La altanería y soberbia de Eloy García

POR Luis Fernando Moreno Mayoral

Gaby Benavides, en la comparecencia de la secretaria María Luisa Albores en el Senado de la República el pasado 30 de noviembre de 2022, no dijo que Eloy García Alcaraz fue de los delegados federales consentidos de la época de Felipe Calderón nomás porque sí. Lo dijo con pleno conocimiento de causa porque ella padeció las arbitrariedades y los abusos del entonces delegado de la PROFEPA en la entidad.

Crecido, como todo enano mental que se avergüenza de sus limitaciones, Eloy García se sentía, como funcionario de los gobiernos de la transición, de los que sacaron al PRI de Los Pinos, como hecho a mano; su actitud soberbia, prepotente y altanera lo acompañó durante el tiempo que lo protegieron en el gobierno federal.

La senadora por el Verde Ecologista no estaba tan equivocada cuando, frente a la titular de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales del gobierno de la República, le pidió que investigara la problemática con los pequeños comerciantes en las playas de Colima, particularmente de Armería, Tecomán y Manzanillo, ya que el encargado de la representación de la SEMARNAT en Colima es como un alcohólico en recuperación: no puede ver un billete porque recae en la tentación de robar.

Un permiso que se paga una vez al año para trabajar en la zona federal de las playas de Colima lo quiere cobrar Eloy García cada tres meses por la misma cantidad. ¿Por qué? Porque tiene órdenes de sus superiores de hacerlo así, fue lo que le respondió a la gobernadora Indira Vizcaíno cuando le solicitó que no hiciera ese cobro a los comerciantes.

¿Quiénes serán los superiores que le ordenaron eso? La máxima autoridad a la que le debe rendir cuentas es la titular de la SEMARNAT, María Luis Albores, que en la comparecencia se dijo apenada y ofreció una disculpa a la senadora por eso que estaban haciendo contra los vendedores ambulantes en las playas colimenses. Ella no fue. ¿Quién fue, entonces, el superior que le dio la orden de cobrar cuatro veces al año un permiso que se pagaba una vez cada 12 meses?

O eso de los superiores es un invento de García Alcaraz para quedarse con el dinero de los humildes comerciantes o hay alguien, que no es la titular de la SEMARNAT, que está en colusión con el encargado de la representación de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales en Colima para hacer este negocio al margen de la ley y en perjuicio de gente pobre que subsiste de eso para llevar comida a sus familias.

La soberbia, altanería y prepotencia de Eloy García Alcaraz, que fue descrita por la senadora Gaby Benavides cuando recalcó que el funcionario federal era de los delegados consentidos en la época de Felipe Calderón, quedó comprobada en una carta que escribió a propósito de la denuncia que interpuso en contra de los directivos de Ecos de la Costa y un reportero por un reportaje que revelaba la utilización de vehículos oficiales en asuntos personales del entonces delegado de la PROFEPA en Colima.

Fechada el 18 de septiembre de 2005 y dirigida a René González Chávez, en ese entonces director del periódico en cuestión, señaló: “Sabes, René, ¿cuántos elefantes caben en un Volkswagen?…Caben cinco: dos adelante y tres atrás”. Sí: así inició su petulante y mal redactada carta al director del periódico.

Sigue: “Esto me vino a la memoria cuando leí el domingo la infamante nota de primera plana en la que me acusas de utilizar los recursos del gobierno federal, que tengo bajo mi responsabilidad, para hacer edificaciones y mejoras en mi casa de Trapichillos. Es curioso, René, cómo se pierde la medida de las cosas cuando se pretende atacar a una persona a cualquier costo. Pero estoy seguro que, en este caso, se equivocaron de funcionario”.

Altanero, como se puede apreciar, el tono de la misiva a González Chávez, a quien acusa, en primera persona, de atacarlo. Habría que darle unas pequeñas clases de periodismo: hay un reportero que hace la investigación y firma la nota; el director se hace responsable si hay algún problema, cierto, pero no es el que acusa o ataca. Así estará acostumbrado Eloy García a operar en los medios que ha estado e influye, pero no es así en los que sí son serios.

Continuamos: “En virtud de que la nota de primera plana que publicaste abunda en ´podría´, ´estaría´ y ´de comprobarse´ termina por ser un excelente ejemplo del virtuosismo que Cantinflas estableció en su discurso: hablar mucho sin decir nada. Pero me dejas en entredicho y es por ello que el mismo domingo tomé la determinación de demandarte a ti, a Ernesto Terríquez Sámano, a Edgar Badillo y a Mónica Lizette Gutiérrez Mendoza por el delito de difamación, tipificado en el Código Penal de nuestro estado”.

La amenaza ante todo, claro está; la cárcel por atreverse poner en entredicho a un funcionario ebrio de soberbia y altanería. ¡Faltaba más!

Sigue: “Espero que te quede claro que quien juega a sabiendas de que va a perder es un perplejo, en tanto que quien juega teniéndolas todas a su favor es un abusivo. Tú sabes qué papel estás jugando en este sainete. De no ser así, yo te lo voy a aclarar en los próximos días”.

No hay mucho que decir: un vil y auténtico patán.

Esto es lo más dramático de la carta de odio: “Lamento también haberte ofrecido mi amistad sincera. Y que quede claro, si me hubieras acusado de homicida, pero con pruebas, aún la tendrías. Pero no, las afirmaciones que esgrimieron en el aire son un intento de socavar mi prestigio personal y mi dignidad que tienen remitente y destinatario. A cada uno daré respuesta puntual y sabré ponerlo en el lugar que le corresponde. Por hoy sólo te notifico que a ti y a tus secuaces ya los puse en el banquillo de los acusados”.

Dice, el muy pedante funcionario federal, que si lo hubieran acusado de homicida, pero con pruebas, aún tendría René González su amistad; el tipo asume hasta la fecha que nunca incurrió en irregularidad alguna y que por eso emprendió las denuncias penales y civiles.

La denuncia de Gaby Benavides a la secretaria de Medio Ambiente y Recursos Naturales viene acompañada del testimonio de más de 600 familias que se vieron afectadas por el cobro irregular del permiso para trabajar en las playas de Colima. ¿A ellos también los va a denunciar por llamarlo extorsionador? ¿O a la senadora de la República por exhibir ante los medios y la opinión pública la calase de corrupto que es?

No lo acusan de homicida, pero sí de extorsionar a gente humilde; por vergüenza debería renunciar antes que la titular de SEMARNAT a nivel federal lo cese luego de la investigación interna que realice. ¿Vergüenza Eloy García? No: es un sinvergüenza.