POR José Luis Santana Ochoa
Sin pudor alguno, los dueños en Colima de las franquicias de los partidos políticos que en las elecciones de 2021 simularon competirle a la entonces candidata del Partido Movimiento de Regeneración Nacional a la gubernatura del estado, Indira Vizcaíno Silva, y que ahora son sus abiertos colaboracionistas, destacadamente el Partido Verde Ecologista de México y Movimiento Ciudadano, prestos están a volver a sus truculentas andadas en los venideros comicios de 2024.
Los dueños del Verde Ecologista en el estado, Virgilio Mendosa Amezcua y Gabriela Benavides Cobos, siempre han justificado su travestismo político partidista con el argumento de que los cambiazos que dan obedecen a los deseos, a la voluntad, a la decisión, de la gente a la que sirven y obedecen ciegamente. Porque dizque al pueblo se deben, cada tres años juegan doble y hasta triple, engañan, simulan y traicionan.
Con su rollo embaucador, Virgilio y Gabriela convencieron a un buen número de políticos de extracción priista y panista a que participaran con el partido del tucán como candidatos en las elecciones de 2021 a sabiendas de que no tenían con qué ganar pero sí para darle al PVEM un buen número de votos en los distritos electorales locales que se les tradujeran en muy buenas prerrogativas económicas.
Hay que reconocer que ambos personajes de la picaresca política porteña le presentaron a Indira Vizcaíno Silva una lista con decenas de nombres de quienes les trabajaron en la campaña electoral 2021, en recompensa por haber contribuido a la partición del voto anti-morenista que a ella le allanó el camino a la gubernatura, pero solamente logró chambas para cuatro o cinco, y de bajo nivel, por cierto.
Ahora, de cara a las elecciones del domingo 2 de junio de 2024, la oferta de Mendosa Amezcua y Benavides Cobos incluye candidaturas en alianza con el Partido Movimiento de Regeneración Nacional, entre ellas, por las presidencias municipales de Colima, Manzanillo y Villa de Álvarez. Como el prometer no empobrece, también hacen cuentas alegres de regidurías y diputaciones. Para todos habrá si no arrebatan, les dicen a sus incautos.
Eso sí, Virgilio Mendosa Amezcua Jura y perjura que, llueva, truene o relampaguee, él será senador de la República por la cómoda vía plurinominal exclusiva para los políticos de gran valía, de altos vuelos, importantes, como él. Para su camarada Gabriela Benavides Cobos será la candidatura de MORENA/PVEM a la alcaldía de Manzanillo porque, dicen, la bonitilla del perrito no levanta, no prende en el ánimo de los porteños.
Si bien en Manzanillo los electores les perdieron la fe a Virgilio y Gabriela desde las elecciones de 2018 , la pudieron pegar en el Primer Distrito Electoral para las de 2021, pero en las próximas de 2024 ni en la costa ni en el valle de Colima les volverán a creer el Bendito, así piensen lo contrario engañados porque todavía hay quienes los oigan aunque no los escuchen y nomás les den cuerda, finjan creerles sus cuentos alegres. La verdad es que los cuadros vestidos de verde que acreditaron competitividad electoral en los anteriores comicios, por aquello de no te entumezcas, han establecido diálogo directo con los sueños de MORENA en el estado que no son otros que los señores Vizcaíno.
Otro político de la misma ralea, Leoncio Alfonso Morán Sánchez, aferrado a la dirigencia del Partido Movimiento Ciudadano en Colima que se niega a soltar después de haberlo detentado durante más de seis años, también chaqueteó a favor de Indira Vizcaíno Silva, a quien después de haberla bañado de estiércol en compaña, se le entregó condicionalmente dizque en aras de la gobernabilidad del estado. Pronto reaparecerá como la fresca mañana con su misma cantaleta de ‘nada con los partidos políticos y todo con la ciudadanía’. Quien a estas alturas todavía no vea de qué pata cojea, que le crea.
EL ACABO
Otros simuladores de la competencia democrática en Colima son los partidos políticos Encuentro Social (PES), Del Trabajo (PT) y Nueva Alianza (PANAL). De los tres, más los dos mencionados párrafos arriba, no se hace uno. ¿O sí?