POR Luis Fernando Moreno Mayoral
La maquinaria del PAN acaba de elegir como su dirigente nacional al corrupto líder del cártel inmobiliario que asentó sus reales en la Ciudad de México.
Jorge Romero Herrera, un júnior tóxico que hizo negocios tan jugosos que dejaría a Pedro Peralta Rivas como un niño de biberón, será quien asuma las riendas del CEN del PAN en México.
Adriana Dávila, como se recordará, en su visita a Colima acusó al PAN de Colima de estar manejado por unos tres o cuatro sujetos que se han encargado de destruir al otrora partido con ideales y opositor al poder.
Esos tres o cuatro a que hacía referencia la panista Dávila Fernández son los mismos que dieron su voto en Colima al líder del cártel inmobiliario: Pedro Peralta Rivas, Julia Jiménez, Jesús Alberto Partida Valencia —expuesto por la diputada Andrea Naranjo Alcaraz como un misógino en toda la extensión de la palabra— y el propio Riult Rivera.
Con el corruptazo líder nacional del PAN Jorge Romero como el mandamás de los panistas en todo el país, es un hecho que Riult Rivera será la única opción en Colima para ser el candidato a gobernador en el 2027; falta que el PRI ceda a las obsesiones de los panistas y sacrifiquen a sus cuadros con tal de mantener la alianza con Acción Nacional.
Y hablando de partidos que perdieron su esencia y se dejaron envolver en la corrupción, el dirigente estatal del PRI en Colima, Kike Rojas Orozco, tuvo la desfachatez de convocar a una rueda de prensa para cuestionar la estrategia de combate a la inseguridad que se está haciendo en la entidad colimense.
Acaso se le olvida que fueron ellos, los del PRI, los que generaron las condiciones para que el crimen organizado hiciera de Colima su hogar; sin embargo, con todo el cinismo del mundo, el ex alcalde de Villa de Álvarez está en su papel de opositor de quinta para al menos tener titulares en la prensa que los mantenga vigentes.
Kike Rojas estuvo acompañada por Betzaida Pinzón, quien también es diputada plurinominal en una maniobra siniestra y en lo oscurito propia de esa mafia llamada Revolucionario Institucional.
Curioso que, en la citada conferencia de prensa, la diputada avalara con su silencio la crítica del dirigente estatal sobre los asesinatos a policías y marinos en Colima y la violencia en general; sin embargo, no se desmarcara de otro tipo de violencia, la política en razón de género, que protagonizó su aliado Beto Partida en la última sesión del Congreso del Estado, en donde, con gritos y manotazos, minimizó e invisibilizó el trabajo de mujeres en áreas sensibles de la Fiscalía General del Estado de Colima.
Kike Rojas puede salir a cuestionar la ola de violencia y contabilizar las muertes de policías y marinos en Colima para tener algo que decir; lo que no va a poder ignorar es la doble moral e hipocresía de su partido y sus distinguidos militantes que, como el septuagenario Arnoldo Ochoa González, fue uno de los responsables de autorizar las comisiones irregulares a policías en la pasada administración que terminaron en el secuestro, tortura, decapitación y desmembramiento de 7 elementos de seguridad pública, algo por lo que ningún ex funcionario ha pagado.
El PRI y el PAN en Colima en lo suyo: arropar corruptos y criminales.
Un comentario sobre «El PRIAN en Colima, de mal en peor»
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