POR Jorge Octavio González
Pareciera una afrenta a la mitómana gobernadora de parte del crimen organizado todo lo que están haciendo para aterrorizar a la ciudadanía con sus hechos delictivos; desde la madrugada del pasado domingo, cuando Indira Vizcaíno se fue con recursos públicos a la marcha en la Ciudad de México, Colima no ha descansado de asesinatos, balaceras, persecuciones y temor, mucho temor, de los colimenses.
Mientras se hacía el despliegue de personas más caro de la historia de México, con más de mil 500 millones de pesos invertidos en la marcha para sanar las heridas de Andrés Manuel López Obrador, unos sicarios asesinaron a una mujer madre de familia en el bar Danza, que se supone estaba clausurado por otros hechos de sangre en ese antro de mala muerte; asesinaron a otro joven en un bar llamado La Guadalupe, en el municipio de Colima; por la mañana localizaron el cuerpo de un hombre sin vida con disparos de arma de fuego en El Mirador de la Cumbre, en Colima capital, además de un vehículo incendiado.
El lunes, ya en Colima, la gobernadora ni se refirió a los hechos delictivos del fin de semana; para ella eso no sucede en su Colima, la que está de maravilla. Si a ella no le preguntan sobre lo sucedido no habla al respecto. ¿Y qué creen? No lo va a hacer porque no hay medios que la cuestionen acerca de los temas importantes; la mayoría de los que dejan ingresar a sus eventos están amordazados a través de contratos en la Coordinación General de Comunicación Social, donde Miguel Ángel Vargas Vaca los amenaza con no salirse del guion si es que desean continuar con sus jugosos convenios publicitarios.
Al margen de que hubo un silencio sepulcral sobre la jornada sangrienta del fin de semana pasado, el mismo lunes se desató la ola de violencia con asesinatos, balaceras y persecuciones en las principales avenidas de la ciudad, donde la gente común y corriente, al verse en medio de todo el jaloneo, decidió refugiarse en tiendas departamentales de los alrededores para resguardarse de los criminales.
Por la tarde la colonia El Zalatón fue acordonada por las autoridades porque se reportaron detonaciones de arma de fuego, en donde un sujeto fue lesionado al interior de su casa, pero salió y llegó hasta las canchas del lugar a pedir auxilio; después llegaron las patrullas y se llevaron al joven mal herido en una ambulancia.
Los hechos de violencia continuaron por la misma zona y se habló de otras detonaciones de arma de fuego por la Matamoros, donde también fue acordada el área por elementos de la policía estatal. La información fluía de la misma ciudadanía, con un gobierno estatal que dejó en la indefensión a los colimenses, pues además de no protegerlos los dejó sin información oficial para tomar sus precauciones.
Ya se está haciendo costumbre que sea la propia sociedad la que se informa a través de redes sociales y por grupos de WhatsAPP, donde corre más rápido la noticia, la foto y el video que por los propios medios de comunicación; ni se diga del gobierno del Estado, que parece no estar a la altura de las circunstancias para hacer frente a esa avalancha de datos que se desplaza a mil kilómetros por hora.
La tarde-noche del lunes hubo otra balacera en Lomas de Circunvalación, donde se dio una persecución de las autoridades a presuntos criminales, donde el recorrido se vio envuelto en balazos al aire libre que atemorizaron a los colimenses que, al ver y escuchar las balas y las patrullas a alta velocidad, decidieron correr hacia la tienda más cercana para resguardarse y no ser víctimas de una bala perdida.
Ayer martes, como reguero de pólvora, corrió por redes sociales un comunicado de una organización criminal en donde amenazan al líder de las mototaxis en Manzanillo y consejero de MORENA, quien se dice impune por estar protegido por Arnoldo Vizcaíno Rodríguez; con este señalamiento son ya dos cárteles los que embarran al padre de la gobernadora en asuntos ilegales, lo cual debería dar pie a que las autoridades investiguen al respecto. ¿O no?
Lo peor de todo es que pareciera que no hay gobernadora en Colima, que no hay autoridad que proteja y salvaguarde la integridad de la sociedad colimense; lamentablemente estamos solos y no podemos confiar en que el gobierno del Estado solucione el problema, pues ha quedado documentado que fue la propia mandataria Indira Vizcaíno, con sus promesas incumplidas a las organizaciones criminales, la que originó esta guerra de sangre desde el 25 de enero con la masacre en el CERESO.
La sociedad de Colima está sola y no cuenta con el gobierno, pero se tiene a sí misma.