CONCIERTO POLÍTICO

Por Bibiano Moreno Montes de Oca

¡Se consumó el golpe traidor de MORENA y sus aliados!

Tal como se advirtió en mi anterior columna de culto, la bancada de Morena y de sus achichincles en la LX Legislatura local (PVEM. MC, PT y Panal) le asestaron un tremendo golpe a la sociedad civil de Colima, al dejar el camino libre para que al Instituto de Transparencia y Acceso a la Información Pública y Protección de Datos del Estado de Colima (Infocol) pueda acceder cualquier personaje que sea amigo de los políticos que tienen el poder, pues fueron echadas a la basura las trabas que había para evitarlo. Así, Morena y compinches le abren la puerta de par en par a políticas como Magdalena Ureña Pérez y a Brenda Gutiérrez Vega.

Cualquiera de las dos puede llegar ahora al apetecido cargo de comisionado del Infocol, pues al desaparecer alevosamente la fracción IX del artículo 71 de la Ley de Transparencia del Estado, este tipo de gente pueda convertirse en integrante por el único hecho de contar con la bendición de la Gobernadora Altozano y sus diputados afines en el Congreso local, donde la jugada favorecería a Magdalena Ureña, que en estos momentos es la presidenta estatal de Movimiento Ciudadano (MC), aunque el caso de Brenda Gutiérrez es similar: en la contienda anterior fue candidata a diputada federal por un partido cómplice de Morena.

La modificación que se hizo a la ley es brutal. Así, antes de que eso ocurriera, la Ley de Transparencia del Estado establecía que, para ser consejero del Infocol, “se requiere NO haber ocupado un cargo directivo en un partido o asociación política, ni haber participado como candidato a algún cargo de elección popular durante al menos dos años previos a la fecha de la convocatoria”. No hace falta decir que el ordenamiento legal eliminado parecía que estaba dedicado a las dos que aspiran a comisionadas (o a lo mejor si entran las dos), pues una tiene un cargo partidista y la otra fue candidata, lo que las haría inelegibles para el cargo.

El caso es que, con la complicidad ya no disimulada de Indira Indira Vizcaíno y del colaboracionista dueño del MC, Locho Morán Sánchez, la jugada le salió perfecta al par de farsantes que, durante la campaña del año pasado, parecían matrimonio mal avenido, pero que ahora, con la promesa de una herencia repentina de una tía que se acaba de morir, de inmediato se reconciliaron porque en una cláusula se establecía que los beneficios sólo podrían disfrutarlos ambos si seguían estando juntos, no divorciados. Es la misma cosa: olvidados los agravios que se dijeron al fragor de la batalla electoral del 2021, los dos ahora cosechan unidos.

Por tal razón, es prácticamente un hecho que la que resulte beneficiada como la comisionada presidenta del Infocol, tras el golpe traicionero dado por los diputados de Morena y sus contlapaches, sea Magdalena Ureña Pérez, esposa del diputado emecista Ignacio Vizcaíno Ramírez, lacayo de los tribunos morenacos, junto con la también legisladora del MC, Glenda Yazmín Ochoa. Hay que recordar que todos estos personajes son felices miembros del MC, franquicia que a Magda la hizo regidora y a Glenda síndica de la administración municipal que encabezó Locho, de la que Ignacio fue el director jurídico. ¡Chulada de emecistas!

No hace tanto, cuando aún se negaba el concubinato político entre Morena y MC, la aspirante Magda Ureña negaba que buscara tal posición, aunque la muy modesta argumentaba que era la mejor para obtener el cargo, siendo su mayor mérito el de ¡haber sido rechazada seis años atrás!, cuando también quiso ser comisionada del Infocol, pero la mandaron a volar por lacra. Lo curioso del asunto es que Locho Morán, en lo que es prácticamente una carta de recomendación dirigida a los diputados de la LX Legislatura local, dice de ella lo siguiente (con todo y su pinchísima redacción de niño de segundo año):

“Les comparto el posicionamiento de Magda Escareño (sic)… por cierto es una persona capaz, preparada, con experiencia, quien en los espacios que ha ocupado siempre ha desempeñado un excelente trabajo con resultados positivos”. A Locho Morán sólo le faltó decir en su empalagosa carta: “Mi recomendada también cocina rico, por si se ofrece”.

Por lo que se refiere a las solicitudes de licencia de dos diputados del Congreso del Estado, lo que adelanté también en mi anterior columna de culto, me falló el vaticinio en un 50 por ciento. Sí se larga Viridiana Valencia Vargas, pero no Julio César Cano Farías, sino que la que obtuvo su licencia es Ana Karen Hernández Aceves. Tampoco atiné los cargos: la Viri sí se va a lo que antes era la Secretaría de Desarrollo Social, pero la federal, no la estatal, donde no hay ni siquiera para repartir aspirinas. A la Sedescol llegará la impresentable Ana Karen, lo que es un mensaje claro sobre quién es la que pesa más en el ánimo de la Indi.

Las suplentes son mujeres, de manera que se mantiene el mismo número de féminas llegadas a la LX Legislatura local. Parece que el pelón encajoso Arturo García Arias no le tocó ni reintegro, pero su paisano tecomense Armando Reyna Magaña se beneficia con la herencia que le deja la mazorquera Viri Valencia: el liderazgo de la bancada morenaca y la presidencia de la Junta de Gobierno, que anteriormente era Comisión de Gobierno Interno. Un premio excesivo para un traidor que antes fue priista del montón.

Respecto a la impresentable y mazorquera Viri Valencia, diré que seguirá en la misma ruta iniciada en el Congreso local: fue la empleada del Poder Ejecutivo en su papel de diputada por tristes ocho meses, pero seguirá siendo la empleada del Ejecutivo como súper delegada federal, desde donde buscará la candidatura de Morena a la presidencia municipal de Tecomán, utilizando programas sociales de manera clientelar, como en su momento lo hizo Indira Vizcaíno. ¿Algún cambio?