Indira, el derroche es su sello personal

POR Jorge Octavio González

El gobierno de Indira Vizcaíno viene de ser exhibida por pagar más de 4 millones de pesos por 80 minutos de concierto del grupo Camila, de darle un contrato a una empresa sancionada en Zapopan por incumplimiento y por solicitar un SPA para la subsecretaría de uno de sus funcionarios más corruptos y protector de acosadores sexuales: Javier Pinto Torres.

Con todo y ello, pese a que en el gobierno del Estado prefieren no hablar de ese tipo de temas ni los medios afines le preguntan en sus conferencias de prensa a modo, ahora se publicó que la administración estatal pagó más de 100 mil pesos en la adquisición de una bandera monumental a una empresa que ni siquiera está en el padrón de proveedores del gobierno del Estado.

En el contrato SPFYA/SSA/3CE-003-2023/DGAABS/DABS se le solicitó a Josué de la Borda Galán una BANDERA MONUMENTAL NACIONAL solicitados en la requisición 180 detallado en la orden de compra número 0137 de fecha 15 de febrero del 2023, con un costo de 84 mil 680 pesos.

En el contrato SPFYA/SSA/3CE-002-2023/DGAABS/DABS, que es con la empresa PROCOSE S.A de C.V (Proyectos Construcciones y Servicios Eléctricos), se le proporcionó el servicio consistente en el SUMINISTRO, REPARACIÓN E INSTALACIÓN DEL CONTROL PARA EL ASTA BANDERA solicitados en la requisición 0178 detallado en la orden de compra número 0134 de fecha 23 de enero del 2023, con un costo de 27 mil 875.12 pesos.

El problema se dio con Josué de la Borda Galán, cuya actividad económica es, de acuerdo al contrato firmado con la administración estatal, la FABRICACIÓN DE ANUNCIOS PUBLICITARIOS DE TODO TIPO DE MATERIAL, COMO ANUNCIOS Y TOLDOS LUMINOSOS, CARTELERAS ESPECTACULARES, ANUNCIOS ELECTRÓNICOS, ROTOGRAPHICS, UNIPOLARES, DE NEÓN, ENTRE OTROS.

Sin embargo, en una búsqueda en la página de proveedores del gobierno del Estado no aparece por ningún lado; quien sí aparece es la empresa PROCOSE S.A de C.V, pero a ellos sólo se les pidió el suministro, reparación e instalación del control para el asta bandera, con el costo de menos de 30 mil pesos.

No es la primera vez, pues, que Indira Vizcaíno incurre en ese tipo de irregularidades en los contratos que adjudica a empresas de dudosa reputación; incluso parece que ni se da cuenta lo que firman sus funcionarios o, lo que es peor, está de acuerdo en que se hagan los jugosos negocios al amparo del poder.

Increíble, por cierto, que una gobernadora que llegó señalando a los corruptos del pasado hoy, sin embargo, sea la que lidere los negocios y adjudique contratos directos a sus amigas y socias.

Indira no es igual que los de antes; es alguien mucho peor y mucho más cínica.