POR Luis Fernando Moreno Mayoral
El monstruo que crearon hoy los está devorando.
Por muchos años, sobre todo en los intentos de Andrés Manuel López Obrador por alcanzar la presidencia de la República, la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación siempre fue aliada de la izquierda y el brazo ejecutor de golpeteo y movilizaciones.
Cuando Enrique Peña Nieto presentó la Reforma Educativa —cuyo arquitecto fue Aurelio Nuño Mayer—, la CNTE se debilitó porque le quitaron la rectoría de la educación a los maestros rijosos que sólo obtenían plazas por marchar y desquiciar ciudades enteras.
El talento, la trayectoria educativa, era lo de menos; lo verdaderamente importante es estar listo para cuando haya que movilizarse y generar caos donde les ordenen.
López Obrador, cuando ganó la presidencia de México después de tres intentos, echó abajo la Reforma Educativa que, en los hechos, había neutralizado a los maestros de la CNTE; el problema es que creyó que con eso iban a estar bien servidos.
Claudia Sheinbaum Pardo fue más allá y prometió, durante la campaña presidencial del 2024, que si ganaba iba a desaparecer la Ley del ISSSTE del 2007 y eliminar las Afores.
Hoy, cuando ya está en Palacio Nacional, los maestros le están exigiendo a la presidenta de la República la derogación de la Ley del ISSSTE del 2007, la eliminación de las Afores, pero además un aumento del 100% de su salario base, algo que ningún otro sector laboral tiene en todo el país.
Atorados en un sinfín de contradicciones, en el gobierno intentan justificar las acciones de la CNTE y matizan con que no los van a reprimir; de haber la más mínima detención o contención ante las movilizaciones de los maestros, en la oposición estarán listos para gritar ¡represores!
La Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación es hostil con Claudia Sheinbaum Pardo porque, a diferencia de AMLO, a ella la ven débil por los pleitos internos en MORENA y los diferentes grupos políticos que se están empoderando en el Senado de la República y en la Cámara de Diputados.
Los maestros de la CNTE sólo están actuando como les enseñaron en los gobiernos neoliberales: exigir, presionar, plantarse en el Zócalo de la Ciudad de México, cerrar el aeropuerto internacional y generar un caos que asfixie al gobierno federal.
Hoy no deben quejarse de lo que sucede porque los que gobiernan los incentivaron a operar de esta forma; la manera más sencilla de contener una organización tan grande de choque es regresar la Reforma Educativa de Peña Nieto.
La CNTE marcha, presiona, exige y genera caos con total impunidad porque desde el gobierno federal no son capaces de descontarles el día a los maestros y no quieren ejercer la fuerza pública porque eso los haría verse igual que los gobiernos pasados que tanto aborrecen.
En Colima también hay sectores de maestros que están en la misma línea: salen a las calles a exigir, a bloquear vialidades y a generar caos con tal de obtener privilegios para su claque.
Ellos no ven por todos los trabajadores; sólo ven por ellos mismos y su grupo.
Mientras les den lo que quieren, lo demás no les importa, aunque eso signifique la quiebra de las finanzas del país.