POR Jorge Octavio González
La cloaca que se ha destapado en torno a las propiedades de Indira Vizcaíno y sus funcionarios y las irregularidades y ostentaciones que se han descubierto es el principio del fin de este gobierno indolente y corrupto.
Pero a la gobernadora parece que eso no le afecta; ella sigue por la vida sonriendo y feliz pese a la podredumbre que hay en su administración y en su vida misma.
Se exhibió la adquisición de casas millonarias de la mandataria y su círculo más cercano, un diputado promovió denuncias de los trabajadores de confianza del gobierno del Estado que tienen que dar parte de su salario para financiar la campaña de Claudia Sheinbaum, amenazaron de muerte a un reconocido abogado y crítico de Indira y de cobarde e inútil mini fiscal…y no pasa nada.
Indira Vizcaíno se escondió para no tener que dar explicaciones sobre lo que es un evidente robo en despoblado para comprar una casa de más de 6 millones de pesos; incluso tuvo el cinismo de ir a un conversatorio a la Universidad de Guadalajara y decir que su gobierno es un referente nacional en mujeres con cargos públicos.
Qué cinismo y caradura de la gobernadora.
Vergüenza y pena ajena la prensa que entrevistó a la mandataria en un evento en Villa de Álvarez, en donde sólo se dedicaron a hacerle preguntas a modo. Humillados, por supuesto, por el gobierno del Estado para no perder su financiamiento; lástima que a algunos les guste vivir de rodillas y besen los pies del gobernante en turno. Allá ellos y su endeble moral y dignidad.
Hay otra prensa, la crítica, que sí le va a preguntar a Indira sobre los temas que ha pretendido evadir; aunque crea que el tema se va a olvidar, no es así: cuando menos se lo espere se lo echarán en cara.
Lo mismo sucedió en la conferencia del vocero de la Mesa de Coordinación Estatal para la Construcción de Paz y Seguridad: pese a que se encontraba el vice fiscal de Procedimiento Penales de la Fiscalía General del Estado de Colima, Francisco Javier Almazán Torres, éste se dedicó a informar sobre un hecho irrelevante en cuestión de seguridad y pidió a los reporteros que no hicieran preguntas sino hasta la próxima conferencia.
¿Qué les pasa a estos funcionarios? Creen que pueden disponer del tiempo de los reporteros y no dar nada a cambio; asumen que los representantes de los medios están a la orden del funcionario y que van a servir como correa de transmisión para sus mensajes.
Están muy equivocados: los medios acuden al llamado que hacen los funcionarios a las conferencias, escuchan atentamente acerca del tema que están tratando, pero también quieren saber otras cosas y para ello hacen preguntas.
Citar a los medios de última hora, informar sobre un tema irrelevante en menos de siete minutos y no responder los cuestionamientos de los reporteros es una falta de respeto para los comunicadores que esperaban obtener alguna declaración acerca del despido del sub procurador de la Policía Investigadora por sus nexos con una organización criminal que secuestró a la señora María del Carmen López.
El problema es que los funcionarios del gobierno del Estado y de la Fiscalía de Colima imitan a Indira Vizcaíno: si ella se esconde y no responde a los temas verdaderamente importantes del momento, sus empleados menos.
Indira Vizcaíno, sin embargo, desconoce que todo esto que está haciendo ha abierto la puerta para que este sea el principio de su fin como mandataria estatal.