POR Jorge Octavio González
En medio de la vorágine de los bloqueos que se hicieron en el Libramiento Ejército Mexicano a raíz de la desaparición de personas cuyos familiares buscaban presionar a la Fiscalía General del Estado de Colima para que se pusieran a buscarlos, el trabajador de la Delegación de Programas del Bienestar de Colima, Jesús Antonio Eustaquio Calvario, fue reportado como desaparecido el pasado 24 de agosto del 2022.
Semanas después, ante el fracaso de las autoridades para localizarlo con vida, compañeros del joven se cooperaron para hacer una manta que colgarían en la fachada de la dependencia federal donde laboraba; fue sonado que la delegada Viridiana Valencia Vargas se molestó sobremanera y ordenó retirarla porque a ella no le gustaban los escándalos.
Días después, en los Diálogos por la Transformación, a Indira Vizcaíno le preguntaron sobre la situación de unos estudiantes de la Universidad de Colima baleados y por el empleado de la delegación. Dijo que ya había avances en lo concerniente a los alumnos de la casa de estudios, sin que hasta el momento se sepa nada sobre quiénes fueron los que dispararon; del joven Eustaquio Calvario guardó silencio sepulcral, siendo que ella fue su jefa cuando utilizó la delegación con fines electorales.
Pues resulta que cuando sus compañeros de trabajo se cooperaron para hacer la manta y cuando a Indira Vizcaíno la cuestionaron sobre su desaparición, Jesús Antonio Eustaquio Calvario ya había sido asesinado y encontrado su cuerpo en El Espinal.
La familia del joven desaparecido, ya para esas fechas muerto y en la morgue de la Fiscalía General del Estado, continuó con la búsqueda de su ser querido; el dolor y la frustración por no saber nada de él debió ser inmenso. Sin noticias de su paradero, aún había esperanza de que apareciera con vida en cualquier momento.
Todos esos gritos de auxilio, esas lágrimas de sufrimiento, de desesperación, fueron en vano; mientras lo buscaban, Jesús Antonio yacía en la morgue del Servicio Médico Forense, sin ser reclamado, como si fuera un criminal que ni siquiera tenía familia; como un animal que es arrojado en un lugar hasta que llegue otro y lo tiren en la fosa común.
El 24 de agosto del 2022 fue reportado como desaparecido Jesús Antonio; el 22 de diciembre, cuatro meses después, a las autoridades se les ocurrió informar a la familia que ya estaba en el SEMEFO, cuando máximo a inicios del mes de septiembre ya estaba sin vida.
¿Qué dirá la Fiscalía General del Estado de Colima, con un mini fiscal inepto y cobarde como Bryant Alejandro García Ramírez, incapaz de hacer su trabajo y con personal igual de inútil que él en la dependencia que dice dirigir? Ni siquiera ha tenido la decencia de dar un posicionamiento al respecto.
¿Qué dirá la gobernadora Indira Vizcaíno, mitómana profesional que repite la mentira una y otra vez que ellos son diferentes a los de antes? De igual manera ha guardado silencio porque sabe que un error como el cometido con el joven Jesús Antonio es imperdonable; al menos debería rodar la cabeza de ese imbécil Héctor Peña Meza, titular de la Fiscalía Especializada en Desaparición de Personas.
Pudieron justificarse cuando sucedió lo mismo con la joven Viridiana Tapia Cárdenas. Desaparecida el 18 de mayo de 2019, hallada muerta el siguiente mes, pero entregada a sus familiares el 22 de abril del 2022, tres años después de permanecer en la fosa común de Coquimatlán, mientras su madre continuaba buscándola por cielo, mar y tierra.
Aquí, por ejemplo, se podía entender que los negligentes fueron los empleados de la Fiscalía de Colima de la pasada administración, aunque al llegar los chicos de García Ramírez todavía se tardaron cinco meses en saber que Viri Tapia estaba en la fosa común.
Pero eso no se puede entender, ni puede ser una justificación, en el caso de Jesús Antonio Eustaquio Calvario: él fue reportado como desaparecido el 24 de agosto del 2022, ya con Indira Vizcaíno como gobernadora; fue asesinado días después y tirado en El Espinal, siendo Indira Vizcaíno la gobernadora. Y se le comunicó a los familiares que estaba en la morgue el 22 de diciembre del 2022, con Indira Vizcaíno como gobernadora, el mini fiscal Bryant Alejandro García Ramírez como titular de la FGE y el bueno para nada y negligente por segunda ocasión, Héctor Peña meza, como titular de la Fiscalía Especializada en Desaparición de Personas.
¿Qué es lo que van a argumentar? ¿Con qué se van a justificar? Esto no va a calmar la rabia e indignación de la sociedad con una disculpa; deben irse al menos Peña Meza y García Ramírez.
¿Tendrán la dignidad? Es mucho pedirles.