POR Jorge Octavio González
Cuando Viridiana Valencia Vargas vio las encuestas de opinión en donde, por más dinero que gasta, por más difusión que le dan y por más que se empeña en llenar plazas con ancianos enfermos y sin poder caminar no logra levantar en las preferencias electorales rumbo al 2024, pidió que eliminaran a su competencia activando una denuncia que dormía el sueño de los justos.
Y es que, para nadie es un secreto, la denuncia en contra de Carlos Arturo Noriega García por peculado y ejercicio indebido del servicio público no es más que una más de las que ordenan los gobernantes en turno archivar hasta que a la gente se le olvide.
El problema, sin embargo, es que fue la única herramienta que encontraron para golpear políticamente a Margarita Moreno, la candidata mejor posicionada en el ánimo de la gente y que ganaría de calle su reelección si hoy mismo se llevaran a cabo las votaciones.
Viri Valencia, en un careo con Margarita Moreno, está muy por debajo de la presidenta municipal de Colima; por más que se esfuerza y se emberrincha en aparecer en los medios entregando tarjetas a los adultos mayores (ya por lucida se le murió una anciana en el estacionamiento de la dependencia federal) nomás no sube en las preferencias electorales.
¿Cuál es la mejor opción para revertir el problema? Eliminar a quien está muy por encima en las encuestas, amenazando con vincular a proceso a su esposo y meterlo a la cárcel.
Así se las gasta Viridiana Valencia: es indolente, caprichosa, vengativa y se cree superior a los demás; no concibe que alguien que no sea ella tenga números buenos en la opinión pública. Tolera a Indira Vizcaíno porque es la gobernadora; si otras fueran las circunstancias la traicionaría a la primera.
Hoy por hoy, sin embargo, le conviene fingir que es aliada de la mandataria estatal, como también lo hace creer el agresor de mujeres Vladimir Parra, para tener el poder que ostenta y sentirse que es la mejor de todas; en el momento oportuno enseñará su verdadera cara de traición y apuñalará a quien sea con tal de conseguir lo que desea.
Mario Ochoa García, el fantasmal titular de la Fiscalía Especializada en Combate a la Corrupción, se llenó la boca al decir que su expediente está integrado de tal manera que esperan que la jueza que lleva el caso vincule a proceso al ex funcionario estatal.
Así de cínico y sinvergüenza este títere del sistema: no le importó el debido proceso y, con tal de quedar bien con su jefa la gobernadora, se atrevió a señalar que hay elementos para que el ex secretario de Planeación y Finanzas pueda ser sancionado.
Desde que tomó protesta como fiscal anticorrupción, al atarantado Mario Ochoa no se le conocía ni la voz; ahora que se activó la denuncia contra Noriega García como venganza política sale muy orondo a asegurar que la investigación que realizó seguramente tendrá una vinculación a proceso.
Esta acción es tan burda que la sociedad lo tomará en cuenta en el 2024; un berrinche de Viri Valencia no puede estar por encima de la gobernabilidad ni de la coordinación entre niveles de gobierno.
Tarde o temprano tendrá que reinar la sensatez; por el momento disfruten el circo organizado por el sistema que hoy tiene sumido a Colima en una ola de violencia, terror, ejecuciones a plena luz de día, feminicidios, secuestros de extranjeros, incendios a vehículos y a domicilios, así como bombas molotov en negocios y demás.