POR Jorge Octavio González
El pleito casado entre Indira Vizcaíno y Griselda Martínez Martínez es de no retorno; ya cruzaron el Rubicón y no habrá poder humano que reestablezca una relación que, desde tiempo atrás, no era precisamente la mejor, sobre todo por el tercero en discordia que significó Arnoldo Vizcaíno Rodríguez en la vida de las dos.
No es la oposición, que parece que apenas está abriendo los ojos, la que le ha asestado los golpes más contundentes a la gobernadora del Estado; es la presidenta municipal de Manzanillo y su secretaria del Ayuntamiento, quienes en redes sociales se han dedicado a denostar acciones y declaraciones de la gobernadora y de su círculo más cercano.
Codificados las más de las veces, pero claras al final de cuentas, esos dardos envenenados han molestado sobremanera a Indira Vizcaíno; tanto que ha sido capaz de ordenarle a sus diputados en el Congreso del Estado y a los regidores de MORENA en el ayuntamiento porteño a que le hagan la vida de cuadritos a la edil manzanillense.
El pleito, sin embargo, al único que beneficia es a los partidos que ven con palomitas cómo se destrozan entre ellas y se llevan por la borda todo el capital político que acumularon a lo largo de los años.
Indira Vizcaíno es rencorosa, pero Griselda Martínez es terca y reticente. El pleito personal por el pinchi chapulín Arnoldo Vizcaíno llegó hasta las altas esferas del poder, por lo que el final es de pronóstico reservado; es cierto es que en estos momentos la gobernadora tiene todo el poder, pero no hay que olvidarnos que en menos de dos años se termina su protección federal y quedará más frágil que nunca.
¿Qué fue lo que hizo Griselda Martínez para que Indira moviera todo el Poder Legislativo en su contra y comprara a regidores de MORENA en el ayuntamiento de Manzanillo? La presidenta, según su versión, tuvo la unanimidad de todos los integrantes del Cabildo para aprobar una actualización en el cobro de los prediales; como protocolo, se envió al Congreso del Estado para su análisis y posterior aprobación. En el camino, dijo la presidenta manzanillense, alguien convocó a los regidores de MORENA y les solicitó que se retractaran de lo aprobado.
De acuerdo a Griselda Martínez, se volvió a tener una sesión para volver a hacer la votación, pero en esta ocasión los regidores votaron en contra lo que días atrás habían aprobado de manera unánime. Algo tan esencial, como la actualización del costo del pago de predial, se vio empañado por un conflicto personal entre la gobernadora y la alcaldesa. Tan es así que los diputados aprobaron sin problema alguno los otros nueve dictámenes de los demás ayuntamientos.
Para Griselda Martínez, eso es una venganza política perpetrada por la gobernadora a través de sus diputados y empleados del Congreso del Estado y de los regidores del ayuntamiento de Manzanillo, quienes se le voltearon a Griselda Martínez por una llamada de Casa de Gobierno y, tal vez, por un ofrecimiento en metálico y alguna candidatura en el 2024. Así de poquiteros y sinvergüenzas son los legisladores de MORENA y los regidores porteños.
Hoy Indira Vizcaíno está utilizando todo su poder para aplastar a una presidenta que no se ha sometido a su voluntad ni puede manipular a su antojo; el problema con Griselda Martínez es que dejó en el camino demasiados heridos y generó muchas animadversiones por su carácter explosivo y cuadrado, por lo que muy pocos son los que están dando la cara por ella y su proyecto.
Incluso algunos medios que siempre ha tenido en la nómina, como Cravajal Berber Noticias y otros más, ni siquiera han dicho media palabra sobre el pleito porque también tienen contratos con el gobierno del Estado.
Hace pocos años, cuando se exhibió el contrato del ayuntamiento de Manzanillo con el medio de Alexandro Carbajal Berber y su hermano, cínicamente respondieron que las defensas que hacían de Griselda Martínez eran por su propio gusto, no por el dinero que recibían.
Pero ahora que la presidenta municipal necesita del respaldo de sus medios amigos, callan como momias. Allá Griselda Martínez si le sigue dando dinero a manos llenas a unos sujetos que ni siquiera son capaces de honrar su palabra de defenderla por el propio gusto de hacerlo y evitan hablar del tema porque no quieren perder sus contratos con el gobierno de Indira Vizcaíno.
Hoy es Griselda Martínez y Martha Zepeda del Toro solas contra el mundo. Qué se le va a hacer.