POR Jorge Octavio González
Roberto George Gallardo, un personaje caricaturesco del municipio chilingüinero, respondía de manera soberbia, aunque después matizaba para no verse tan mamón, cuando le preguntaban de dónde era originario:
—Soy de Coquimatlán, tierra donde los hombres se dan…los unos a los otros.
Desde hace días se venía comentando la versión de que Carlos Antonio Chavira George (el apellido George, ciertamente, corrobora la tesis de que Coquimatlán es tierra de hombres) había incurrido en un delito en contra de un adolescente.
Primero salió un audio en donde se escucha claramente al candidato del PRI y el PAN a la presidencia municipal de Coquimaltán confesar su delito, aunque dijo que le había dado dinero a la madre del menor porque no quería que se supiera pues, argumentó, si se hacía público hasta ahí llegaba su campaña política.
Chavira George, para tratar de salvar la cara, se limitó a decir que el audio estaba echo con inteligencia artificial, cuando lo cierto es que no hay indicios que haya sido así; por el contrario, la voz se escucha claramente y coincide con lo que después expondría la autoridad estatal.
Cuando la lumbre le llegaba a los aparejos, como cuando se filtró el documento de la denuncia ante la FGE, Carlos Chavira acudió con el septuagenario dirigente del PRI y la tramposa y cínica dirigente estatal del PAN, Arnoldo Ochoa González y Julia Jiménez Angulo, respectivamente, para realizar una conferencia de prensa en donde expone una supuesta guerra sucia en su contra.
La respuesta llegó de inmediato: la Fiscalía General del Estado de Colima, a través de la Fiscalía Especializada en Delitos por Razones de Género y Trata de Personas, dio a conocer que, en efecto, hay una denuncia en contra de Carlos Chavira (que no identifica por su nombre, pero lo retrata perfectamente) que realizó la madre del menor, en donde acusa al candidato del PRIAN de un delito de “índole sexual”.
“A partir de la recepción de la mencionada denuncia”, añadió la autoridad estatal, “el personal de la Fiscalía Especializada ha comenzado a realizar diversos actos de investigación de campo y de gabinete, entre los que se incluye la cumplimentación de una orden de cateo concedida por el Poder Judicial del Estado de Colima”.
Carlos Chavira George, en la conferencia de prensa, dio a conocer que no sabía del delito que le imputaban, pero sí dijo tener conocimiento del cateo a una casa; en el boletín de la FGE se especifica que la denuncia sí existe y que ya se dio cumplimiento a una orden de cateo, por lo que el candidato del PRI y del PAN a la alcaldía de Coquimatlán está mintiendo flagrantemente a la sociedad en general.
Si Chavira George dijo que desconocía el delito que le imputaban, pero sí dijo conocer de la orden de cateo, es porque tiene vergüenza de repetir lo que un menor de edad dijo que hizo en su contra que, de acuerdo a la Fiscalía de Colima, es “un delito de índole sexual”.
Para salir librado de las acusaciones, sin embargo, el abanderado de la alianza Fuerza y Corazón por México acusó a la gobernadora del Estado de estar metiendo las manos en el proceso electoral, cuando lo cierto es que hay un menor de edad agraviado en su intimidad y existe una denuncia penal hecha por su madre en la Fiscalía Especializada en Delitos por Razones de Género y Trata de Personas.
Que lo arropen sujetos siniestros y corruptos como Arnoldo Ochoa González y Julia Jiménez Angulo sólo significa que entre la misma mafia se protegen aun cuando hayan destrozado la vida a un adolescente con sus asquerosidades.
Se sabe del actuar gansteril de Ochoa González y se espera que la Fiscalía General del Estado de Colima brinde protección y seguridad al menor y a la madre de cualquier intento por acallarlos y amenazarlos para desistirse de la denuncia.
Si Carlos Chavira George tuvo los pantaloncitos para meterse con el menor de edad que asuma las consecuencias de sus actos; si no lo hizo entonces que la autoridad competente lo resuelva y deslinde responsabilidades.
Pero afirmar la fabricación de delitos cuando hay un adolescente agraviado y una madre que interpuso la denuncia penal, amén de una declaración de la señora en donde dice que su hijo no quería decir nada porque lo podían asesinar, es de alguien que no tiene escrúpulos ni vergüenza.
La manifestación en Casa de Gobierno es igual: desviar la atención del fondo del problema, que es la agresión de “índole sexual” que presuntamente habría cometido Chavira George en contra de un menor de edad de 13 años.