POR Jorge Octavio González
“Muy atentos a las tendencias, en el equipo de comunicación me generaron estas imágenes. ¿Qué te parecen?, ¿ya tienes las tuyas? ¡Compárteme tus imágenes!”, fue lo que posteó la gobernadora Indira Vizcaíno en su cuenta de Faceboog seguido de unas fotografías generadas por la aplicación de paga #Lensa.
Queda claro que a la mandataria le parece un juego estar en el gobierno del Estado; para ella estar en el poder es divertirse, es viajar, es tomarse fotos y es crear imágenes de aplicaciones costosas para entretenerse.
¿Gobernar? Que lo hagan los que realmente mandan en la administración estatal: su padre Arnoldo Vizcaíno Rodríguez y su cercano Rogelio Rueda Sánchez. Si ellos, por lo que dicen las organizaciones criminales, fueron los que negociaron la llegada de Indira al poder y pactaron ciertos acuerdos, pues que se hagan responsables de sus actos y cumplan.
¿Que Indira no quiso cumplir los acuerdos porque le parecieron exagerados? Pues ni modo: más de 800 asesinatos producto de la guerra de cárteles que ella misma originó bien lo valen mientras a ella no la toquen; por eso tiene escoltas fuertemente armados y se pasea en camionetas con el blindaje más alto del mercado.
Para Indira Vizcaíno su equipo de comunicación social debe estar “muy atento a las tendencias”, esto es, los temas de moda, lo que ven los jóvenes, casi adolescentes, para ver si puede conectar con ellos. Ella ignora que no tiene la edad: ya es una señora que tiene una responsabilidad mayúscula gobernando una entidad federativa.
Pero a ella eso no le importa: a su edad ella quiere divertirse; por eso su confidente y protegido Miguel Ángel Vargas Vaca está atento a las tendencias del momento en redes sociales para complacer a su jefa y, de paso, evitar que le llame la atención o le pida explicaciones sobre los contratos que otorga por adjudicación directa a medios amigos y socios y que, en algunos casos, incurre en conflicto de interés.
¿Qué es mejor que enfrentar la ley y rendir cuentas a la sociedad colimense? Estar atento a las tendencias del momento para complacer a Indira Vizcaíno y levantarle el ego que de repente se le baja cuando ve las encuestas de Mitofsky en donde la ponen en el último lugar como la peor gobernadora mujer del país y como la penúltima peor gobernadora de México.
Que le generen imágenes de #Lensa, es el grito de Vargas Vaca para tener contenta a Indira. Ella con poco tiene: con que le digan que es la más bonita de todas y que nadie como ella. Así de conformista es; el problema es que sale de su burbuja, de la camioneta blindada y polarizada, y se encuentra con el verdadero Colima: el que le reclama la inseguridad, la falta de empleo, las pésimas finanzas, cero obras y, sobre todo, la indolencia con que se conduce cuando toma un micrófono o escribe algo en sus redes sociales.
Indira Vizcaíno vive en el multiverso de #Lensa: en esas fotografías al menos no hay nadie que le haga sombra; es ella y nadie más que ella. Como le gusta. Como siempre quiso estar: sola y con el poder. Sin compartirlo. Y si lo tiene que hacer, lo delega con su padre y su amigo de luchas que hoy es su asesor externo y tiene notaría en Manzanillo.
Ella cree que la protección de Andrés Manuel López Obrador va a ser eterna y que con tener una decena de escoltas fuertemente armados y camionetas blindadas y polarizadas va a estar libre de las amenazas que le hicieron las organizaciones criminales.
Y cree que teniendo al mini fiscal Bryan Alejandro García Ramírez trabajando para al Cártel de Jalisco, como lo revelaron los documentos clasificados de la Secretaría de la Defensa Nacional, los demás se van a mantener a raya.
Ingenua, por lo menos, al tener esa idea; la protección se va a terminar en menos de dos años y las organizaciones criminales se van a reorganizar ahora que vengan los cambios en el 2024. Con AMLO fuera del gobierno de la República, ¿alguien cree que se va a mantener la protección presidencial a la gobernadora? Desde luego que no. Y lo peor es que Indira Vizcaíno cree que sí y por eso le apuesta a que Claudia Sheinbaum la va a tener a su lado.
Lo único cierto es que el tiempo corre y los acuerdos que se hicieron en la campaña van a cobrarse en algún momento. Amor con amor se paga, pero también traición con traición se paga.