POR Jorge Octavio González
Pésima candidata a la gubernatura en el 2021, con operadores financieros que decidieron quedarse con el dinero de la campaña en lugar de seguirle apostando a la perdedora y haber tirado la toalla sin dar la batalla para la defensa del voto, ahora Mely Romero Celis tiene el cinismo de exigir el primer lugar en la fórmula al Senado de la República.
Después de dejar colgados a todos los que la ayudaron para que fuera la gobernadora de Colima, la priísta se fue a refugiar a su rancho sin asomar la cabeza en los momentos que el gobierno federal se dedicó a destruir las instituciones e imponer su voluntad a capricho.
Mientras medios, activistas y pocos de la oposición daban la guerra ante el autoritarismo, Mely Romero vivía en su mundo de caramelo y se tomaba fotos para sus redes sociales.
Hoy, que el PRI abrió la convocatoria para inscribirse al Senado de la República, la ya ex senadora se hizo la aparecida para alzar la mano y pedir, como si lo mereciera, el primer lugar en la fórmula del Senado de la República.
Mely Romero, para su mala suerte, es la primera candidata del Revolucionario Institucional que pierde una elección en Colima; años atrás también había perdido otra posición federal que, sin embargo, nadie de los dirigentes del tricolor advirtió como para no haberla propuesta para ser la candidata en el 2021 al gobierno del Estado.
Lo único que se le recuerda a la priísta es haber hablado de las robamaridos durante la campaña; de ahí en más nada se quedó en el imaginario colectivo de la gente que valga la pena.
Mely Romero estaba forjando su carrera desde abajo: cuando iba a ser candidata del PRI a la presidencia municipal de Cuauhtémoc, un problema en las cuotas de género hizo que el partido tricolor bajara a José Ignacio Peralta Sánchez y a Nabor Ochoa de la fórmula al Senado de la República, para incorporar a la propia Mely en el primer lugar y a Itzel Ríos de la Mora en el segundo.
Ganaron, ciertamente, porque en el PAN Jorge Luis Preciado trabajó para que perdiera su compañera de fórmula, Brenda Gutiérrez Vega. En una elección pareja, sin trampas, jamás habría ganado Ríos de la Mora, que no la quieren ni en su casa.
La ambición de Mely Romero, de ir en el primer lugar de la fórmula al Senado de la República, la obnubiló y le hizo perder el piso; se volvió arrogante y ególatra, a tal grado de mirar por debajo a los colimenses.
Haber subido tan rápido en la política, como en su momento le tocó a Silverio Cavazos Ceballos tras la muerte de Gustavo Vázquez Montes, no le hizo bien; al contrario, la desequilibró y la hizo creerse mejor que los demás, a tal grado de pedir hacer a un lado a Martha Sosa Govea para que fuera ella, y no la panista, la candidata de la alianza al gobierno del Estado.
Pero en fin: eso es historia.
Lo importante ahora es, por supuesto, que Mely Romero Celis no tiene los merecimientos ni el trabajo como para aspirar a obtener la candidatura al Senado de la República, mucho menos el primer lugar.
Hay otros cuadros, por supuesto, con mayor trabajo político que ella que pudieran hacer un mejor papel.
En la coalición Seguimos Haciendo Historia, cuando se están dando hasta con la cubeta por las candidaturas, quienes sean los designados tendrán que enfrentar a sus rivales de afuera, pero también de adentro; sin embargo, si queda Mely Romero Celis por el PRI y el PAN, le estarán dando a quienes postulen del PT y del Verde Ecologista el pase directo a la Cámara Alta.
Pero allá los que conforman la alianza Fuerza y Corazón por Colima, que están tomando las peores decisiones en la repartición de candidaturas.