POR Luis Fernando Moreno Mayoral
Aunque se manejó como un éxito el evento del aniversario número 83 de la Universidad de Colima y la foto monumental de alrededor de 7 mil trabajadores de la comunidad universitaria, lo cierto es que hay varios mensajes de fondo que valen la pena compartir.
Habría que señalar, primero que nada, que ese músculo que quisieron mostrar en la foto no fue tan orgánico como lo presumieron; el mismo día hubo trabajadores de la U de C que manifestaron su descontento por tener que ir al lugar a las 7 de la mañana sin la posibilidad de checar hora de entrada en su trabajo.
El reglamento actual, sin embargo, es más estricto y cerrado que antes; por ninguna razón se les justifica no checar a su hora. Y ese día, que es hora de entrada de muchos universitarios, ni siquiera sabían qué tenían que hacer para no tener falta y, al mismo tiempo, acudir al evento tan cacareado de la Universidad de Colima.
Resumen: gran parte de los asistentes al evento lo hizo obligado y no necesariamente es el músculo que el rector Christian Torres Ortiz Zermeño quiso mostrar ante la opinión pública como respaldo hacia su trabajo en este primero y último periodo que estará al frente de la institución.
Los ex rectores, ciertamente, siguen siendo un lastre político y financiero para la Universidad de Colima. Estuvieron presentes 5 ex rectores de la máxima casa de estudios que representan una erogación millonaria para la institución cada mes.
Pero eso sería el menor de los problemas si no fuera por la intromisión que tienen cada uno de ellos en las diversas dependencias que conforman el campus universitario.
Pese a que el actual rector no surgió del Grupo Universidad y decidió traicionar a Ignacio Peralta con tal de mantenerse al frente de la U de C, en algo sí se unen: la defensa de su dinero.
Y es que, si bien se recuerda, el rector Torres Ortiz Zermeño como algunos de los ex rectores que gustan de los reflectores emprendieron una campaña de descalificaciones en contra del ex gobernador por el impago a la institución educativa.
No es cierto que les preocupaba la educación de los universitarios y la operatividad de la Universidad de Colima; lo que realmente les aterraba es que, si continuaba el impago, se verían afectados ellos en sus millonarias pensiones.
Ahí no les importó atacar a un mandatario del PRI: tanto el rector Christian Torres como ex rectores adictos a las pantallas y micrófonos cuestionaron a Peralta Sánchez por no pagar a la U de C. Lo que los une es el dinero. Nada más.
Si en estos momentos, como sucede a nivel nacional con la pensión de los ex presidentes de la República, a los ex rectores se les dejara de pagar su pensión, su orgullo universitario no sería tal.
Pero ahí estuvieron, en el 83 aniversario de la Universidad de Colima, el rector flanqueado de los ex rectores que representan millones de pesos al mes de pensiones; aunque algunos hayan tenido diferencias políticas y el actual ni siquiera pertenezca a su grupo, siempre los unirá el dinero.
Ya es hora de que haya una reforma a la Ley Orgánica de la Universidad de Colima en relación con las pensiones millonarias de los ex rectores.
Así habría un ahorro mucho mayor.