POR Jorge Octavio González
No en vano la gobernadora Indira Vizcaíno ha sido la más fiel seguidora y apologista de la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Shainbaum; ahora le ha copiado uno de sus modelos de distracción cuando un tema incómodo domina la narrativa en los medios de comunicación.
¿Cuál es esa estrategia que la mandataria estatal ha plagiado para implementarla en Colima? Nada más y nada menos que traer a artistas para el deleite de los colimenses. Así como Claudia Sheinbuam ha llevado al Zócalo a Los Tigres del norte, a Grupo Firme, a Rosalía, entre otros, Indira Vizcaíno traerá a Camila.
El grupo, que ya había estado en la Feria de Todos los Santos Colima 2023, estará de nueva cuenta en el Complejo Galván (ex zona militar) por el Día de las Madres. Bien dicen: pan y circo para el pueblo. En este caso, sin embargo, es show para las madres que, muchas de ellas, han padecido la pérdida de un ser querido debido a la violencia atroz que todos los días hay en Colima.
Otras madres, por cierto, están padeciendo la incertidumbre por no saber dónde se encuentran sus hijos; la misma violencia genera espacios de oportunidad para los delincuentes, que secuestran a mujeres y a niños para la trata de personas o, aún más delicado, la venta de órganos.
Todo eso se pretende borrar de un plumazo con el concierto que dará Camila en el Complejo Galván para festejar a las madres. ¿Y eso, en realidad, funciona? En la CdMx, al menos, como entretenimiento sí ha funcionado; a la mañana siguiente los problemas siguen ahí y la jefa de Gobierno, con ese cinismo que le caracteriza, continúa con su ilegal campaña rumbo a la candidatura de MORENA a la presidencia de la República.
En Colima no es diferente: un momento de show, de circo, hará que los asistentes, en su mayoría personal del gobierno del Estado y funcionarios federales, como Viri Valencia, la indolente y cínica titular de la Delegación de Programas para el Bienestar de Colima, olviden un rato la sangre que se derrama diario en la entidad.
¿Pero después? Todo a la normalidad; al menos la normalidad a la que nos estamos acostumbrando. Las ejecuciones a plena luz del día, en jardines principales de municipios turísticos como Comala, cuerpos calcinados en Manzanillo y tirados en brechas, descuartizados que, de igual manera, aparecen en algún lote, mujeres secuestradas, torturadas, despedazadas y tiradas como basura en las calles.
Un concierto de Camila no cambiará para nada la realidad que viven miles de personas todos los días con esta inseguridad que parece no tener fin; a falta de propuestas concretas para el beneficio de los colimenses, la alternativa del gobierno del Estado es un show, un concierto de un grupo que le gustó a la sinvergüenza Viridiana Valencia Vargas, que casi siempre se olvida de su papel como funcionaria y se aferra a los tiempos de la pasarela y el fichaje en antros de mala muerte.
Solamente en el desayuno a las madres sindicalizadas del gobierno del Estado agarró el micrófono y se puso a cantar y a bailar como lo hacía en sus tiempos cuando era exhibida y sexualizada en concursos de belleza, la mayoría de éstos arreglados de antemano para que gane la que tiene el novio con más dinero y poder.
¿La inseguridad, la violencia? No importa; que venga Camila.