POR Bibiano Moreno Montes de Oca
Aunque pareciera que se trata del año nuevo chino, que es representado con animales o bichos, el año grillo es, en realidad y como su nombre lo dice, en el que la grilla política estará en pleno auge, previo al 2024, en el que se llevará a cabo la elección presidencial y se definirá si la 4T permanece en el poder o se larga de una buena vez y para siempre “hacia los confines de ninguna parte”, una forma poética utilizada por Efraín Huerta para mandar a alguien a La Chingada, no por el nombre del rancho chiapaneco de amlo, sino a la manera en la que la emplea Octavio Paz en su ensayo El laberinto de la soledad.
El título de hoy de mi columna de culto no es original: lo tomé prestado del que utilizó un colega tapatío en el periódico El Informador, donde el vecino estado de Jalisco estará sumergido hasta el tope en la grilla que se avecina para definir al candidato a gobernador del Movimiento Ciudadano (MC), el partido en el poder, donde el pelón Enrique Alfaro sudará la gota gorda para poder nombrar a su sucesor. Por supuesto, ese será problema del gobernador y de los emecistas jaliscienses, pues en Colima los políticos tienen sus propias grillas que los mantendrá bien ocupados en 2023, preámbulo a lo que viene en 2024.
De entrada, es necesario hacer notar que los políticos con aspiraciones y la mira puesta en las elecciones del próximo año tendrán todo el 2023 para comenzar a moverse con negociaciones, cabildeos, pactos, amarres, encerronas y todo cuanto sea necesario, pues a fines de año las candidaturas prácticamente ya tendrán que estar bien planchadas y almidonadas. Hay que recordar que en este 2023, a partir del mes de octubre, el proceso electoral quedará oficialmente abierto, de tal suerte que a fines del mismo año –repito—, si no es que apenas comenzando 2024, los candidatos de los diferentes partidos que participarán en la contienda ya contarán con sus respectivos abanderados.
Por tanto, este año será de grilla, después de que 2022 les sirvió a los que aspiran a un cargo de elección popular para conocer el terreno que pisan y de hacer algo de obras (en el caso de los alcaldes), además de darse a conocer ante un público más amplio de hipotéticos electores. En adelante, en este nuevo año, lo que sigue es tratar de posicionarse en el ánimo de la población, ya sea para buscar la reelección o una nueva posición. En todo caso, los que aspiran y suspiran deberán reforzar la marcha para que los colimenses vean que sí son de resultados. En tal situación se encuentran varios actores políticos de la entidad, por lo que haré aquí un breve diagnóstico.
Las presidentas municipales de Colima y de Villa de Álvarez, Margarita Moreno González y Esther Tey Gutiérrez Andrade, respectivamente, buscarán reelegirse en el cargo, lo cual suena lógico porque tienen mano sobre otros. De igual forma, la diputada Lizette Hilda Moreno Ceballos, del distrito séptimo local (que incluye la zona de los ricos de la capital del estado y todo el municipio de Cuauhtémoc), hará lo mismo: ir tras la reelección… al menos ya declarado con bastante anticipación por el padre de la integrante de la LX Legislatura local, el ex gobernador y ex rector de la Universidad de Colima, Fernando el Nene Moreno Peña.
Uno de los actores posicionados es el diputado federal Riult Rivera Gutiérrez, quien podría ir en la fórmula al Senado de la República, pero también sería un aspirante natural a la presidencia municipal de Colima. Un posible desacuerdo de los que integran la alianza Va por Colima (PRI, PAN y PRD) podría resultar más perjudicial para Margarita Moreno, pues si se rompe y va sola con su partido, de plano estará perdida. En tanto, la candidatura de Riult Rivera sería arropada por el panismo, pero es muy posible que hasta por el MC, especialmente ahora que ese partido se sacudió el pernicioso tutelaje de Locho Morán Sánchez, cerrado a las negociaciones con otros institutos políticos.
A lo que voy es que, en un escenario catastrófico para el PRI, los priistas tendrán mucho más que perder que los panistas; claro, en el caso de que no se llegara a ningún entendimiento para la conformación de los funcionarios que formen parte de la administración municipal, donde gandayas como Francisco la Paca García Rodríguez, Fernando Antero Valle y Hugo Vergara, entre otros, no representaron en ningún momento al PAN, sino a sus propios intereses. La mejor prueba de ello es que ahora los dos primeros citados, dizque panistas, fueron a dar al Gobierno del Estado, ahora con la etiqueta de cuatroteros.
En Tecomán no hay mayores problemas para la alianza priista: si bien se mueve con todo el descaro posible como precandidato a la presidencia municipal el diputado Rigoberto García Negrete, el idóneo es Óscar Avalos Verdugo, que ya ocupó ese cargo hace años y está muy bien evaluado; tanto así, que sacó mayor votación en su municipio, como candidato a diputado federal por el segundo distrito, que Elías el Gusano de Queso Lozano Ochoa, es decir, si hubiera buscado la alcaldía y no la diputación, hoy en Tecomán estarían contando otra historia. Por consiguiente, a Óscar Avalos no hay toro que le atranque.
Por Manzanillo, donde el enfrentamiento entre la actual administración municipal y la Gobernadora Altozano ya es del dominio público, todo hace suponer que la montaraz y reiterativa Gris Celda Martínez Martínez tendrá que poner todo su empeño en la alcaldía que ella ocupa actualmente, pues difícilmente le van a dar oportunidad de que sea la candidata en fórmula al Senado de la República o a la diputación federal, además de que no la dejarán meter ni las manos por los distritos (4) locales con los que cuenta el importante municipio costero. El único bastión que le queda es el Ayuntamiento, pero tendrá que decidir si manda a la fajadora Martha la Tostada Zepeda del Toro o a algún otro que sea su Juanito.
Así, pues, el 2023 será intensamente un año de mucha grilla, pero se espera que los aspirantes no desvíen la atención en sus actuales cargos.