POR Jorge Octavio González
¿Qué tendrían en común dos instancias tan disímbolas y con funciones muy diversas en el servicio a la sociedad como el Instituto Mexicano del Seguro Social y la Fiscalía General del Estado de Colima?
A primera vista parecería que nada; lo único que podría hermanarlas sería el sufrimiento que le provocan a la gente que acude a solicitar sus servicios.
El Instituto Mexicano del Seguro Social, encargada de atender a los pacientes con enfermedades y padecimientos, la mayoría de las veces atiende mal a la gente, le dan citas a meses de distancia, no les dan los medicamentos que requieren y, lo más lamentable, posponen cirugías que les empeora su situación de salud.
La Fiscalía General del Estado de Colima, sin embargo, también tiene mucho que presumir en la pésima atención a la gente: es de las dependencias que menos confianza genera entre la sociedad por la corrupción tan inmensa que hay, además de que en muchas ocasiones los mimos agentes ministeriales y empleados de la dependencia están coludidos con los criminales que luego son advertidos de las denuncias que interponen en su contra.
Lo que los hermana, pues, son las quejas que la sociedad colimense ha interpuesto en su contra en la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Colima. De acuerdo a Roberto Ramírez, el titular de la dependencia, la Fiscalía de Colima es la número uno en quejas de parte de los colimenses, con 57, seguido del IMSS, con 23.
La cantidad, por supuesto, es sólo una muestra del descontento de la gente en contra de las instituciones; el mismo Roberto Ramírez explicó que esa cantidad de quejas es porque esas personas tuvieron los recursos necesarios y el tiempo para acudir a las instalaciones de la CDHEC a interponer su queja.
Eso significa, desde luego, que hay muchas más personas desilusionadas o con una pésima experiencia con las dependencias, pero decidieron no gastar su tiempo en ir a Derechos Humanos a manifestar su descontento.
Llama la atención, por supuesto, que el IMSS sea la segunda instancia de gobierno con más quejas de parte de los colimenses, sólo por debajo de la Fiscalía de Colima; incluso sorprende que haya menos quejas en contra de la Policía Estatal, que tiene 21, o que el Sistema Estatal Penitenciario, con 18, o que la Guardia Nacional, con 12.
Es más: la Ciapacov, del adicto y agresor de mujeres Vladimir Parra, tiene más quejas que la Guardia Nacional, la Policía Municipal y la Secretaría de Salud del gobierno del Estado.
En el caso del IMSS, cabe hacer la aclaración, las quejas no son competencia de la Comisión de Derechos Humanos de Colima, tal y como lo señaló Roberto Ramírez; sin embargo, aperturan las carpetas para enviarlas a la Comisión Nacional de Derechos Humanos, donde les dan el seguimiento correspondiente.
Una lástima, desde luego, que una dependencia que en años neoliberales funcionaba y atendía con dignidad a la población mexicana hoy sea un lugar infestado de corrupción, en donde los directivos sólo van a hacer negocios, a conseguirse amantes, a promover sus clínicas particulares y a deslindarse de sus responsabilidades en la atención a los pacientes con el pretexto de que no les corresponde, lo que implica que los pacientes que requieren atención inmediata y cirugías empeoren su situación o que, lo más lamentable, mueran.
De la Fiscalía de Colima nos ocupamos mañana o el viernes con el delito que le fabricaron a la hija de una señora que ha padecido la arbitrariedad y amenazas de los agentes ministeriales sólo por alzar la voz.