POR Jorge Octavio González
Al margen de que analizaremos más a fondo la propuesta de seguridad del candidato del PRIAN a la presidencia municipal de Colima, una copia con algunos agregados de la que tenía Mario Anguiano Moreno en su administración hace 18 años, resulta evidente que Riult Rivera promete cosas que no podrá cumplir.
Dijo que cada año estará invirtiendo más recursos al sistema policial y de atención y prevención integral de la violencia.
Lo que no explicó es que todos los fondos y fideicomisos destinados a los Municipios para seguridad los quitaron desde la llegada de Andrés Manuel López Obrador a la presidencia de la República; para que puedan seguir destinándose como antes, sería necesario que ganara Xóchitl Gálvez Ruiz, algo que no pasará porque la que se perfila como la próxima presidenta es Claudia Sheinbaum.
Así de claro: Riult Rivera no podrá cumplir ese único compromiso sobre seguridad porque sencillamente la Federación no le transferirá ese dinero. Tan, tan.
Las mediciones que se han estado publicando sobre los aspirantes a las diputaciones locales no son nada favorables para la alianza Fuerza y Corazón por Colima.
Salvo el Distrito II, donde el mamonazo y sinvergüenza Carlos Antonio Cárdenas Roque supera ligeramente a la candidata de Movimiento de Regeneración Nacional por menos de 3 puntos porcentuales, en los Distritos VI y VI la ventaja para las candidatas oficialistas es clara.
En el Distrito II, hay que decirlo, la ventaja del rufián Carlos Roque es porque Priscila García es una pésima candidata; su trayectoria política al interior del Congreso del Estado se caracterizó por seguir las instrucciones de quien le dio la curul y su adhesión a MORENA.
No es confiable, ciertamente; más bien es una legisladora acomodaticia que tuvo que morderse la lengua para ahora defender lo que antes cuestionaba.
Aun así, con todo y que Priscila García es mala candidata, con un poco más de entusiasmo y trabajo de campo podrá superar al patán y corrupto Carlos Roque.
En el Distrito VI, por ejemplo, la candidata del PRIAN, Lizzie Moreno Ceballos, está 10 puntos debajo de Kate Castillo, que también es una pésima y tóxica candidata.
No son 2 ó 3 ó 4 sino 10 puntos los que separan a la candidata de MORENA de la prianista; algo debe estar haciendo muy mal Lizzie Moreno o alguien muy cercano a ella está soltando la lengua de tal manera que la está arrastrando en sus pleitos y odios personales.
Kate Castillo, como se ha documentado en estas páginas, es una vulgar payasa que sólo va a las sesiones a tomarse fotos y estar en su teléfono celular; su discurso es de obediencia ciega al oficialismo y no tiene nada qué aportar a la sociedad.
Diez puntos de ventaja es algo verdaderamente sorprendente. Pero en fin: así es la política.
Y en el Distrito VII la candidata del PRIAN, la hija del mayor traficante de influencias que, ciertamente, sigue dando órdenes en el CDE del PAN y tiene a Julia Jiménez como su asistente personal, está perdiendo de manera vergonzosa frente a Karely Vázquez, hija de Hugo Vázquez Montes.
Sofía Peralta Ferro, de la que nada se sabía hasta que se vio el despliegue oneroso de espectaculares de cientos de miles de pesos que colocó en la avenida donde se montan las Fiestas Charrotaurinas de Villa de Álvarez, utilizó su parentesco para pasar por encima de otros aspirantes y ser la nominada a la candidatura por la diputación local por el Distrito VII.
Karely Vázquez, la candidata de MORENA, le lleva 8 puntos de ventaja a Peralta Ferro, quien si algo la ha caracterizado es su infinita capacidad de gastar tanto dinero en espectaculares, lonas y medallones de los camiones de transporte público para promocionar su imagen.
Aquí, por ejemplo, se puede desprender que no importa todo el dinero que esté gastando en imagen y que Pedro Peralta la haya impuesto en la candidatura a cambio de que Julia Jiménez se consiguiera su diputación federal plurinominal y meta a su hija como suplente.
Lo que verdaderamente importa es lo que la gente percibe. Y es, por supuesto, que Sofía Peralta es una privilegiada que no tuvo que esforzarse demasiado y con mucha facilidad pudo brincar de regidora a una candidatura a diputada local con todo el apoyo financiero y de estructura de su partido y el corrupto y siniestro PRI.
No es sólo la influencia de su padre, una cara bonita y recursos económicos a manos llenas como se gana una elección; la gente ve más allá y lo que está viendo de primera mano es que Sofía Peralta no los representa porque nunca ha tenido que sufrir ni esforzarse para conseguir algo.