POR Bibiano Moreno Montes de Oca
El viejo que habita en Palacio Nacional, incluso ya bien conocido como El Rey del Ca$h por sus corruptelas durante una buena parte de su vida, lanzó su rayo jupiterino (cual Júpiter o cual Zeus, según la antigua cultura con la que se le quiera identificar) desde su sketch cómico-mágico-musical llamado La Marranera hasta estas tierras de cocos y palmeras, donde reconoció que Colima cuenta con el muy poco honroso primer lugar nacional en homicidios dolosos. Por ello, un furioso amlo instó a la Gobernadora Altozano “a que se ponga a trabajar”.
En virtud de que últimamente todo le viene saliendo mal al vejete, a lo que se añade la abrupta salida del gabinete gerontocrático de la Tatiana Clouthier Carrillo, ex ministra de la Secretaría de Economía, no encontró con quién más desquitarse del coraje que con Indira Vizcaíno Silva, la gobernadora que en casi un año de ser –en mala hora— la titular del Ejecutivo estatal tiene también en su cuenta personal la muerte de más de 600 personas por una violencia incontrolable que se generó a fines de enero del 2022 por no cumplir pactos secretos armados desde antes de obtener ella el poder.
El caso es que este jueves, durante su sketch diario en La Marranera, amlo volteó a ver a un Colima en llamas, muy por encima de la media nacional en homicidios dolosos, lo que supuestamente lo tiene preocupado, pues amén de que nuestra entidad está en manos de los cuatroteros, desde el Gobierno Federal le han enviado marinos, soldados y gente de la Guardia Nacional, pero a la fecha no se han podido ver resultados. Y es que, en efecto, contamos con una tasa de 288 asesinatos por cada 100 mil habitantes, cuando la media nacional es de 88 casos. ¡Recáspita! ¡Recórcholis! ¡Zambomba!.
(Por cierto, es probable que los resultados no se vean ni se vayan a ver nunca, por desgracia, pues aquí tenemos no sólo a una Indira Vizcaíno banal, omisa, inepta, frívola e insensible, sino a un chiquigabinete de vacilada que no pela un chango a nalgadas por lo inservible).
Las cacayacas desde Palacio Nacional le llovieron a la Indi, que aguantó a pie firme la regañada marca diablo de su sugar daddy político, pero el senil anciano macuspano se cuidó de matizar su andanada en contra de la mala mujer. Así, pues, dijo que, en efecto, el gobierno que encabeza Indira Vizcaíno no ha dado resultados en materia de seguridad, razón por la que hizo un llamado “a que se ponga a trabajar, que se enfoque en los problemas y limpie sus instituciones, que están muy contaminadas de corrupción”. Como siempre, esa es la salida hipócrita de alguien que menciona la soga en la casa del ahorcado.
Corruptos son muchos de los cuatroteros, especialmente los que tienen tantito poder, pues locos se quieren volver. El tabasqueño es El Rey del Ca$h, lo que implica que es un corrupto de siete suelas. A la Gobernadora Altozano su apodo famoso y ampliamente conocido la precede. ¿No fue ella la que dijo que no quería ser una pendeja toda la vida? Bueno, pues ahí está: manchados de corrupción están todos, pero son tan cínicos e hipócritas que se dicen diferentes. En la Secretaría de Seguridad Pública medró durante un año un marino, que ahora fue sustituido por otro marino. O sea: son cambios para que todo siga igual.
Los marinos, los militares y la Guardia Nacional pueden llenar plazas públicas, calles, colonias, comunidades y rancherías, pero no van a mover un solo dedo por defender a la sociedad del crimen organizado, al que se protege desde las alturas del poder. Pueden llegar a Colima miles y miles de enviados del Gobierno Federal, pero de nada sirve si sus precisas instrucciones son de no responder agresiones a los malandros, tal y como se reveló en los documentos hackeados a la Sedena por el grupo Guacamayas. ¿De qué sirve que en la SSP esté otro marino, si no va a parar la violencia que se propició desde la misma administración estatal?
Lo que queda claro es que, al ordenarle ponerse a trabajar (¡viva el Pacto Federal y el respeto a los estados libres y soberanos!), amlo evidenció a la Indi como una holgazana, si bien es cierto que eso no es una simple presunción, sino una muy categórica afirmación: Indira es una flojonaza que no mueve un dedo por nadie. No lo digo yo: lo dijo el vejete tabasqueño desde La Marranera.