POR PXPress
EN EL GOBIERNO DE INDIRA VIZCAÍNO SILVA pagan a opinadores para defender a la administración estatal y atacar, en muchas ocasiones calumniar y hostigar, a los críticos del poder. A falta de operadores que logren convencer a analistas políticos a sumarse a la causa indirista, recurren a empleados con cargos relevantes para hacer el trabajo sucio; el descaro lo llevaron al límite, peor que los de antes. Es el caso de Ricardo Sánchez Arreguín, adscrito a la OFICINA DEL C. GOBERNADOR como coordinador general B, quien desde el 1 de marzo de 2022 forma parte de la nómina por instrucciones de Arnoldo Vizcaíno Rodríguez. La primera quincena que cobró, como se documentó en el reportaje de PXPress, fue de 34 mil 557.45 pesos; la segunda de 42 mil ,953.07 pesos, haciendo un total de 77 mil 510.52 pesos en ese mes. Como sucedió con otros tantos tras la exhibición de los aumentos de sueldos para la gobernadora y funcionarios de primer nivel, Sánchez Arreguín fue de los damnificados y su pago mensual bajó a 40 mil pesos. El fanatismo, sin embargo, no se redujo; continuó su activismo pro-gobierno en sus redes sociales resucitando una columna que no lee más que él y sus amigos en donde pontifica las grandes obras que se hacen en el gobierno del Estado. ¿Quién lo diría? El mismo que rabiosamente fustigaba a los periodistas que defendían los regímenes anteriores, a los que acusaba con el dedo inquisidor de ser unos traidores a la patria, hoy no tiene reparo alguno en defender un sistema priísta que se maneja con la inexperiencia y torpeza de Indira Vizcaíno Silva. La hipocresía, por supuesto, en toda lid; lo descarado del caso es que cada palabra que escribe, cada columna que redacta y publica en sus redes sociales, vale 40 mil pesos mensuales que pagan todos los colimenses. Si una familia damnificada por el sismo cuestiona que el gobierno no le ha ayudado para nada, los 40 mil pesos al mes salen a la defensa y Ricardo Sánchez dice que antes no ayudaban a nadie, pero que ahora lo harán cuando el gobierno federal radique los recursos; lo que no dice es cuándo llegará a Colima ese dinero que tanta falta le hace a las personas que lo perdieron todo. Si un padre de familia critica a Indira Vizcaíno porque a su hijo no le pueden conseguir un medicamento para el cáncer que padece, los 40 mil al mes de Ricardo Sánchez salen a decir que se esperen, que están haciendo su mejor esfuerzo para hacer las compras de manera correcta, pues en el pasado había corrupción y unos cuantos empresarios farmacéuticos se enriquecían. Si el niño muere será por la patria, diría el morenista converso. Si los trabajadores protestan porque no les han llegado sus bonos y prestaciones a que tienen derecho, Ricardo Sánchez sale, con los 40 mil al mes en su mente, a decir que las finanzas están hechas un caos porque los de la pasada administración, todos corruptos, se robaron todo; lo que no dice es que todos esos corruptos a los que se refiere siguen libres en las calles como si nada y en el Congreso del Estado no hay voluntad de siquiera notificarles sus juicios políticos; obvia que todos esos corruptos tienen un patente de impunidad que la misma Indira Vizcaíno les dio a cambio de que mantuvieran un bajo perfil y no hicieran cuestionamientos a su administración. Hoy ni las formas cuidan: Ricardo Sánchez Arreguín, adscrito a la OFICINA DEL C. GOBERNADOR, con un sueldo mensual de 40 mil pesos, tiene como trabajo defender a Indira Vizcaíno Silva de todos los ataques y críticas que le hacen en los medios de comunicación y en las redes sociales, algo que no tendría nada de extraordinario si no fuera porque está en la oficina de Eduardo Jurado Escamilla, el funcionario más cercano a la gobernadora, por lo que se infiere que las calumnias, hostigamiento y persecución que hace de los periodistas críticos vienen avalados por Indira Vizcaíno Silva. Si es así, significa que es como los de antes y hasta peor; si no lo es, tantito peor, porque significa que con cargo al erario se toman atribuciones que no les corresponden y hacen quedar mal a la mandataria al criticar, denostar y hostigar a los medios independientes. Indira dice que respetan a los medios y la libertad de expresión, pero con las acciones de su personal, como Ricardo Sánchez Arreguín, demuestran lo contrario. Insistimos: ¿Indira le da instrucciones de que actúe así o él lo hace por la libre? Estaremos esperando la respuesta.
DADO QUE A NIVEL NACIONAL hay una alianza entre el Partido Verde con Morena, tanto en la Cámara de Diputados como en el Senado de la República, donde le aprueban todos sus caprichos a López Obrador, en Colima no hay razón para no hacerlo en el Congreso local, pero sobre todo en futuras elecciones, como la del 2024 que se avecina. El desaparecido dirigente estatal de la franquicia Verde Ecologista, el cachetón del puro Virgilio Mendoza Amezcua, al fin salió al ruedo para dar a conocer que es de la idea que en poco menos de dos años deben ir juntos a las urnas verde ecologistas y morenacos, aunque en los casi dos meses que lleva al frente de Morena Julio León Trujillo, burócrata de poca monta e incondicional de la Gobernadora Altozano, no se han podido poner de acuerdo para reunirse a trabajar sobre los temas electorales a futuro “en favor de la gente”. Ciertamente, en la LX Legislatura local el PVEM está más que alineado al partido de los nuevos ricos de la política, aprobando cuanto le piden para beneficiar al indirato, que por cierto no ha podido dar una en su primer año de gobierno; en especial, en materia de seguridad pública, donde la violencia es igual o peor que en los tiempos de la etapa histórica llamada La Cristiada. El propio Virgilio lo presume, como si fuera motivo de orgullo: que, en el Congreso del Estado, los diputados David Grajales Pérez y Sandra Patricia Polanco Ceballos han trabajado juntos con Morena y compinches para sacar adelante algunas iniciativas, que por lo común resultan lesivas para los colimenses. Al cachetón del puro no le queda otra que tratar de restregarle en la cara a los morenacos que su partido está alineado al de ellos, pues está más que demostrado que el Verde Ecologista, lo mismo que su dirigente estatal, está desprestigiado y sin credibilidad. Lo prueban los resultados de las dos últimas elecciones en la entidad: mientras que el PVEM obtuvo 40 mil votos en los comicios del 2015 en el municipio de Manzanillo (supuesto bastión de ese partido), en el 2021 dio el bajón a los 15 mil. No es gratuito: el partido y su líder son sinónimo de corrupción, de transa, de chanchullo, que sólo se ha valido de la gente que, de buena fe, ha participado como candidata a cargos de elección popular. Pero el partido va a la baja. Durante la elección del año pasado, pese a contar con buenos cuadros, los verde ecologistas no obtuvieron nada, salvo las dos posiciones plurinominales en el Congreso estatal y regidurías en varios municipios. Ningún cargo se obtuvo en las urnas. Eso sí: Virgilio Mendoza, a la sazón candidato a la gubernatura del estado, participó por su cuenta y riesgo: sabía que no ganaría el cargo –ni en sueños—, pero le hizo un gran favor a Indira Vizcaíno Silva al quitarles votos a la Alianza Va por Colima, lo que ayudó a la originaria de Tijuana, Baja California, a hacerse del poder con el servicio de esquirolaje brindado por Virgilio. La compensación de Virgilio es el manejo a discreción de un presupuesto mensual de 397 mil 556 pesos, lo que al año (hablamos sólo del 2022) suman 3 millones 180 mil 450 pesotes. A Virgilio esa cantidad no le alcanza para el tren de vida que acostumbra desde que le halló el modo a eso de sacarle provecho a la política, de la mano de otro corrupto de siete suelas que es Nabor Ochoa López, con el que ha tenido encuentros y desencuentros, aunque en materia la lana no hay distanciamiento que valga. Y tan desacreditado se encuentra el líder estatal del Verde, que Indira prefiere tener tratos en lo oscurito con otro bribón marca diablo: Locho Morán Sánchez y sus diputados emecistas Ignacio Vizcaíno Ramírez y Glenda Yazmín Ochoa. Por lo pronto, el dirigente del PVEM busca alianza con Morena a como dé lugar. Claro, es para seguir sirviendo “a favor de la gente”, no vaya usted a creer que para su propio beneficio.
ESTE FIN DE SEMANA se dio a conocer la muerte del joven reportado como desaparecido José Heriberto Pérez Ánzar. Aunque se especuló al inicio que había sido de los embolsados encontrados el viernes por la noche en Nuevo Milenio 4, al final los familiares señalaron que el cuerpo lo habían localizado días atrás y que apenas les habían dado a conocer los análisis de ADN que pidieron para verificar su identidad. El Fiscal Especializado en Desaparición de Personas, Héctor Peña Meza, en una conferencia de prensa dijo que “no había indicios de que su ausencia sea producto de un acto delictivo”. Al descartar un delito como móvil de su desaparición, a la FGE le dejó de importar el caso y abandonó la investigación. Dos meses después apareció muerto, irreconocible; por eso solicitaron las pruebas de ADN para identificarlo. Su fallecimiento fue un asesinato. Y la Fiscalía General del Estado tiene toda la responsabilidad de su muerte por incompetentes e inútiles. ¡Y ni siquiera fueron las autoridades las que informaron sobre el hallazgo del joven!