POR Luis Fernando Moreno Mayoral
Los lazarillos de Movimiento de Regeneración Nacional, que ya dejaron claro que renunciaron a pensar por aplaudir y aprobar todo cuanto les envíen de Palacio Nacional y Casa de Gobierno, ya ni se dan cuenta que incurren en contradicciones que los hacen ver pésimo ante la sociedad colimense.
Ayer jueves, en la sesión del Congreso del Estado, la diputada Isamar Ramírez se solazó leyendo un posicionamiento en el que recordó que el pasado 17 de mayo se llevó a cabo el foro “Ley Malena contra la Violencia Ácida en el Estado de Colima”, que contó, además, con la presencia de al activista María Elena Ríos, saxofonista oaxaqueña.
¿Quién es María Elena Ríos? Es una sobreviviente de feminicidio en grado de tentativa que sufrió un ataque con ácido; a partir de su recuperación inició un activismo para que ese tipo de agresiones en contra de mujeres sean castigados con todo el peso de la ley.
Surgió, así, La Ley Malena. Loable, por supuesto, la lucha de la saxofonista por visibilizar su sufrimiento y que las autoridades se vean obligadas a sancionar actos ruines y cobardes como el perpetrado en contra de su persona.
¿En qué consiste, pues, la contradicción de los diputados de la bancada oficialista? En que, simple y sencillamente, son unos hipócritas; con tal de presumir que llevaron a la activista para reforzar la narrativa de que la 4T es feminista, obviaron que ellos han protegido a un agresor de mujeres señalado por la Comisión Nacional de Honor y Justicia del CEN de MORENA y por la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Colima, que envió la Recomendación 04/2022.
¿Qué hicieron los legisladores de MORENA cuando recibieron la Recomendación de la oficina de Roberto Ramírez? Priscila García, como presidenta de la Mesa Directiva del Congreso del Estado en ese mes, recibió la orden de Casa de Gobierno de rechazarla, sin dar la oportunidad de que el asunto se discutiera en el pleno para que la sociedad juzgara a los diputados que, con su voto en contra, les dieron la espalda a las mujeres violentadas por sujetos en el poder, como en su momento lo fue Vladimir Parra Barragán.
Los insultos y las amenazas vertidas por el actual director de Ciapacov en contra de Claudia Aguirre y Jazmín García, incluso contra sus hijos, así como el ácido que quemó a María Elena Ríos, penetró hasta lo más profundo de las legisladoras colimenses, quienes se vieron en peligro cuando el cínico coordinador de la bancada morenista las obligó a votar en el sentido que quería.
El ácido para las diputadas fueron los insultos, las agresiones, las amenazas a los hijos, la violencia ejercida en su contra en todo momento; en ese caso las diputadas que renunciaron a pensar no se solidarizaron con las víctimas, sino que, como consta en las actas de la Comisión Nacional de Honor y Justicia de MORENA, hubo quienes intentaron desacreditarlas para restarle credibilidad a las acusadoras de Vladimir Parra.
Paradójico, por supuesto, que una de las que se prestaron a defender al macho opresor sea hoy la directora del Instituto Colimense de las Mujeres, Catalina Suárez Dávila, quien se ha autodenominado feminista sin serlo en la realidad; basta ver que se puso de lado del agresor de mujeres y le dio la espalda a las que estaban siendo violentadas por el actual funcionario de Indira Vizcaíno.
La gobernadora de Colima, sin embargo, actuó peor: conociendo de la Recomendación 04/2022 de la Comisión de Derechos Humanos y de la Comisión de Honor y Justicia de MORENA a nivel nacional, decidió imponer a Vladimir Parra violando la ley, todo con el objetivo de tenerlo al frente de la caja chica del gobierno del Estado para cuando se requiera el dinero en efectivo.
¿La actual administración es feminista? Ha quedado claro que no; sólo se utiliza para el discurso y para reforzar una narrativa que, sin embargo, es también falsa a nivel central. No hay tal feminismo ni es cierto que la 4T será feminista o no será.
Indira Vizcaíno tuvo la oportunidad de remover a Vladimir Parra cuando las instituciones de México y Colima se pronunciaron al respecto y cuando los colectivos de mujeres exigieron a la Bancada de Género, una vil payasada para tener contenta a Evangelina Bustamante, una postura sobre el violentador de mujeres que está cobrando en el gobierno del Estado.
No lo hizo y, por lo mismo, la mandataria es cómplice de las agresiones vil y cobardes que emprendió en contra de mujeres en el pasado y en el presente; no tiene la autoridad para denominarse feminista porque no ha protegido a las mujeres que han estado en peligro por el acoso laboral y sexual de sus funcionarios.
La permanencia de Vladimir Parra es el gran ejemplo de que el poder sirve para proteger y dar impunidad a los del movimiento; eso de que la ley es la ley es un cuento que hasta el propio Andrés Manuel López Obrador se pasa por donde quiere todos los días.
Un comentario sobre «Indira no será feminista mientras proteja a Vladimir»
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