POR Jorge Octavio González
Demoledor, por decir lo menos, la carta que escribió Genaro García Luna, ex secretario de Seguridad Pública del gobierno de Felipe Calderón Hinojosa, defendiendo su honorabilidad como persona y funcionario y exhibiendo los nexos criminales del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Quién diría que el señalado, acusado y linchado como parte de un cártel del narcotráfico en México, como García Luna, sería el que ahora, con dedo flamígero, apuntara a la cabeza del presidente de la República por la misma razón.
En este México mágico, ciertamente, todo puede pasar.
Respecto a la carta del ex funcionario encargado de la seguridad nacional de todo México durante el sexenio de la guerra contra el narco, hay algunos puntos relevantes que es de vital importancia retomar.
Lo primero es lo que dijo sobre el trato que le ofrecieron en la Fiscalía de Nueva York, en el sentido de declararse culpable de los delitos por los que se le acusaba y cumplir una condena de 6 meses en la cárcel, para después recibir beneficios económicos y ser testigo protegido.
Raro, por supuesto, este ofrecimiento; sobre todo porque si la idea era no pisar la cárcel pues ya pasaron cinco años desde que lo detuvieron y todavía falta la sentencia que le van a dictar por haberlo encontrado culpable de los delitos que le achacaron.
Lo más alarmante, desde luego, es el señalamiento del ex secretario de Seguridad Pública en torno a las ligas de López Obrador y sus operadores con gente del crimen organizado. “Es del conocimiento público y está en los registros oficiales de México y de EU, los contactos, videos, audios, fotografías, registros de comunicación y gestión entre el actual presidente de México, Andrés López Obrador y sus operadores con los líderes del narcotráfico y sus familias; en el particular con los narcotraficantes que fueron utilizados como testigos en mi contra durante el juicio, quienes inclusive durante el juicio imputan al presidente López Obrador, y sus operadores de estar vinculados con ellos y el narcotráfico”.
Aunque desde ahora están descalificando esa parte de la carta por no presentar pruebas de sus acusaciones, lo cierto, sin embargo, es que lo mismo sucedió con los señalamientos de los testigos protegidos que, como parte de una negociación para reducir sus condenas o salir en libertad, lo acusaron sin ton ni son sin tener una sola prueba en video o fotografía al respecto.
Son los dichos, cierto, de un ex funcionario muy cuestionado; sin embargo, eso no ha importado a las fiscalías de los Estados Unidos para presentar y formalizar acusaciones en contra de políticos, como sucedió, recientemente, con el ex presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, por tener nexos con el Cártel de Sinaloa.
Estados Unidos juega su propio juego y de acuerdo a sus intereses; la cuestión es que ahora tiene en sus manos bombas nucleares que podría utilizar en cualquier momento para devastar el gobierno de México.
Tal vez, cuando AMLO y Claudia Sheinbaum estiren la cuerda de más, los vecinos del norte comiencen a filtrar esos videos, fotografías o comunicaciones entre López Orador y sus operadores con gente del crimen organizado, particularmente los que, de acuerdo a Genaro García Luna, son los mismos que utilizaron en el juicio en su contra.
Si ya una carta de Ismael El Mayo Zambada cimbró a todo el país y descarriló al gobernador Rubén Rocha Moya, un auténtico cero a la izquierda e inútil, qué tal caería una segunda, tomando en cuenta que el ex secretario de Seguridad Pública del gobierno de Felipe Calderón también corroboró los nexos del narco con el actual presidente de la República.
Tiempos difíciles y peligrosos en México.
Aquí la carta íntegra de Genaro García Luna: