POR Bibiano Moreno Montes de Oca
Aunque hay una especie de delegado enviado por el Consejo Nacional del Movimiento Ciudadano (MC), partido encabezado por Dante Delgado, en Colima se debe nombrar un dirigente estatal que sea oriundo de esta tierra de cocos y palmeras. Es entendible que se ocupe un tiempo prudente para que las aguas lleguen a un punto en el que se pueda hacer el nombramiento sin sobresaltos, tras la abrupta salida del emecista Locho Morán Sánchez, que fue su dueño y “guía moral y espiritual” por espacio de varios años.
Si bien Locho Morán ya está fuera de la jugada dentro del partido de la naranja mecánica, no deja de ser un militante “distinguido”. Existe un razonamiento lógico que hace creer a los militantes que la supuesta salida de la dirigencia estatal es sólo una estrategia para que no haya desconfianza. Y es que, si antes el eslogan del ex presidente municipal de Colima decía que “Locho me da confianza”, hoy desconfianza es lo que más despierta entre los colimenses que ven al MC como una buena opción. O sea: Locho da desconfianza; por tanto, mientras él siguiera al frente, la gente se alejaría de ese partido.
No obstante, lo cierto es que el MC nacional tomó el control del MC y su antiguo dueño en Colima, Locho Morán, pasó a ser militante más. El MC es uno de los partidos chicos más valorados por los grandes, pues al menos ha sido consistente en su posición, cosa que no sucede con los paleros de siempre, como el PT, el PVEM, el Panal o los nuevos que han fracasado en su intento por sobrevivir, pues sus dirigentes parecen estar hechos de gelatina. Así, no hay congruencia entre sus postulados y la realidad: el Verde, por ejemplo, lo que menos tiene es ser ecologista; el PT carece de verdaderos trabajadores, pues en el mismo abundan los simples vividores.
Con todas sus fallas y sus evidentes yerros, el MC es un partido más respetable que los otros cuya función es la de rémoras de los partidos fuertes: ora en el PRI, ora en el PAN, ora en Morena, ora en el partido que mantenga el poder en el momento en el que gire la veleta, según sople el viento. Al Movimiento Ciudadano por lo menos hay que darle el beneficio de la duda: sumado en la alianza que ya existe entre el PRI, el PAN y el PRD, el candidato presidencial que postularan será indestructible. En Colima, con una directiva que sepa negociar, a los candidatos comunes en Morena no les verían ni el polvo.
A todo esto, ¿quién es el que posee el mejor perfil para dirigir el MC en Colima? Sin lugar a dudas, el profesor Federico Rangel Lozano, cuyas cartas credenciales son más que conocidas: presidente del PRI municipal, presidente del PRI estatal, dos veces diputado local (al mes pidió licencia para convertirse en secretario de Educación del Gobierno del Estado), dos veces regidor capitalino (su cargo en este momento), presidente municipal de Colima, además de secretario general de la Sección 39 del SNTE. Ni hablar: ninguno de los otros que se mencionan para el mismo cargo tiene una hoja de servicio tan abultada como la del actual integrante del Cabildo capitalino.
Algunos de los otros prospectos que se manejan son, por ejemplo, los diputados del MC en la LX Legislatura local: Glenda Yazmín Ochoa e Ignacio Vizcaíno Ramírez. La primera fue previamente síndica en la administración municipal de la capital (2018-2021), prueba de lo reducido de su currículum además de ser aliada de Morena. El otro tribuno también tiene poco por presumir, aunque a últimas fechas ha mostrado una postura contraria a la línea de la mayoría en el Congreso. Sin embargo, ese sólo hecho por sí mismo no lo hace la mejor carta, pero podría ir como segundo de a bordo en la directiva.
Ahora bien: se pone como objeción a Federico Rangel su poco tiempo de militar en las filas del MC, pero ese es un argumento que está sostenido por alfileres, pues en su momento, cuando Locho Morán asumió el compromiso de convertirse en el líder de su partido en Colima, tampoco tenía mucho tiempo de militancia acreditada: al final, pesó más su evidente liderazgo político que tenía en ese momento, lo que en los comicios del 2018 le ajustó para ser alcalde de Colima por segunda vez.
Durante las elecciones del 2021, cuando Federico Rangel fue candidato del MC a la presidencia municipal de Colima, no iba en las mejores condiciones, ya que Locho Morán, que también buscaba la gubernatura del estado (cuya campaña la centró en golpear mediáticamente a su contrincante de Morena, Indira Vizcaíno Silva), acaparó la mayor parte de los recursos destinados a la campaña. Sin embargo, los resultados obtenidos por el MC en el municipio capitalino no fueron para nada desdeñables: sumados los votos por cada partido, el MC superó en lo individual al PRI, al PAN, al PRD, al PVEM y al PT.
En la campaña anterior lo peor que pudo haber hecho Locho Morán fue nombrar su coordinador de campaña al ex panista Héctor Insúa García, pues más que sumar votos, restó por su encarnizado pleito que sostuvo en su momento con el Sindicato de Trabajadores al Servicio del Ayuntamiento de Colima. Bueno, ese mismo Héctor Insúa es también de los que se mencionan para dirigir el MC en el estado, lo cual no augura nada bueno para la vida de un partido que merece mejor suerte. La última palabra, pues, la tiene la dirigencia nacional, que será la que decide sobre el liderazgo estatal. Esperemos que no se equivoque, por el bien del propio MC.