Imposiciones del PAN de Julia y Pedro Peralta

POR Jorge Octavio González

Para ganar la elección del Comité Directivo Estatal del PAN en Colima la candidata Julia Jiménez y su asegundo de abordo juraron y perjuraron que iban a hacer a un lado a Jorge Luis Preciado y a Pedro Peralta Rivas de las decisiones importantes del partido.

En esa elección, sin embargo, ya habían impuesto a sus hijas como regidoras y en cargos directivos en algunas administraciones municipales: Jorge Luis a su hija en el ayuntamiento de Colima y Pedro Peralta a la suya en el de Villa de Álvarez.

Jorge Luis Preciado enloqueció y buscó ser el candidato del PAN a la presidencia de México, en el entendido de que ya había sido coordinador de la bancada panista en el Senado de la República; al verse perdido y sin el apoyo que esperaba, salió echando pestes de la alianza PRI y PAN y mejor se fue a vivir de sus lucrativos negocios que tiene en Colima.

Pero Pedro Peralta Rivas continuó en la vida política de Acción Nacional y maniobró para imponer a gente suya en cargos de elección popular en este 2024: por principio de cuentas, nada más y nada menos que a Sofía Peralta Ferro como candidata a la diputación local por el Distrito VII por Fuerza y Corazón por México.

Julia Jiménez no habría respaldado la candidatura de la desconocida regidora del ayuntamiento de Villa de Álvarez si no fuera porque seguía recibiendo instrucciones de su jefe político, quien le dio margen de maniobra para colocarse en una diputación federal por la vía plurinominal y, en el colmo del cinismo, nombrar a su propia hija como suplente, misma que ya había impuesto en un cargo en la comuna capitalina, como en los viejos tiempos del PRI autoritario.

La dupla Pedro Peralta-Julia Jiménez se encargó de las negociaciones en la alianza del PRIAN y aceptó algunos impresentables del Revolucionario Institucional a cambio de meter a uno de los suyos en las candidaturas que les correspondían.

Tal es el caso del ayuntamiento de Colima: Julia Jiménez se empecinó en imponer a Riult Rivera como el candidato, pese a que los números de todas las encuestas habidas y por haber, las publicadas y las no publicadas, ponían al panista muy por debajo de quien se perfilaba para la reelección.

Jiménez Angulo no sólo demostró su carácter irritante, sino que, encima de todo, logró vetar a José Guadalupe García Negrete (el ex alcalde de Tecomán la llamó vendepatrias y malagradecida) y se dio para sí misma la diputación federal plurinominal, nombrando a su propia hija, que nada sabe de política, como su suplente.

En las listas de plurinominales por el PAN también se nombró a gente identificada a Julia y a Pedro Peralta: el primer lugar fue para José Alberto Partida Valencia, quien al menos no es un cuadro conocido por sus mañas y actos ilegales; sin embargo, la posición la obtuvo gracias a respaldar todas y cada una de las decisiones autoritarias y equivocadas de Julia Jiménez al interior del PAN y de la propia alianza Fuerza y Corazón por México.

Alberto Partida, si no pasa una catástrofe en las próximas elecciones del 2 de junio, será diputado local en la 61 Legislatura. Y será cuando tome protesta y se vean sus acciones y resultados que en esta columna se evaluará su trabajo, tanto si lo hace bien como si no. Pronto recibirá la bienvenida.

Amalia Castell Ibáñez es muy probable que no ingrese al Poder Legislativo; no se diga Francisco Javier Silva Rodríguez.

A diferencia del PRI, hay que reconocer que en el PAN nombraron a caras nuevas y no a los dinosaurios que siempre han controlado el partido.

Pese a la promesa de la ahora dirigente estatal del PAN y diputada federal, además de candidata a la diputación federal plurinominal, Pedro Peralta Rivas ahí está, dando órdenes, vetando gente, nombrando a otros. Y ya, con el cinismo que le caracteriza, acude a los eventos proselitistas de su hija y se toma fotos con los priístas (añora, por supuesto, los negocios que hizo al amparo del poder con ex gobernadores del PRI) y recorre las calles quitado de la pena.

Peralta Rivas, el prototipo del político panista corrupto que hace negocios con gobiernos igual de corruptos que él, nunca se fue del PAN; eso le hicieron creer a la militancia para que votaran por su empleada, Julia Jiménez, quien aprendió demasiado bien de su hacedor el arte del cinismo y la corrupción.