POR Jorge Octavio González
Justo cuando la paridad de género dominó en las pasadas elecciones y se les dio el lugar a quienes de otra manera jamás llegarían a cargos públicos, una representante en el Congreso del Estado echó por la borda el esfuerzo y sacrificio de años con su incompetencia, ignorancia, torpeza y servilismo al poder.
Se trata de Evangelina Bustamante, que llegó al Poder Legislativo gracias a que su esposo, el dueño del PT en Colima, la puso en el primer lugar de las posiciones plurinominales. ¿O van a venir a decir que llegó por su inteligencia y superioridad moral?
La diputada, a la que le inventaron la vacilada de Bancada de Género para que dejara de hacer berrinches, es la tía borracha que, cuando se echa unas copas de más, agarra confiancitas que no le corresponden y comienza a llevarse con sus demás compañeros, que la tienen que tolerar sin más.
A más de un año en su curul, Evangelina Bustamante tendría que demostrar de qué está hecha. Una desilusión total: no sabe hablar, no tiene propuestas que sirvan a la sociedad, está vendida al partido en el poder y, lo peor, ni siquiera representa a las mujeres con su payasada de Bancada de Género.
Vladimir Parra, señalado por la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia del CEN de MORENA y la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Colima de ser agresor de mujeres, no mereció un posicionamiento de la Bancada de Género que preside Evangelina Bustamante, tal y como lo pidió la Red de Mujeres en un escrito que difundieron por redes sociales previo al 8M.
Cuando la Recomendación 04/2022 llegó al Congreso del Estado, la diputada del PT tampoco se pronunció al respecto, dándoles la espalda a las mujeres violentadas por el porro director general de Ciapacov. No se diga el exhorto que presentó el diputado Héctor Magaña para pedir la destitución de Parra Barragán: la votó en contra, protegiendo a un agresor de mujeres.
Cuando fue cuestionada en una conferencia convocada por el PT acerca de que la defensa a las mujeres es sólo discurso, Evangelina Bustamante se enojó y, con tartamudeos, porque no sabe hilar una frase sin leer, acusó al reportero de haber sido un policía antes que periodista.
El reportero en cuestión, en efecto, estuvo en la Secretaría de Seguridad Pública, en el área de comunicación social; nunca fue policía. Si Evangelina Bustamante lo mandó investigar, debería pedir el reembolso, pues le informaron mal. Y aun cuando fuera policía, ¿eso le impide hacer cuestionamientos? Lo que dijo es cierto: Evangelina Bustamante no protege a las mujeres; ella sólo las defiende en el discurso. Ahí está su postura sobre Vladimir Parra.
Y para cerrar con broche de oro: en la misma conferencia se le cuestionó acerca de la Ley de Caminos y Puentes del Estado de Colima que aprobó sin saber su contenido, y que el propio diputado federal Fernández Noroña cuestionó por ser privatizadora. Tan no sabe lo que aprobó que el propio Joel Padilla Peña tuvo que responder por ella, evidenciando quién es el que manda en la relación de pareja y como parte del PT.
Cuando la mujer está ganando espacios de poder para implementar políticas púbicas a favor de la sociedad, nos encontramos con vicios del viejo régimen que imponen a servidoras públicas como cuotas de poder, sin la capacidad para desempeñar su encargo.
Evangelina Bustamante es una vergüenza de diputada para las mujeres que sí están preparadas, que sí conocen de leyes y que sí tienen la noción del servicio público; por imposiciones como la de la diputada del PT es que la política sigue siendo un botín de mafias que se reparten el pastel de acuerdo a sus intereses.
¿De qué sirve tener una diputada del PT que se aliena al partido en el poder? ¿De qué sirve que presida la Bancada de Género si protege a agresores como Vladimir Parra? ¿Cree que con sus malos chistes en tribuna y sus llevaditas con los diputados cumple como diputada?
Si tiene vergüenza, ya no debería seguir en la política.