Fracasó el gobierno en el manejo de crisis del derrame de químicos en Manzanillo

POR Jorge Octavio González

Un pésimo manejo de crisis tuvo el gobierno del Estado sobre el derrame de químicos en el puerto de Manzanillo: pese a las evidencias del desastre que estaba ocasionando al medio ambiente y a la salud de los manzanillenses, las autoridades negaron en todo momento lo que sucedía.

Y es que, tanto el gobierno de Indira Vizcaíno como la Administración del Sistema Portuario Nacional, ASIPONA, fueron herméticos en el desglose de la información y, sobre todo, pretendieron ocultar lo que estaba sucediendo en realidad.

Tan mal manejo hubo en la administración estatal que enviaron a resolver el problema a Rosi Bayardo, la directora del DIF Estatal, una ignorante en este tipo de temas; con ello exhibieron la indolencia de las autoridades y lo poco que les importaba la salud de los manzanillenses.

Pese a las evidencias que circulaban en las redes sociales y en algunos medios de comunicación, no los vendidos que replicaban en las páginas oficialistas, tanto Salvador Gómez Meillón como Rosa María Bayardo Cabrera dosificaban la información a cuentagotas, como si el daño no estuviera hecho ya.

Fue hasta que salió a escena la presidenta municipal de Manzanillo, Griselda Martínez Martínez, que la situación se fue aclarando poco a poco; ella no ocultó datos ni información y señaló, pese a las contraindicaciones del gobierno del Estado y la ASIPONA, que al menos 800 personas se vieron afectadas en su salud por el derrame de químicos en el puerto.

La alcaldesa señaló que algunos niños presentaron picaduras en la piel, dificultades para respirar y mareos; también esta información desmintió la información oficial en el sentido de que no era cierto que se había causado un daño a la salud y al medio ambiente.

A partir de las declaraciones de Griselda Martínez Martínez, salieron testimonios en video y fotografías que corroboraron las afectaciones que provocó la nube tóxica que se formó tras el derrame de químicos en el mar.

Tan ocultaban algo grave en el gobierno del Estado y la ASIPONA que tampoco quisieron dar a conocer el nombre del químico que se derramó en las aguas de Manzanillo, puesto que, efecto, alarmaría a la población por el riesgo que conlleva su respiración y exposición.

La sustancia es dicyclopentadiene, cuyos peligros para la salud en las personas son toxicidad aguda oral, toxicidad aguda por inhalación, corrosión o irritación cutáneas, lesión o irritación ocular graves y toxicidad específica del órgano blanco; el riesgo para el medio ambiente es la toxicidad acuática crónica.

En caso de inhalación, que es lo que sucedió con muchas personas en el puerto, se recomienda proporcionar oxígeno si la respiración es difícil; no utilizar el método boca a boca si la víctima ha ingerido o inhalado la sustancia; administrar la respiración artificial con ayuda de una mascarilla de bolsillo dotada de una válvula unidireccional u otro dispositivo médico para reanimación respiratoria apropiado. Se necesita atención médica inmediata, dice el documento de ficha de datos de seguridad sobre la sustancia química en cuestión.

Griselda Martínez exhibió al gobierno del Estado y a la ASIPONA como unos incompetentes que ni siquiera fueron capaces de manejar la crisis mediática pese a tener a la mayoría de los medios de comunicación a su servicio.

Dejar a Rosi Bayardo al frente de la situación fue la peor decisión que tomó la gobernadora Indira Vizcaíno, que ante el fracaso del manejo del tema tuvo que regresar de su gira proselitista a favor de Claudia Sheinbaum para tratar de rescatar algo para no quedar en ridículo.

Ya no hay manera de ocultar nada: el derrame de químicos que hizo la empresa TIMSA originó una nube tóxica que causó un daño a la salud de alrededor de 800 personas en Manzanillo y también al medio ambiente; lo que queda es que traten de urgencia a los afectados para que su situación no empeore, pues fue hasta que se dio a conocer la gravedad del asunto que decidieron acudir a los hospitales a tratarse.

Si Indira Vizcaíno no está en Colima para resolver los problemas que se presenten que de una vez renuncie y se vaya a la campaña de Claudia, pero que deje las riendas a alguien que sí se preocupe por los colimenses.

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