POR Luis Fernando Moreno Mayoral
Hay varias señales de alerta en Palacio Nacional de que las elecciones del 2024 no serán un día de campo.
Una de ellas es la irrupción de Xóchitl Gálvez Ruiz como la coordinadora del Frente Amplio por México: su dinamismo y carisma opaca a una Claudia Sheinbaum gris y que intenta por todos los medios parecerse al presidente de la República.
Hace más de tres meses, por ejemplo, con cualquiera de los aspirantes a los comités de defensa de la cuarta transformación ganarían las elecciones presidenciales.
Pero eso ya no es así.
Y algo grave es lo revelado por el periodista Leonardo Kourchenko en su columna en El Financiero: el aval de López Obrador a los 21 gobernadores y gobernadoras de MORENA para que violen la ley y hagan todo tipo de trampas para retener la mayor cantidad de espacios en toda la República.
Escribió el analista político: “Hay que hacer todo lo que sea necesario para ganar las próximas elecciones en el 2024”, les habría dicho AMLO en la encerrona.
Siguió: “Cueste lo que cueste, vamos a tener que ganar para garantizar que nuestro proyecto permanezca y se consolide. Tienen mi autorización para hacer lo que sea necesario para conseguir el resultado”.
Y así fue como Leonardo Kourchenko interpretó las palabras del presidente de México: “En los hechos, el presidente le otorgó a los gobernadores morenistas carta blanca para violar la ley electoral. Hay que hacer lo que sea para asegurar la victoria”.
En Colima, desde luego, la gobernadora Indira Vizcaíno ha seguido al pie de la letra la instrucción de su jefe político y ha actuado al margen de la ley y ha desviado recursos del gobierno del Estado para financiar la campaña de Claudia Sheinbaum.
Y no sólo eso sino que también ha utilizado a funcionarios de la administración estatal para que acudan a entidades de la República a amenazar a los beneficiarios de los programas sociales con que deben ayudar a la ex jefa de Gobierno de la Ciudad de México si no quieren perder los apoyos.
De ahí la ira de la gobernadora contra Latinus y César Guerra por haber denunciado la serie de irregularidades que cometieron para incidir en el proceso interno de Movimiento de Regeneración Nacional para designar al coordinador de los comités de defensa de la cuarta transformación.
Indira Vizcaíno es tan novata en estas lides que fue a la única gobernadora que exhibieron en la retahíla de trampas y violaciones a la ley electoral, algo que hasta el propio Marcelo Ebrard y Ricardo Monreal retomaron para cuestionar que los dados estaban cargados a favor de Claudia Sheinbaum.
Aunque el presidente de México, con el aval que les dio, les está dando impunidad a los 21 gobernadores y gobernadoras que han violado la ley, en el fondo no deberían estar tan tranquilos.
Ayer, en el noticiero de Carlos Loret de Mola, el periodista informó que la Comisión de Quejas y Denuncias del INE pidió a la gobernadora Indira Vizcaíno y a sus funcionarios conducirse con neutralidad y a que eviten asistir a actos de carácter proselitista en horarios y días hábiles.
Indira Vizcaíno debe saber que AMLO se va el año que viene y que se irá a su rancho al retiro político; sin embargo, las denuncias interpuestas ante las instancias competentes, como el INE y la Fiscalía General de la República, van a seguir su curso y en algún momento tendrán que resolverse.
Y debe estar consciente de que es muy probable que en el 2024 MORENA pierda la presidencia de la República y la mayoría de las Cámaras de Diputados y Senadores, por lo que quienes hayan cometido actos irregulares y hayan violado la ley serán sometidos a la justicia.
Indira debe estar preocupada y rezando para que Claudia Sheinbuam gane la elección presidencial; en ello se le puede ir la libertad y, también, la vida.