La frivolidad delata a Indira

POR Jorge Octavio González

Considerada hace más de 10 años como una de las revistas más consultadas por la clase social elitista de Colima, Dos8 era el medio donde los políticos querían salir a como diera lugar; fue célebre por haber crecido con los recursos que salieron del gobierno del Estado cuando José Manuel Romero Coello era secretario de la Juventud.

Si algo supieron hacer bien en esa revista de farándula fue explotar la vanidad de hombres y mujeres hambrientos de reconocimiento, de popularidad, de ser cercanos a la juventud y estar a la onda. Dos8 era el medio ideal para proyectarse si pretendían una candidatura en el mediano plazo.

Indira Vizcaíno, una niña entonces, soñaba con salir en esa revista para presumirle a sus amigas las fotos que le tomaran; cuando comenzó su carrera política lo primero que hizo fue salir en la portada. La vanidad y la frivolidad siempre delataron a la hoy mandataria estatal.

Hoy Dos8 ya no es lo que era hace más de 10 años; hoy es un medio más que continúa explotando la vanidad de los políticos, pero ya no tiene la penetración ni influencia que llegó a tener. Eso lo saben perfectamente en la dirección de la revista, pero también saben que la gobernadora de Colima es vanidosa y se cree la mejor de todas, por lo que aprovecharon la oportunidad para seguir recibiendo recursos del gobierno del Estado.

Y es que, mientras en enero y febrero sólo lograron los contratos CGCS-PM/001/1ro/2022 y CGCS-PM/013/1ro/2022 por 23 mil pesos cada uno, en abril se sacaron la lotería, cuando el entonces Coordinador General de Comunicación Social, Alexandro Carbajal Berber, a sólo quince días de salir de la administración para incorporarse como vocero del Congreso del Estado de Colima, otorgó el contrato CGCS-PM/025/2do/2022 por nueve meses, esto es, del primero de abril al 31 de diciembre de este año, por la cantidad de 450 mil pesos.

La fecha es importante recordarla: ese mes, en abril, Indira Vizcaíno salió en la portada por enésima vez y le hicieron una entrevista de primaria, con cuestionario incluido, para que no se fuera a equivocar o fuera a decir una burrada de esas que sabe decir cada que abre la boca.

Si los contratos con los medios se estaban dando de manera trimestral, ya sea renovando o cancelando, qué prisa había para firmar uno por nueve meses a sólo unos días de que el titular de comunicación social abandonara el gobierno del Estado. ¿Qué favores tenía que pagar Carbajal Berber a Rodolfo Aguilar Valencia como para firmar fast track el contrato sin darle la oportunidad a Miguel Ángel Vargas Vaca de refrendarlo o no una vez que asumiera la oficina?

En su momento, como se ha dicho en reiteradas ocasiones en estas páginas, los responsables de esas asignaciones de contratos por adjudicación directa tendrán que rendir cuentas ante las autoridades; mientras eso sucede aquí estaremos evidenciando a dónde va cada peso del erario en medios socios y amigos de los funcionarios de comunicación social, como Alexandro Carbajal Berber entonces y ahora Miguel Ángel Vargas Vaca, quien ha incurrido en conflicto de interés y violado la Ley se Responsabilidades de los Servidores Públicos sin que le preocupe en absoluto.

También cabe destacar que la asignación de medio millón de pesos para la revista Do8 es de las más grandes que se dio a los medios de comunicación locales este año, quienes oscilaron entre los 20 mil, 50 mil, 100 mil y hasta 400 mil, y a empresas de medios de fuera hasta 7 millones de pesos por publicitar las inexistentes “obras y acciones” del gobierno del Estado.

La personalidad del gobernante se mide de acuerdo a dónde invierte el recurso público; en este caso, en cuestión de medios de comunicación, Indira Vizcaíno prefirió darle el mayor presupuesto a una revista de sociedad y de farándula por su vanidad e indolencia en lugar de otros medios que sí generan opinión en el medio político y en la sociedad en general.

¿Qué se puede esperar de Indira Vizcaíno si su mayor preocupación es ver si salió bien o no en las fotos? Así su indolencia. Así su vanidad. Así de cínica y sinvergüenza.