POR Jorge Octavio González
Nunca, desde que inició su violenta y trágica administración, Indira Vizcaíno se había molestado ante críticas sobre su gobierno; como se tomaba tan a la ligera los cuestionamientos, parecía que ni siquiera los leía o que su equipo de comunicación social ni siquiera le enviaba una síntesis ejecutiva de todo lo que se decía de ella.
El momento finalmente llegó: la conclusión de la carretera transvolcánica Colima-Guadalajara a cuatro carriles. La gobernadora, a través de su equipo de comunicación y asesores (sí: los que cobran 40 y 50 mil al mes por aconsejarle lo que tiene que hacer o declarar), diseñó una estrategia para hacer creer a la sociedad colimense que fue gracias a sus gestiones y a su linda cara que se pudo concluir el pequeñísimo tramo carretero que hacía falta.
Y la narrativa continuó con la declaración del pinchi chapulín (así se lo dijo abiertamente un cártel de la droga en la entidad) Arnoldo Vizcaíno Rodríguez en el sentido de felicitar a la mandataria estatal, que es su hija, por el “gran logro” que fue la terminación del 1% que hacía falta de la carretera.
“No sé si les nazca, se ofrece y es amor cuervo, pero yo creo que vale la pena que felicitemos a la gobernadora…de todo corazón, yo felicito al gobierno de Colima y a Indira Vizcaíno por ese logro, es un logro extraordinario para la sociedad del Estado de Colima”, señaló el padre de la mandataria, para rematar: “eso es un logro del gobierno del Estado de Colima”.
En estas páginas, sobre todo en la columna Xpress´o, se exhibió la gran mentira de Indira Vizcaíno y su nula participación para que esta obra finalizara. Un 99% de avance se dio en las administraciones de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto; en la de López Obrador sólo quedaba el 1%, pero se tardaron cuatro años en finalizar la construcción y, además, fue en su sexenio cuando los ejidatarios se ampararon y detuvieron los trabajos que retrasaron todo y provocó pérdidas millonarias para las empresas que transportaban su mercancía por esa carretera.
Pero también en OPINIÓN EXPRESS se recordó que algo parecido quiso hacer con la apertura de la caseta de peaje de Cuyutlán: como funcionaria del gobierno federal, Indira Vizcaíno dijo estar haciendo gestiones para que se escuchara el clamor social de activistas que pedían la eliminación de la caseta. No sólo no hizo que la eliminaran, sino que solamente alcanzó a obtener tarjetas con un chip en donde se les iba a descontar el cobro para que pagaran menos.
La propuesta de Vizcaíno Silva fue tan inútil que el presidente Andrés Manuel López Obrador tuvo que intervenir y, en un mensaje público a la empresa PINFRA, los exhortó a que liberaran la caseta para los colimenses que transitaran todos los días por ese lugar.
PINFRA, para no pelear con el gobierno federal que apenas iniciaba, aceptó abrir una caseta para que los vehículos con placas de Colima pudieran pasar por sus dos sentidos gratis; para la empresa eso fue lo mejor que les pudo haber pasado, pues las demás casetas siguen operando y continúan ganando millonadas todos los días.
La empresa esperaba un golpe del gobierno federal contundente, como ejercer todo el poder para que se eliminara completamente la caseta de peaje, pero no fue así; lo que lograron fue simplemente darles unos caramelos a los colimenses, que efectivamente no van a pagar el costo del peaje para cruzar por ahí, pero en cuanto se vaya López Obrador podrán volver a cobrar como si nada, sobre todo porque no hay una acción legal que se los prohíba.
Esperar seis años sin cobrar una caseta sólo para los vehículos con placas colimenses no es nada si después pueden volver a cobrar todos los años que tienen concesionada esa caseta, que son más de 20 años.
El acuerdo de dejar pasar a los colimenses fue de palabra, sin papel ni firma de por medio; por eso PINFRA es la que más ganó porque no lograron eliminar la caseta, sino darles oxígeno para que, una vez que finalice el sexenio, puedan recuperar los millones que no cobraron.
En cuanto a la carretera transvolcánica Colima-Guadalajara, Indira Vizcaíno intentó lo mismo; sin embargo, medios de comunicación como nosotros pusimos en su lugar a la gobernadora, que anhelaba la conclusión de ese tramo para anunciarlo como suyo y anexarlo en su Primer Informe de Gobierno, a falta de resultados a los colimenses.
Las prisas por terminar ese pequeño tramo carretero ya le sacaron un susto a un conductor que se estrelló por la confusión en los señalamientos en la carretera, que no están debidamente claros y que, si continúa así, puede provocar una tragedia.
Pero ser exhibida una vez más como mitómana enfureció a la gobernadora, que ordenó a su equipo de comunicación desacreditar las publicaciones que la desmentían, por lo que las columnas Xpress´o y OPINIÓN EXPRESS se llenaron de comentarios de cuentas falsas, de empelados de la gobernadora y de beneficiarios de programas sociales del gobierno del Estado intentando deslegitimar lo que se hizo en gobiernos anteriores y decir que, como quiera que sea, fue en este gobierno que se terminó la obra.
Vaya consuelo…de tontos.