ellos ya se dieron cuenta que no hay restricciones por la pandemia, pero siguen utilizando sus malos modos y prepotencia para sacar a la gente que visita a sus familiares.
¿Y la delegada Fátima Borrego Pérez y compinches?
Están ocupados en otras cosas.