La costosa síntesis de prensa: chitón, omertá en el indirato

POR Bibiano Moreno Montes de Oca

De dos temas trataré en esta columna de culto hoy: el tema de la síntesis de prensa nacional encargada a un chilango, así como la omertá a la que se han sometido los funcionarios del indirato, quienes con no declarar nada sobre temas delicados esperan que con el tiempo todo se olvide. Adelante con los faroles. 

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¿Qué tanta importancia tiene Colima en el concierto nacional? Casi nula. Esto quiere decir que nuestra entidad no llama mucho la atención, salvo cuando ocurre algo extraordinario, como un terremoto o cualquier otro desastre natural, pues de las masacres cotidianas que suceden en todo el país –incluida nuestra entidad— ya sólo se ocupan los periodistas especializados, pues el Gobierno Federal desde hace rato –cuatro años— renunció a su facultad de combatir al crimen organizado con su estrategia asesina de “abrazos, no balazos”, pues no hay que olvidar que los narcos, ajá, también “son pueblo”.  

A pesar de que tenemos el puerto más importante de la República Mexicana, que es el de Manzanillo, a nivel nacional no se habla mucho de Colima, como sí pasa con entidades cuyas capitales ya casi compiten en extensión y en población con la Ciudad de México, como es el caso de Guadalajara, Monterrey, Puebla, Toluca y San Luis Potosí, pertenecientes a los estados de Jalisco, Nuevo León, Puebla, Edomex y San Luis Potosí, respectivamente, todas ellas metrópolis, por cierto, que ni siquiera tienen salida al mar. Así, además de contar con gobiernos más ricos, a esos estados los distinguen también sus empresarios, mucho más visionarios que los blandengues que tenemos aquí. 

Como sea, para ser un estado casi siempre ignorado a nivel nacional, Colima no ocupa invertir mucho en una síntesis que se haga de la prensa nacional (como, por ejemplo, notas a 8 columnas, textos periodísticos, caricaturas), pues está muy claro que no representa un gran atractivo, salvo para los especialistas en materia económica por el importante movimiento que hay en el puerto. Es más: ni siquiera por esa razón amerita que haga un innecesario gasto el Gobierno del Estado, si se toma en consideración que los funcionarios del chiquigabinete de vacilada se han sometido a una austeridad franciscana que ya pasó a otra fase de más humildad: la practicada por los monjes dulcineanos. 

Sin embargo, el embuste de la austeridad no se lo cree nadie, pues hay pruebas de que al indirato lo que más le encanta es gastar dinero a manos llenas, aunque hipócritamente se habla de un ahorro de 500 millones de pesos por un inexistente combate a la corrupción que no está acreditado en los hechos. A la fecha, nuestra página PXPress ha documentado que en el presente año se han gastado más de 12 millones en autopromoción de supuestas obras realizadas por la administración de la Gobernadora Altozano, cantidad a la que ahora se agregan otros 139 mil 200 del águila por una inútil cuanto onerosa síntesis de prensa de ocho cuartillas, suma que corresponde de mayo a diciembre del 2022. 

Bien se dijo en la columna Opinión Express: en el área de Comunicación Social del Gobierno del Estado hay personal más que suficiente que se puede hacer cargo de esa tarea; sin embargo, precisamente ahí es donde está el negocio: justificar el gasto para entregarle recursos públicos a los cuates del vocero oficial del indirato, Miguel Ángel Vargas Cow, que dobletea con su otro papel de jefe de asesores, área que depende de un tal Eduardo Jurado Escamilla. Hay gente para realizar el trabajo que le encargaron a un tal Alejandro Pedraza Gómez, que desde la comodidad de su casa en la Ciudad de México se embolsará este año 139 mil, libres de polvo y paja, pero hay que entenderlo: se trata de ayudar a los amigos. 

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En el gobierno de Indira Vizcaíno Silva se ha puesto en práctica una especie de omertá (mafiosos, al fin de cuentas, los cuatroteros) en la que se debe respetar un código de silencio. Así, a la orden contundente de ¡chitón!, ningún funcionario del indirato debe hacer ningún tipo de declaración que ponga en duda la credibilidad de una administración corrupta, irresponsable y frívola, con el muy vano intento de apostarle al olvido o a la mala memoria de los colimenses. En el chitón (omertá a la mexicana) se incluye a la Fiscalía del mini fiscal Bryant Alejandro García, que forma parte del grupúsculo político enquistado actualmente en el poder en Colima. 

Hay dos casos en los que los funcionarios hasta exageran en su respeto al código del silencio al que están sometidos. Uno es el de Javier Pinto Torres, que no hace declaraciones referentes a un subalterno suyo en la Subsecretaría del Trabajo del Gobierno del Estado, que tiene en su contra ocho denuncias por acoso sexual, pero sí tiene el cinismo de tratar de disuadir a las víctimas para que retiren sus denuncias y el acosador no padezca una pena corporal muy severa. En este caso, pues, la omertá no sólo rifa en el funcionario, sino en la propia Indira Vizcaíno, que ni siquiera por ser mujer siente empatía por las de su mismo sexo. 

En cualquier otro gobierno de corte neoliberal de la época prianista, la izmierda en Colima, que representan los cuatroteros que se subieron al tren del indirato, desde el primer instante ya estarían exigiendo la renuncia del mini fiscal Bryant Alejandro García, al que un reporte de inteligencia de la Sedena, hackeado por el grupo de hackers denominado Guacamayas, lo tiene considerado entre los “no confiables” por sus presuntos nexos con el crimen organizado, igual que sus homólogos de los estados de Aguascalientes y de Querétaro. ¿Qué reacción hubo ante tamaña gravedad en el señalamiento? Un piadoso manto de silencio tendido por la Indi y sus secuaces, incluida la prensa que tiene comprada. 

¿Cuál es la apuesta del indirato y su chiquigabinete de vacilada, en el que se ubica al mini fiscal Bryant Alejandro García? El total olvido. O sea: no hacer olas con un tema tan delicado como la acusación de nexos del funcionario de marras con el crimen organizado, apostándole al Alzheimer de los colimenses. En efecto: es la omertá que funciona a todo vapor o el chitón. De ese tamaño es el desprecio que Indira Vizcaíno tiene por el pueblo de Colima, al que entretiene a base de mentiras y de un discurso pleno de opacidad, cinismo y corrupción. 

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Mis congratulaciones por el primer aniversario en sociedad de la página PXPress, que en tan corto tiempo ya le ha sacado ronchas a más de uno (a). ¡Felicidades!