POR Luis Fernando Moreno Mayoral
Era más que obvio que una mujer con el perfil de Margarita Moreno no encajaba en una alianza donde sus dirigentes y miembros distinguidos han estado en la vida política de Colima desde los años 70.
Y es que, en efecto, los más visibles son los que secuestraron camiones para exigir al gobernador posiciones de poder para su Grupo Universidad; también los que publicaron el acta de nacimiento de Griselda Álvarez Ponce de León para demostrar que no había nacido en la entidad sino en Jalisco, y que decidían candidaturas en cantinas y fiestas que se alargaban por días.
Hoy, sin embargo, se presentan ante la opinión pública como políticos experimentados, de diálogo y de acuerdos; sin embargo, en su momento utilizaron el chantaje, la extorsión, el golpeteo ruin y perverso y las amenazas para alcanzar sus objetivos.
La política ya cambió; los que se niegan a adaptarse son ellos.
La presidenta municipal de Colima dejó en claro en un comunicado por qué tomó la decisión de romper con la alianza del PRI y el PAN:
“Frente al buen gobierno que ha construido la primera mujer que gobierna el municipio de Colima, lo único que he recibido son obstáculos, descalificaciones y difamaciones hacia mi persona y mi equipo”, lanzó el mortero duro y directo a quienes, desde el cómodo sillón donde dan línea a los suyos, sólo se han dedicado a denostar la labor de la alcaldesa y a cuestionarla en programas que financian.
¿Quiénes fueron los primeros que sacaron el asunto de los nexos de Margarita Moreno con Movimiento Ciudadano, decir que las invitaciones del Informe de Labores eran de tono naranja (eran rosa, por cierto) y mencionar que tenían fotos de la visita de Samuel García a la casa de la presidenta, en una clara confesión del espionaje a que la han tenido sometida?
No hay que ir muy lejos por la respuesta: los dirigentes formales y de facto del PRI.
Margarita Moreno fue más allá y soltó:
“En tiempos donde las mujeres hemos protagonizado una lucha histórica por instaurar una sociedad en la que se garantice el respeto a los derechos de las mujeres… eso vuelve inconcebible e incluso absurdo que se haya dado un acuerdo cupular por parte de hombres para beneficiar a un hombre”.
La presidenta municipal es de las mejores calificadas de todo el país, tiene el derecho a la reelección y estos son tiempos de mujeres con las acciones afirmativas, pero un grupo de hombres confabuló para elegir al menos competitivo y que puede ceder su lugar sin problema alguno.
Riult Rivera, como consejo, en estos momentos debería pedir a su partido la oportunidad de la reelección como diputado federal; si compite con las siglas del PAN a lo más que llegará es a regidor en el ayuntamiento de Colima. Viri Valencia es la más contenta en estos momentos.
Y sobre el futuro político de la presidenta el siguiente párrafo no deja lugar a dudas:
“Quiero dejar algo claro: este rompimiento que hoy hago público es un rompimiento con las malas prácticas, con los maltratos y la violencia de género; es un rompimiento con los acuerdos que excluyen y marginan a las mujeres y hombres buenos. No es una ruptura con las personas buenas y trabajadoras que me han acompañado”.
Si no descifraron el mensaje, les dejo esa magistral frase de Haruki Murakami de su libro 1Q84:
“Si no lo entendiste sin que te lo explique, quiere decir que no lo entenderás por más que te lo explique”.