POR Jorge Octavio González
Kate Castillo, desde que inició la 60 Legislatura, demostró ser falsa: se acomodó su nombre de tal manera que sonara como la narco-actriz Kate del Castillo; tal vez porque la idolatraba es que su estilo personal lo amoldó a su imagen y semejanza.
A diferencia de la actriz de telenovelas, la diputada no es tan astuta ni talentosa; es una niña berrinchuda que, a la primera de cambio, tuerce la boca y se va para otro lado. Así sucedió cuando tuvo diferencias con la entonces presidenta de la Junta de Gobierno y Coordinación Política del Congreso del Estado, Viridiana Valencia Vargas: se paró de su lugar y se puso junto a la bancada del bloque opositor.
A más de un año en funciones, lo mínimo que se esperaría de la legisladora es que haya madurado y aprendido el arte parlamentario. Nada de eso. Sigue como una niña berrinchuda que espera que le cumplan sus caprichos; al menos eso demostró cuando dio de baja la cuenta de Facebook del Partido Encuentro Solidario, de acuerdo a la información proporcionada por el dirigente estatal, Marcos Santana Montes.
Y es que, siendo ella la encargada de la comunicación social del PES Colima, Kate Castillo tenía el acceso a la cuenta; en lugar de dejar la administración, prefirió borrarla de la red social. Berrinchuda. Caprichosa. Así es el actuar de esa diputada insolente y amante del dinero.
Si eso fuera el único defecto de la legisladora, no sería tanto problema. El colmo, según relató Marcos Santana, acompañado de Claudia Aguirre, es que la legisladora ha actuado como una Kate del Castillo en La reina del sur: amenaza, trata de comprar a delegados del partido, les promete trabajo en el gobierno del Estado y llega con guardaespaldas y sujetos tatuados al congreso estatal para impedir que se lleve a cabo y sean destituidos el dirigente estatal y la secretaria general.
¿A razón de qué Kate Castillo ofrece empleos en el gobierno del Estado a los delegados del PES Colima que se le voltearan a los dirigentes Marcos Santana y Claudia Aguirre? ¿Lo sabrá la gobernadora Indira Vizcaíno? ¿O tendrá su venia?
Marcos Santana, en la conferencia de prensa que dio ayer lunes, dejó asentado que, de pasarles algo a él, a Claudia Aguirre y a cualquier miembro del PES Colima, los únicos responsables serían Kate Castillo, su padre Rodolfo Castillo, Hugo Eric Flores y la gobernadora Indira Vizcaíno. Así tal cual: si los asesinaban ellos serían los culpables.
El amasiato entre la dirigencia del PES Colima y la diputada Kate Castillo tronó cuando, desde la cuenta de la mandataria estatal, se publicó un encuentro entre el dirigente nacional del PES y la legisladora con la gobernadora. Desde la cuenta del PES Colima, ya que la que existía la borró la diputada, deslindaron al partido de la reunión porque, en efecto, Hugo Eric Flores no tenía ninguna representación del partido en la entidad.
Kate Castillo, ignorante como es, dijo que no compartía lo dicho por la cuenta del PES Colima ni que hayan calificado de fake la reunión, como si no supiera que la calificación de falso no fue para la reunión, sino a la representación del partido en la persona de Eric Flores.
Alguien que por un capricho dejó de votar con la bancada oficialista y después, cuando pactó entregar el partido al gobierno del Estado, vuelve a ser comparsa y una marioneta más del sistema, no es alguien de confianza; es una persona doble cara que no es capaz de respetar el sentir de la sociedad y las directrices del instituto político al que pertenece.
Quedó claro que Kate Castillo no tiene cabida en el PES Colima y que su intentona por dar el golpe de Estado para deponer a Marcos Santana y a Claudia Aguirre fracasaron; ahora la pregunta es para qué le va a servir a la gobernadora la diputada si, al menos en el Congreso del Estado, su voto no hace la diferencia en las sesiones.
A Indira le serviría de algo la entrega del partido, pero ni metiéndose al papel de Teresa Mendoza la legisladora logró que sus guaruras reventaran el congreso estatal donde se corroboró la dirigencia estatal y la secretaría general para Marcos Santana y Claudia Aguirre, respectivamente.
La ambición no es buena consejera; termina echando a perder a las personas que caen en la tentación. Kate es un ejemplo de ello.