POR Jorge Octavio González
Santiago Creel Miranda anunció ayer que se bajaba de la contienda para ser el representante del Frente Amplio Por México y manifestó que respaldará las aspiraciones de Xóchitl Gálvez Ruiz para que sea ella la que enfrente a la maquinaria corrupta y tramposa de MORENA en el 2024.
Las presiones de Palacio Nacional sobre el siempre impresentable Alito Moreno Cárdenas llegaron a tal extremo que, sin hacer campaña y sin recorrer el país, Beatriz Paredes estuvo a casi empate técnico con la panista en encuestas en vivienda, por lo que, de seguir las cosas así, las mañas del PRI harían triunfar a Paredes para poner a una candidata a modo para quien resulte electa del dedazo de López Obrador.
Cierto es que, en la última semana, el presidente de la República impulsó una narrativa de que la mejor candidata del Frente Amplio por México sería Beatriz Paredes, cuando lo cierto es que la señora, por muy preparada que esté, no genera empatía ni entusiasmo entre la sociedad en general.
Podría ser la candidata del Frente Amplio y tener a su servicio la estructura de los partidos PRI, PAN y PRD; el problema es que con solo la estructura de los partidos no ganaría. MORENA, con su estructura, ganaría con cualquier candidato que impongan en la simulación de proceso interno para elegir al coordinador del comité de defensa de la cuarta transformación.
La encuesta de México Elige, de Sergio Zaragoza, abrió los ojos a quienes se estaban llevando por el canto de las sirenas de Palacio Nacional.
En población abierta, Xóchitl Gálvez obtuvo el 51%, mientras que Beatriz Paredes el 33% y en un lejano tercer lugar Santiago Creel con 16%.
Pero entre simpatizantes del Frente Amplio, Xóchitl Gálvez despega hasta un 83%, con un lejanísimo segundo y tercer lugar para Beatriz Paredes y Santiago Creel con el 8% cada uno.
¿Qué significa esto? Que el perfil que entusiasma y que quiere la población, al margen de los partidos políticos y las estructuras partidistas, es Xóchitl Gálvez Ruiz; así lo entendió perfectamente Santiago Creel y por eso decidió, de una manera magistral, apoyar las aspiraciones de su compañera senadora.
Y Beatriz Paredes está donde siempre estuvo: en la lona. Puede ser una muy buena oradora, estar preparada y hacer un papel ejemplar donde sea que la pongan tanto en el sector público como en el privado; el problema es que nadie votaría por ella porque sencillamente ella no tiene la capacidad para competir ni entusiasmar a la juventud.
Con estos números, que entendieron muy bien en la cúpula el PAN, quedó claro que sólo uniendo fuerzas con Xóchitl Gálvez es como se vencerá a la maquinaria corrupta y sangrienta de MORENA y del presidente de la República.
Qué bueno que se dieron cuenta a tiempo que la fuerza de Beatriz Paredes era artificial y empujada desde Palacio Nacional con la única intención de que se impusiera y, por ende, MORENA continuara al frente de la presidencia de la República por otros seis años más.
El plan de AMLO y su maquinaria fue hacer creer a la militancia priísta que con Beatriz había posibilidades de competir, cuando lo cierto es que, de ser Paredes la candidata, MORENA ganaría con cualquiera que pusiera, incluso Fernández Noroña.
Con Xóchitl Gálvez como la abanderada, corre riesgo el eventual dedazo a Claudia Sheinbaum, por ser una política sin carisma, sin ideas propias y pésima en campaña.
La declinación de Santiago Creel por Xóchitl Gálvez es otra derrota a la estrategia de López Obrador de dividir a la oposición y perpetuarse en el poder a través de su títere y mala alumna.