De ciclovías y caprichos grises

POR Luis Fernando Moreno Mayoral

La poca participación a la encuesta ciudadana en Manzanillo demostró la nula importancia que tiene la ciclovía para la mayoría de las personas.

El ruido se generó, principalmente, por redes sociales: resaltó la cofradía a sueldo de la gris ex alcaldesa del puerto que, sin embargo, no se cansa de intervenir en las decisiones de la actual administración.

La ciclovía, ciertamente, fue promovida por un grupo de ciclistas que, como los que abundan en otras latitudes del país y del mundo, se creen con el merecimiento de tener una vía propia para transitar sin problema alguno; aunque también son los mismos que incitan al odio y al linchamiento al que ose meterse en su camino, incluyendo a ambulancias que están en una emergencia.

La encuesta ciudadana, a grandes rasgos, sometía a consideración de la ciudadanía manzanillense si estaban de acuerdo en que la ciclovía se dejara como está o se modificara para mejorarla; en ningún momento se manejó la opción de retirarla sin ton ni son.

Los que se dedicaron a golpear al ayuntamiento de Manzanillo fueron los que difundieron la especie de que se pretendía quitar la ciclovía. Nada más falso que eso: aun así, de acuerdo al resultado de la encuesta ciudadana, el 20% de los participantes pidió que se quitara.

Y el resultado fue el siguiente: el 67% de las personas votó a favor de que se modifique la ciclovía para mejorarla, mientras que el 12 por ciento pidió que se quedara tal y como está.

Cierto es que, acostumbrados 6 años a decisiones unipersonales y a caprichos, los porteños ven en las obras de la gris ex presidenta municipal negocios para sus cercanos y cochupos que están saliendo a la luz como pus.

La ciclovía, si bien puede beneficiar a unos cuantos, está manchada por la sospecha de la corrupción y caprichos que se impusieron al sentir ciudadano; para nadie es un secreto que la principal promotora de esa obra fue la regidora Martha Zepeda del Toro, que presume andar en bicicleta.

Ahora, fuera de la nómina municipal, es muy fácil cuestionar la encuesta ciudadana y la poca participación; sin embargo, en ningún momento la anterior administración tuvo la empatía y decencia de preguntar a los manzanillenses si querían la ciclovía o no.

Es posible, por el nulo interés que manifestó la sociedad este fin de semana, que esa obra ni siquiera se hubiera llevado a cabo.

De pena ajena, pues, la opinión de la gris ex alcaldesa en este y otros temas más: todavía no se hace a la idea del repudio que generó su proyecto transexenal entre los porteños.

Sus descalificaciones, sus insultos, sus panfleteros a sueldo que envía a cuestionar, no son más que el reflejo de la derrota dura y cruel; sabe que ya no volverá al poder bajo ninguna circunstancia, aunque la regidora Zepeda del Toro quiera tomar por asalto la candidatura de Movimiento Ciudadano a la gubernatura del Estado en el 2027.