Diputadas escandalosas y mezquinas

POR Jorge Octavio González

Vergüenza es lo que generó la participación de cuatro legisladoras de MORENA en la sesión de ayer jueves en el Congreso del Estado.

Isamar Ramírez, quien como presidenta de la Mesa Directiva demostró su talante autoritario y actuó como toda una fascista, tocó el tema de Segalmex y dijo que el presidente de la República ya interpuso las denuncias porque no son como los de antes, que premiaban las malas acciones hasta con diputaciones.

Ignorante como es, la diputada morenista olvida decir que Ignacio Ovalle, quien fue el titular de Segalmex cuando se detectó el desfalco de 15 mil millones de pesos, más del doble de lo que fue la Estafa Maestra, no ha sido investigado y, por el contrario, fue premiado en otro cargo dentro del gobierno federal, así como en los gobiernos de antes.

Ana Karen Hernández Aceves, quien se reeligió como diputada con trampas que la oposición no pudo o no quiso impugnar, se puso a cuestionar al INAI y a los partidos que hoy lo defienden, como el PRI, PAN y MC; desde luego que su narrativa va acorde con lo que repiten en Palacio Nacional todas las mañanas, todo para quedar bien con el macho que les dice cómo actuar.

La manzanillense, a quien Evangelina Bustamante conoce demasiado bien, se pregunta cuál ha sido la importancia del instituto de transparencia. Otra ignorante: que alguien de sus asesores le busque en internet todas las investigaciones que se han publicado gracias a solicitudes hechas a los sujetos obligados. Si alguien no entiende para qué sirve el INAI, definitivamente es una persona que esconde mucho, desde el ámbito profesional hasta en lo personal. Ahí la legisladora del PT podría decir mucho de eso.

Yommira Carrillo Barreto, con un odio y resentimiento que carga a cuestas por quién sabe qué razones, salió a defender a la delincuente electoral Delfina Gómez, la misma que robó parte del sueldo a los trabajadores del ayuntamiento de Texcoco cuando era presidenta municipal.

La diputada difundió un video, mismo que en su tiempo de presidente de la Mesa Directiva la problemática Isamar Ramírez se negó, como toda dictadorzuela de cuarta, a que se transmitiera, en donde se ve a gente del PRI operando para Alejandra del Moral en cuestiones no muy claras.

Dijo que este hecho fotografía de cuerpo completo a los priístas y panistas en su macabra alianza, y muestra a todos los mexicanos su manera de operar, de hacer campañas, ellos, como su propia candidata lo dijo, no les importa la conducta, les importa ganar, sabiendo lo que saben hacer, para bien o para mal.

De plano Yommira no tiene vergüenza: si alguien es una ratera, una delincuente electoral señalada por el Tribunal Federal, es Delfina Gómez, la candidata de MORENA a la gubernatura del Estado de México. La misma que, además, se le detectó un desvío de millones de pesos cuando fue, para desgracia de la niñez mexicana, secretaria de Educación.

Delfina, por cierto, en el debate con Alejandra del Moral justificó sus corruptelas en Texcoco diciendo que hubo una sanción al partido, que fue MORENA, como si no fuera ella parte de ese movimiento y servil a quien lo fundó con sobres amarillos que sus hermanos y gente cercana se encargó de recabar con empresarios, políticos y con los narcotraficantes.

Yommira Carrillo Barreto definitivamente algo le pasa que destila veneno y espuma por la boca cada que sube a tribuna a leer un posicionamiento que le redactan de Casa de Gobierno. Da pena ajena la muchacha.

Y sobre Glenda Ochoa, que decidió traicionar a quien le dio la diputación para pasarse al lado del oficialismo por unos cuantos pesos más y la posibilidad remota de alguna candidatura en el 2024, se atrevió a señalar que no es cierto que haya desabasto de medicamentos en el Hospital Regional Universitario.

¿Le dicen o le digo? ¿En realidad será tan miserable como para evadir la realidad y la pesadilla de la gente que todos los días batalla por conseguir las medicinas que les hacen falta para seguir viviendo? ¿No ve a los niños que sufren por sus quimioterapias? ¿No se da cuenta de cómo los hacen esperar por horas en condiciones inhumanas para recibir atención?

Glenda Ochoa no sólo es miserable; es mezquina y hasta da vergüenza ver cómo se arrastra ante sus nuevos jefes con tal de quedar bien.

Las cuatro diputadas, todas serviles y aplaudidoras del régimen corrupto que hoy está enquistado en Palacio Nacional, no representan al pueblo; son unos títeres del sistema que las mantiene con dinero y privilegios para defender todo lo que hace apenas unos años cuestionaban.

Poquito poder las mareó y, como se ve, las hizo perder la escasa dignidad que tenían.