CONCIERTO POLÍTICO

POR Bibiano Moreno Montes de Oca

El indirato va por su tercera derrota sindical al hilo

En todas las batallas emprendidas por el indirato, incluidas aquellas que se refieren al tema de la corrupción, han fracasado rotundamente la Gobernadora Altozano y su chiquigabinete de vacilada. Este miércoles 10 de agosto de 2022 se llevará a cabo la elección de dirigente del Sindicato de Trabajadores al Servicio del Gobierno del Estado (STSGE), donde el enanín de Martín Flores Castañeda le infligirá la tercera derrota al hilo con su triunfo de seis a uno frente al que está considerado como el delfín de los nuevos ricos del poder en Colima, es decir, el burócrata esquirol Sergio Alejandro Fuentes. 

No es que Martín Flores sea la octava maravilla, pero el hecho de ser víctima de una brutal embestida por parte de la maquinaria del Gobierno del Estado, en la que se incluye una campaña de terror en contra de la familia entera del enemigo a vencer –sin contar la velada amenaza de muerte, al estilo de la mafia siciliana del ojete Torrero—, al oriundo de Coquimatlán le han dado una cómoda ventaja que no habrá poder humano que la modifique. Así, al igual que frente a David Hernández, de la Sección 39 del SNTE, y de Pablo Olachea, de la Sección XII del SNTISSSTE, con el enanín el indirato morderá de nuevo el polvo. 

Por tanto, será la tercera derrota consecutiva del indirato en su insano intento de inmiscuirse en la vida interna de los sindicatos, pues en esta nueva embestida va a salir como perro con la cola entre las patas. Lo intentaron los cuatroteros con el sindicato de los maestros estatales, así como volvieron a la carga con el sindicato de los empleados federales que laboran en la delegación del ISSSTE en Colima. Así, pese a dos derrotas previas, el indirato va por la cereza del pastel, el STSGE, que es con el que se atiende directamente a la población colimense y con el que tendrían que existir excelentes relaciones. 

Al ser el sindicato más importante, en virtud de que está al servicio del Gobierno del Estado, es la razón por la que toda la artillería pesada se ha dirigido hacia la figura del enanín dirigente sindical. Y, como bien se dice, para que la cuña apriete, ésta ha de ser del mismo palo. Así, tenemos a los mercenarios Miguel Ángel la Mujer Barbona Chávez Valencia y a Fernando Álvarez Luján, antiguos testaferros de Martín Flores, quienes ahora se dedican a golpear con saña al que fuera su protector con memes, difusión de información confidencial, videos (el recurrente de la película La caída, donde Hitler les pone una zurrada a sus lugartenientes, fue elaborado por estos pinches genios), etcétera. 

Los dos mercenarios mencionados no actúan por su cuenta y riesgo, sino que son de las más recientes adquisiciones del vocerdo y asesor del Gobierno del Estado, Miguel Ángel Vargas Vaca, que los utiliza para que arrojen mierda sobre los que le resultan muy incómodos a su patrona y a Arnoldo Vizcaíno Rodríguez, gobernador de facto de Colima. Años atrás ambos tipejos cumplían la misma función, aunque eran gobiernos neoliberales prianistas; por tanto, al haber sido contratados ahora por uno que se dicen diferente, está claro que son unos mercenarios que, encima, son culpables de que Varguitas haya sido denunciado por calumnias. 

El caso es que ya no quedarán dudas: en la elección del nuevo dirigente sindical del STSGE el indirato se va a quedar con las ganas de meter a su delfín Sergio Alejandro Fuentes, así como antes quiso imponer en la Sección 39 del SNTE a Christian Cruz Vega, y en la Sección XII del SNTISSSTE a José Madrigal Galván, quien al último ya se andaba deslindando del padrinazgo que terminó hundiéndolo, adjudicándoselo a la candidata de la planilla verde. Como sea, ahora ese médico chambón va a tener que justificar sus tres chambas en diferentes instituciones oficiales (IMSS, ISSSTE y SSA), pues obviamente no cumple en ninguna. 

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Indira Vizcaíno Silva, en mala hora gobernadora del estado, es una cobarde y una miserable. En la balacera que se dio cerca de un centro escolar en el que estaban presentes niños y padres de familia, lo primero que hizo fue correr a refugiarse en su auto blindado, valiéndole madre lo que le sucediera a los demás, como la vil mezquina que es. Un político con liderazgo hubiera pedido primero, por lo menos, que pusieran a salvo a los menores en los vehículos a prueba de balas, y luego cuidar su propia integridad. Pero no: decidió proteger su pellejo y olvidarse de los demás, es decir, exactamente igual que como lo ha hecho hasta la fecha,  

Por ello, insisto, Indira Vizcaíno es una cobarde, una miserable y una mezquina, pues precisamente en su gobierno comenzaron las matanzas en las calles y a plena luz del día.