Diputadas de MORENA prostituyen la violencia política de género

POR Jorge Octavio González

Cuando Viridiana Valencia Vargas era exhibida en la Junta de Gobierno y Coordinación Política y en las sesiones del Congreso del Estado por parte del diputado Roberto Chapula de la Mora, que le recordaba cada tanto lo inepta, ignorante, cínica y sinvergüenza que era, su reacción era denunciarlo por violencia política de género.

Más de una ocasión, sin embargo, amenazó al legislador con denuncias penales e institucionales ante las instancias competentes por atreverse a decirle lo corrupta que era; el momento más feliz para Viri Valencia fue cuando un sicario disparó contra la humanidad de Chapula de la Mora y lo dejó muerto en el suelo: ya no podría decirle nada.

Las denuncias por violencia política se están utilizando, por parte de las mujeres de MORENA, para acallar las voces que las cuestionan; no conciben que diputados de otros partidos las exhiban en su incompetencia y mediocridad.

El villano favorito ahora es el emecista Chuy Dueñas. Como ha sido muy activo en tribuna denunciando el pésimo sistema de salud en la entidad, así como la indolencia de la gobernadora Indira Vizcaíno y, más recientemente, la petición al mini fiscal Bryant Alejandro García Ramírez para que comparezca y reciba a las más de 700 familias defraudadas por la empresa Axe Capital, la vieja confiable de las legisladoras más chiquitas políticamente, de piel sensible, fue denunciar al legislador por violencia política de género.

Ana Karen Hernández Aceves, la tramposa que ganó la reelección cuando debió ser retirada su candidatura, salió muy bravucona en contra de José de Jesús Dueñas García, intentó burlarse de él, le hablaba despectivamente y con desdén hacia su persona, pero cuando el diputado de la bancada naranja le dijo que su incompetencia en la Delegación de Programas para el Bienestar de Colima la obligó a regresar al Congreso del Estado, de inmediato se ofendió y le echó montón al diputado, intentando, con esto, intimidarlo para que no vuelva a criticarla.

Resulta que Ana Karen es la presidenta de la Comisión de Derechos Humanos del Congreso del Estado, algo de lo que nos venimos enterando; sin embargo, esto confirma que es una hipócrita, pues justamente la Recomendación 04/2022 de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Colima era para que tomaran cartas en el asunto sobre la violencia ejercida por el adicto y porro Vladimir Parra en contra de Claudia Aguirre y Jazmín García.

¿Y qué hizo la diputada? Calló. Fue cómplice de una verdadera violencia política de género, en donde el corrupto Parra Barragán amenazó a las legisladoras y a sus hijos (piensa en tus hijos, le dijo Vladimir a Claudia Aguirre) y, sobre todo, la Comisión Nacional de Honor y Justicia del CEN de MORENA y la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Colima determinaron que Vladimir Parra SÍ había incurrido en violencia política de género en contra de las legisladoras.

Ana Karen Hernández, que sale muy bravucona y retadora sólo porque le dijeron incompetente (lo es, por supuesto) para pronto intentó intimidar al diputado con sus cómplices de fechorías Glenda Ochoa, Kate Castillo, Isamar Ramírez y Andrea Naranjo Alcaraz, diputadas que han sido exhibidas por el emecista y, además, han renunciado a pensar y se han humillado por privilegios y un cargo en el 2024.

Está claro que los intentos de intimidar al diputado Chuy Dueñas no prosperarán, porque en el fondo a nadie de las diputadas de MORENA le interesa que se actúe con justicia a favor de las mujeres violentadas, como ya lo demostraron rechazando cobardemente la Recomendación 04/2022; las únicas mujeres que les interesan son ellas mismas, porque no son capaces de debatir fuertemente en tribuna y cuando les hacen algún señalamiento corren a llorar denunciando violencia política de género.

Vergüenza deberían tener por utilizar esa herramienta para intimidar a los diputados y para coartar la libre expresión de las ideas; es miserable que utilicen la violencia política de género para que no sean cuestionadas. Si no les gusta el debate y la crítica, que se vayan a donde nadie las cuestione.

De la vacilada de la Bancada de Género ni hablar; basta ver cómo la activista Tere Mascorro quiso confrontar a Evangelina Bustamante y, cual cobarde, huyó y se volvió a meter al Congreso del Estado.

Sólo una pregunta: ¿Por qué Mascorro Chávez le gritaba a Evangelina Prestamantes?

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