Indira tiene prohibido promover a Claudia

POR Luis Fernando Moreno Mayoral

Si hay alguien que nunca ha respetado las leyes y las ha violado sistemáticamente es Movimiento de Regeneración Nacional y sus integrantes; las reglas que aprobaron en el Consejo Nacional el fin de semana serán una llamada a misa porque desde el primer momento nadie las respetó.

7 gobernadores, entre ellos Indira Vizcaíno, hicieron publicaciones a favor de Claudia Sheinbaum en medio del Consejo Político de MORENA; cuando los precandidatos Marcelo Ebrard y Ricardo Monreal se quejaron de ello, de inmediato las borraron.

Curioso, por supuesto, que hayan eliminado esos mensajes más rápidos y furiosos que cuando la autoridad electoral se los ordenó en varias ocasiones. Eso del cuento de que la ley es la ley sólo aplica para las instancias e instituciones como el INE y la Suprema Corte de Justicia de la Nación; cuando lo ordena la dirigencia del partido oficial o el propio López Obrador, ahí sí agachan la cabeza y obedecen.

Otra de las reglas que aprobaron por unanimidad Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard, Adán Augusto López Hernández, Ricardo Monreal Ávila, Gerardo Fernández Noroña y Manuel Velasco Coello es que ninguna de las siguientes personas puede hacer posicionamientos a favor ni en contra de ninguno de los contendientes a la candidatura de MORENA a la presidencia de la República:

• El presidente de la República y los titulares de su gabinete legal y ampliado.

• Los gobernadores/as y los integrantes de sus respectivos gabinetes.

• Alcaldes y presidentes municipales y sus colaboradores de primer nivel.

• Coordinadores de las bancadas del Congreso Federal y los estatales.

• Toda persona con un cargo de dirigencia nacional o estatal de Morena, así como los integrantes de las comisiones de Elecciones y Encuestas.

En Colima, por ejemplo, Indira Vizcaíno ya no tendrá pretextos para viajar a la Ciudad de México a respaldar a su amiga Claudia porque las reglas se lo prohíben; eso también va para los empleados de la gobernadora en el Congreso del Estado, muy entusiastas promoviendo a la Jefa de Gobierno de la CdMx hace unas semanas, olvidándose de su verdadero trabajo que es legislar.

Las corcholatas, de acuerdo a las reglas aprobadas por todos los contendientes, deberán “comportarse” de manera austera, sin derroche de gastos publicitarios ni propagandísticos y rechazar toda práctica antidemocrática como el acarreo, coerción y alianzas con grupos o personas a cambios de prebendas.

En Colima, por ejemplo, quien estaba haciendo todo este tipo de prácticas del viejo PRI es Arnoldo Vizcaíno Rodríguez.

“Se evitarán los debates públicos y polémicas, acciones de desprestigio, descalificación o agresión entre aspirantes. Sus seguidores deben cumplir estrictamente la misma regla”, se lee en otra parte del documento aprobado el fin de semana en el Consejo Político de MORENA.

Los aspirantes se han cuestionado, aunque nadie se ha referido por nombre al destinatario de sus críticas. Ahora, por ejemplo, harán lo mismo: lanzarán dardos envenenados, pero no mencionarán nombres.

¿Y en serio creen que eso se puede aplicar a los seguidores, muchos de ellos, ciertamente, pagados por los equipos de campaña de los abanderados para promoverse y atacar a sus adversarios? Qué poco conocen a su militancia.

El último no tiene desperdicio: “Evitarán los medios reaccionarios, conservadores, adversarios de la Cuarta Transformación y partidarios del viejo régimen”.

Citlali Hernández, la senadora de MORENA, al menos habló de dos medios a los que no deben ir ninguno de los aspirantes a la candidatura del partido oficial: Reforma y Latinus.

A Latinus, por ejemplo, fue la gobernadora Indira Vizcaíno en varias ocasiones. ¿Eso es suficiente para considerarla traidora al movimiento?

Las reglas aprobadas por MORENA se violaron desde el primer momento; esto se va a poner peor conforme transcurran los días y semanas, sobre todo porque todo el calendario que ya fijaron hasta elegir al candidato, que será en septiembre, está prohibido por la ley electoral, que marca otros tiempos.