POR Jorge Octavio González
Indira Vizcaíno entró a gobernar en noviembre del 2021; por supuesto que los indicadores negativos de ese año le corresponden, en su mayoría, a su antecesor José Ignacio Peralta Sánchez.
Pero el 2022 fue entero de ella, con un presupuesto aprobado por sus empleados en el Congreso del Estado, que ni siquiera lo leyeron pero que le dieron el beneficio de la duda por la crisis financiera que atravesaba la entidad.
Pues bien: ese 2022, ya con Indira al mando en todos los sentidos, Colima “experimentó el mayor deterioro de la paz en México, lo que resultó en la peor calificación de paz de cualquier Estado desde el inicio del Índice de Paz México”.
¿Quién hizo el estudio denominado Índice de Paz México? Nada más y nada menos que el Instituto para la Economía y la Paz (IEP), grupo independiente de expertos, no partidista y sin fines de lucro “dedicado a cambiar el enfoque mundial hacia la paz como una medida positiva, alcanzable y tangible del bienestar y progreso humanos”.
Los datos son reveladores: Colima lideró la tasa de homicidios más alta de todo el país, seguido de Zacatecas, Baja California, Morelos y Sonora; también la entidad colimense se ubicó como el Estado menos pacífico del país, seguido de Zacatecas, Baja California, Guanajuato y Morelos.
Los números reflejan la terrible situación que hay en Colima, con una carnicería que se exhibe todos los días a través de las redes sociales, los cuerpos desmembrados que aparecen en brechas y lotes baldíos, las ejecuciones a plena luz del día y con gente inocente y niños presentes, así como los feminicidios que, sin embargo, a la autoridad parece no importarle, pese a autodenominarse como el gobierno más feminista de Colima.
El estudio denominado Índice de Paz México es un duro golpe al ego de Indira Vizcaíno, más empecinada en enriquecerse ella y sus compinches que en proteger a los colimenses que confiaron en sus promesas, pese a que se deslindó de quien fue su jefe en el gobierno del Estado, Ignacio Peralta.
Ahora vemos que todo fue una simulación: el ex gobernador está en la calle como si nada porque hubo un pacto de impunidad entre la mandataria Vizcaíno Silva y Peralta Sánchez, denunciado por el diputado Roberto Chapula de la Mora en tribuna semanas antes de que lo asesinaran de manera vil y cobarde afuera de su casa.
Y si la violencia y le terror en Colima sigue expandiéndose, tal y como lo revelan en el Índice de Paz México, en donde hacen hincapié en la escisión de Los Mezcales y el Cártel Jalisco Nueva Generación, es porque, como lo reveló el líder de Los Mezcales, desde el gobierno se incumplió con acuerdos pactados en campaña para que Indira asumiera la gubernatura del Estado, con los nombres que ya se han dado a conocer con anterioridad, como Rogelio Vizcaíno y, más recientemente, Viri Valencia, a quien le habrían dado para su campaña en Tecomán.
Indira Vizcaíno no entiende el grave problema en el que se metió, no solo por pactar con los señalados por saquear las finanzas del Estado, sino con los grupos criminales que no solucionan sus problemas hablando; sin embargo, a la gobernadora parece no interesarle lo que suceda porque se siente protegida, con un séquito de guaruras y camionetas con el blindaje más alto del mercado, sólo utilizados por objetivos terroristas y del narcotráfico.
¿Qué tanto deberá Indira Vizcaíno como para tener toda esa protección? Porque, ciertamente, ella se placea como si nada por todo Colima y viaja a la Ciudad de México con Viri Valencia, pero en la entidad cada vez más hombres y mujeres se ponen en riesgo por la inseguridad que domina la entidad, donde los grupos criminales mandan en amplias zonas del Estado y cobran derecho de piso a los negocios que trabajan de manera honrada.
No hay que olvidar la denuncia de una señora en Coquimatlán, donde un funcionario identificado del gobierno del Estado amenazó al esposo y al hijo, al día siguiente intentó asesinar al hijo y al próximo intentaron lanzar una granada en un negocio familiar, situación que no salió como esperaban porque el artefacto explosivo le estalló en la cara al delincuente enviado por el funcionario de Indira Vizcaíno, como lo identificó la señora.
Indira Vizcaíno es incompetente, mitómana profesional, indolente a morir y una decepción como gobernadora; las corruptelas y la inseguridad en Colima sólo son una señal del error que la sociedad colimense cometió al elegir a una mujer incapaz, cínica, soberbia y sinvergüenza.
2025 es el año donde la sociedad debe exigirle que se vaya con la revocación de mandato.
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